Capítulo CUATRO.

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Narra Armando.

Después de dejar a Mario en la habitación me dirigí a mi oficina en donde estaba sometido Daniel Valencia, esta era la tercera vez que le dije que no se metiera con mi pareja pero parece que estoy hablando con la pared y ya estaba harto de toda esta situación.

--- Daniel, Daniel, Daniel --- lo dije antes de sentarme en mi silla ---, veo que no quieres entender, me estás obligando a tomar medidas drásticas y no me gusta eso Daniel --- le dije muy enojado.

--- No me disgusta sufrir en tus manos --- me miro pícaro y solo atiné a reírme de su mal interpretación.

--- Dejate de estupideces Daniel, ¿Acaso creíste que te iba a castigar de esa manera? --- reí más fuerte que antes ---, deja de soñar tan alto, llévenlo al sótano y encadenenlo a la pared --- aquellas palabras paralizaron a Daniel y me dio mucha satisfacción verlo de esa manera.

--- Debes estar bromeando Armando, no puedes hacerme esto --- se iba a poner de pie pero fue sometido de nuevo.

--- Claro que puedo hacerlo, y cuando Marcela regrese le contaré TODO lo que hiciste y no creo que vaya a estar contenta cuando lo sepa --- le dije con mi típica sonrisa ladina y burlona ---. Ya pueden llevárselo y asegúrense de dejarlo bien encadenado --- mire a uno de mis guardias.

--- Si señor, vamos señor Daniel --- lo levanto de manera agresiva y eso hizo enojar a Daniel.

--- ¡Cuidado como me tratas gato!, Soy superior a ti --- le grito groseramente.

--- ¡DANIEL!, No recuerdo haberte dado permiso de maltratar a mis empleados, los cuales son mucho más eficientes que tú --- lo dije al ponerme de pie molesto ---, ¡Llevenselo ya y no le den agua ni comida por tres días!, Haber si así aprende a obedecer órdenes --- no deje de mirar a Daniel quien iba a decir algo más pero fue la otra persona quien se lo impidió.

--- Ni se te ocurra decir nada Valencia y mejor acompáñanos al sótano --- le dijo muy molesta de la insolencia de parte de Daniel.

--- Tranquila Betty, con esto aprenderá a respetar no solo a mi sino a las reglas o de lo contrario me veré en la necesidad de ejecutarlo y está vez Marcela no podrá hacer nada para salvarlo --- me acomode de nuevo en mi silla ---, Nicolás, Beatriz, ya pueden llevárselo --- les dije y estos asintieron para salir de mi oficina junto con Daniel quien gritaba que lo soltaran.

Suspire pesado y me dispuse a revisar algunos papeles, todos eran de algunas personas que querían unirse a mi y hacer el imperio aún más grande que ahora.

Deseche algunos y escogí otros, siempre era así y lo sabía, pero está vez me llamo la atención una de ellas y me dispuse a leerla con sumo cuidado.

Conocía a la familia pero lo que pedían era imposible y además no podía hacerlo debido a que siendo más gay que bi, no me permitía hacer eso.

Además de eso, había algo más y eso era que su hija estaba loca de remate y no quería una esposa con unos cables sueltos de no se dónde.

La hice a un lado y continúe leyendo hasta que suspire cansado y me quite los lentes para tocar mis sienes adoloridas.

Pedí un café y continúe mi trabajo y cuando iba a terminar, la puerta fue tocada y levanté la vista para ver quién era.

La puerta se entre abrió y dejo ver la cabeza de nada más que mi amado Mario y solo pude sonreír dulcemente.

--- Pe...Perdón por interrumpir, ¿Se puede? --- estaba tímido y solo pude asentir.

Cerró la puerta detrás de él y camino hacia mi con algo de pena, yo solo recorrí hacia atrás mi silla para dejar que se sentara en mis piernas.

Lo tome de la cintura y acaricie su espalda con suavidad esperando que me dijera lo que estaba pensando.

--- ¿Qué tienes mi amor?, ¿Me quieres decir algo? --- le di la confianza que necesitaba en ese momento.

--- Pu...Pues y...yo... --- se mordió el labio y eso se me hizo muy sexi ---, quiero mostrarte algo pero me da pena --- agachó la cabeza tímido y me dio ternura.

--- Vamos amor, no tengas pena de mostrarmelo --- le dije acariciando su cadera pero fue cuando sentí que algo faltaba debajo de su ropa.

--- Bi...Bien, pero no te vayas a reír --- solo pude negar y este se separó de mi para comenzar a desabotonarse los botones de su camisa y pantalón.

Cuando dejó caer todo me quedé paralizado al ver lo que había en su cuerpo, tenía una lencería sexi y demasiado caliente.

No pude soportarlo más y me acerque para besarlo con pasión, le saque un jadeo pero me correspondió de inmediato, se lo había prometido, de mí no se iba a escapar este hombre.

Esta noche lo iba a hacer mío después de mucho tiempo de resistirme, esta noche iba a ser la más maravillosa para los dos, aunque me preguntó de dónde sacó algo tan provocativo como lo que tenía puesto, por ahora eso lo dejaré en incógnita ya que ahora tengo que hacer que este hombre grite mi nombre lo más fuerte que pueda.

Y que se vaya olvidando de caminar el día de mañana correctamente.

21/02/2022

Mi Lindo Narco [ArMario]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora