Capítulo QUINCE.

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Los meses pasaron demasiado rápido, y el parto de Mario apareció en el momento menos indicado.

Armando y Mario estaban en una reunión muy importante en donde tuvieron que viajar a Bogotá por cuestiones de ese tipo, el viaje fue largo y cansado para el castaño.

Armando le dijo que el se iba a encargar pero su necedad no lo dejo y ahora se arrepentía de haberlo hecho, pero ya no había vuelta atrás.

Estaba en su última semana de embarazo y por esa razón no quería que lo acompañará pero era demasiado necio para ser verdad.

--- Recuérdalo Mario, si te sientes mal me avisas, ¿Entendido? --- le hizo prometerlo al castaño y este puso los ojos en blanco.

--- Está bien, te lo prometo --- en parte Mario sabía que Armando estaba preocupado y lo comprendía bien.

Nadie espero que Armando llegará con su "esposa" embarazada pero ninguna persona comento nada al respecto, ni siquiera Michel, quien se encontraba en uno de los lugares más alejados de la oficina.

Armando se sentó a la cabeza y a su derecha se colocó Mario con algo de dificultad, solo se acomodaron cuando comenzó la reunión en donde se tocaban puntos importantes de todos los tratos que habían hecho hasta ahora.

Todos daban su punto de vista y Armando solo escuchaba pero sin dejar de verlos a todos, pronto se dio cuenta de que Michel veía de manera anormal a su esposo y eso lo hizo fruncir el ceño pero lo dejaría pasar por lo que quedaba de la reunión.

Pero Armando no fue el único que se percató de eso, Mario también se dio cuenta y se incómodo rápidamente, trataba de poner atención a la reunión pero sus ojos lo estaban molestando.

--- Tiene que aportar algo a la reunión señor Doiniel --- eso lo dijo Armando sacándolo de su ensimismamiento.

--- No señor, todo esta bien, aunque me gustaría saber cuándo va a ser la entrega del cargamento --- aquello no tomo por sorpresa a Armando y solo sonrió ladino.

--- Llegará en dos semanas y tenemos que estar listos, evitar que intercepten el cargamento los de la guardia costera, no se preocupen por eso, ya lo tengo cubierto --- lo dijo tan profesional que convenció a todos, excepto a Michel quien tomo la palabra de nuevo.

--- ¿Cómo sabemos que no le pasará nada al cargamento? --- estaba probándolo y eso a Mario no me gustó para nada así que por primera vez decidió tomar la palabra.

--- Dígame señor Doiniel, ¿Acaso no confía en el juicio de mi marido, su jefe? --- lo dijo de una manera poco amable y eso le dio un escalofrío al mencionado, no había visto esa faceta en el tiempo que lleva de conocerlo.

--- No...digo si, claro que confío en el juicio del señor Mendoza, es solo para prevenir una desagradable sorpresa --- aquello lo dijo un poco nervioso.

Mario rio con burla y miro fijamente a Michel quien se sintió atraído por eso hermosos ojos, si que era atractivo.

--- Señor Doiniel, en lugar de tratar de cortejar a un hombre casado con su jefe, debería poner en orden sus cuestiones, no queremos que nada salga mal y si eso pasa el primer acusado será USTED, ¿Le ha quedado claro? --- aquello que dijo lo puso a temblar y desvío la mirada, no solo eso sino que lo dejo descubierto ante todos en la reunión, lo había humillado de la peor manera.

--- S...Si señora Mendoza, me ha quedado claro --- trago saliva y agachó la cabeza.

Armando estaba más complacido, su esposo le había puesto un hasta aquí a Michel y eso le gustaba de Mario de alguna rara manera.

La reunión continuo y una vez acordadas las fechas de la entrega del cargamento todos se retiraron, dejando solos a los esposos.

--- ¿Estás bien Mario? --- le pregunto Armando preocupado.

--- Si, estoy bien cariño, no te preocupes por nada --- le sonrió y se sentó en el sofá para descansar.

Solo pasaron unos minutos y fue cuando su hija lo pateo fuerte sacándole un quejido de dolor.

--- Auch, no me patees tan fuerte mi amor, a mamá le duele --- acaricio su pancita y se relajo un poco.

Pero eso no se calmó de golpe, los dolores continuaron y supo que había entrado en labor de parto, vaya momento menos oportuno.

Soltó un quejido cuando Armando entro a la oficina y lo vio sudando y respirando entrecortado, asustándolo.

--- Mario, Mario, ¿Qué sucede cariño? --- tomo su mano y este la apretó cuando una nueva contracción llegó sacándole un jadeo de dolor a Armando.

--- E...El bebé...el bebé ya viene Armando --- solo le basto decir eso para tomarlo entre sus brazos y salir corriendo de la oficina y del edificio lo más rápido que pudo.

Nicolás estaba patrullando y se encontró a su jefe acelerado, no pudo decir nada debido a que escucho un alarido de parte de Mario y supo que pasaba.

Los llevo al auto y sin preguntar más condujo hasta un hospital en donde atenderían a Mario quien no paraba de quejarse, maldecir y demás cosas.

El tiempo corría y el nacimiento de su hija se acercaba, la pareja está emocionada pero a la vez asustada, no sabían si se complicarían las cosas en el parto pero esperaban que todo saliera bien.

25/03/2022

Mi Lindo Narco [ArMario]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora