Capítulo DIECIOCHO.

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Narra Mario.

Después de abandonar la mansión en Bogotá junto con mis hijos, Betty nos llevo a otro lugar un poco apartado de la ciudad en donde me acomode junto con los niños, lo curioso es que tenía una cuna grande para los niños.

--- ¿Cómo es que hay una cuna? --- pregunté extrañado.

--- La ambiente para usted y sus hijos, le avisaré al señor Mendoza y el se dirigirá hacia acá cuando termine su trabajo --- dijo Betty y salió de la habitación.

--- Espera Betty --- de detuvo cuando escucho mi voz ---, quiero que llames a Sandra después de que hables con Armando --- ella solo asintió y después salio de la habitación.

Suspire pesado y dejé a los niños en la cuna, estaban despiertos pero no tenían hambre por ahora.

--- Bueno niños, espero que se sientan cómodos en esta nueva casa, no es mucho pero es suficiente para los tres --- les dije y comencé a acomodar algunas cosas en la habitación.

Pasaron algunos minutos cuando la puerta fue tocada y lo deje entrar, sabía que era Betty.

--- Ya hablé con el señor Mendoza y viene para acá, también llame a Sandra y me dijo que vendría mañana para hablar contigo, está muy interesada en trabajar para ti, mi señora --- lo dijo con una sonrisa en los labios y yo le correspondi.

--- Eso es bueno, gracias por avisarme, puedes irte si lo deseas --- ella frunció el ceño y fue cuando me di cuenta de que había dicho una tontería.

--- Mi señora, no me pienso ir de aquí, la cuidare hasta que regrese mi jefe, me quedaré en la otra habitación por si necesita algo más --- me dijo y yo solo asentí para después ver cómo se iba de la habitación.

Termine de arreglar la habitación y les di de comer a los niños aunque no tuvieran hambre.

Salí para preparar algo de comer y después de algunas horas la puerta fue abierta, dejo entrar a Armando un tanto cansado pero tenía que recibirlo lo más lindo posible.

--- Hola Armando, bienvenido, ¿Cómo te fue? --- le dije tomando su saco.

--- Bien, algo cansado pero nada fuera de lo normal, ¿Cómo estás tu cariño? --- de pronto su mirada cambio a una más preocupada.

--- Bien amor, no te preocupes por mi, Betty me ha cuidado mucho junto con los niños --- le dije con una sonrisa.

--- Que bueno, me alegra que esa imbécil no haya logrado hacerte nada --- lo dijo con algo de molestia.

--- Ya calma Armando, todo estará bien a partir de ahora, yo sé que si --- le di un suave beso pero jamás espere que me tomara más lascivo y solté un pequeño gemido entre nuestras bocas --- Armando ~ --- dije y este gruño sin soltar mis labios.

--- A...Armando, l...los niños y Be...Betty e...están a...aquí --- con gran pesar me soltó y pude respirar mejor.

Me sonrió y tomo mi mano para besarla y solo me pude sonrojar un poco, no tenía vergüenza Armando pero me gustaba.

--- ¿Qui...Quieres comer? --- estaba un poco avergonzado y este solo asintió.

Lo llevé al comedor y le servi de comer, estaba por sentarme cuando recorde a Betty y me aleje para ir por ella, debía comer algo también.

--- Betty, ¿Quieres comer algo? --- le pregunté desde afuera de la habitación.

--- Claro, ¿Seria una molestia si te pido que me lo traigas? --- me dijo un poco apenada.

--- Por mi no hay problema, enseguida te lo traigo --- dije y me aleje de la habitación para ir por el.

Pase por el comedor y note a Armando preocupado, tanto que no había tocado su plato aún, no se que le pasaba pero lo averiguaría.

Fui por la comida de Betty y se lo lleve, volví con Armando y después de sentarme a su lado tome su mano y este me miro curioso.

--- A mi no me engañas Armando, dime qué fue lo que pasó, ¿Qué te preocupa? --- le dije de manera serena y este solo pudo suspirar pesado.

--- He tenido algunos problemas con el estúpido de Doiniel, siempre que llega a mi oficina es para preguntar por ti nada más, me tiene fastidiado y de no ser porque es importante para el recibimiento de la mercancía ya lo hubiera asesinado --- gruño enojado, ahora sí lo comprendía.

--- Mira Armando, tú eres mi esposo y debes confiar en mí, yo no siento nada por ese idiota, es más, me cae mal y me dan ganas de matarlo cada que lo veo --- le dije con suma sinceridad y el solo me sonrió feliz.

--- Perdón por meterte en este problema, ¿Ya te había dicho cuánto te amo? --- lo dijo con una sonrisa pícara y yo no pude evitar hacer la misma cara.

--- No, pero ya te tardaste --- me acerque a el y le di un beso corto.

--- Te amo Mario y mucho, tú y nuestros hijos me hacen feliz --- acaricio mi mejilla y me dio otro beso corto.

--- Yo también te amo Armando y pensar que hace meses te odiada por haber asesinado a mis padres y haberme llevado contigo a la fuerza --- reí divertido y este solo me miro embelesado.

--- La verdad no te quejaste, niegalo --- lo dijo divertido y yo volví a reír.

--- No lo niego, me fue complicado acoplarme a tu estilo de vida pero ahora ya soy capaz de portar un arma conmigo, eso sin comentar que asesine a tu madre hace unos meses atrás --- lo dije como si nada pasara.

--- Eso no lo voy a olvidar Mario, creo que me hiciste un favor --- no dejo de mirarme y me sonroje un poco ---, por cierto, me dijo Betty que te proporciono el nombre de una persona para que se convirtiera en tu ayudante como lo fue la traidora de Patricia --- yo solo asentí debido a que era verdad eso.

--- Eso es verdad, espero no te moleste --- Armando solo negó y acaricio mi cabello con amor.

--- Sandra es la mejor persona en la que puedes confiar, pero también puede ser de gran ayuda Mariana o Sofía, las conozco a las tres --- me sorprendió que me diera más nombres, de verdad confía en ellas y eso es buena señal, no lo sé, puede que las contrate a las tres.

04/04/2022

Mi Lindo Narco [ArMario]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora