Capítulo VEINTE.

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Narra Armando.

Después de lo que Mario le dijo a Doiniel ya no lo volvió a molestar y de eso ya paso una semana entera, una semana en la que investigue todo lo que había hecho Patricia a mis espaldas y los de mi esposo.

No encontre mucho debido a que no había hecho gran cosa como para perjudicarme del todo, Betty y Nicólas me ayudaron con la búsqueda pero fue Maria Beatriz quien me envio algo que me dejo perplejo y de la persona que menos me esperaba.

--- Esto debe ser una horrible broma --- revise los papeles una y otra vez buscando algún error pero eso no paso ---, maldita sea --- aprete los dientes y mire la puerta ---. ¡BEATRIZ!, ¡NICÓLAS! --- les grite y estos entraron a la oficina segundos después.

--- Dígame mi señor --- dijeron al mismo tiempo.

--- Necesito que busquen a Marcela Valencia y me la traigan, no me importa si es necesario que la traigan a la fuerza, hagánlo y punto --- les dije de manera seria a lo que ellos accedieron de manera rápida.

No preguntaron nada pero supusieron los motivos, continue revisando los papeles que me habian enviado cuando la puerta fue tocada y sin levantar la cabeza deje entrar a la persona.

--- Adelante --- dije y la puerta se abrio de manera lenta.

--- Armando --- era Mario y se oía un poco cansado a lo que levante la mirada.

--- Mario, cariño --- me levante de mi lugar y me dirigí hasta el ---, ¿Te encuentras bien amor? --- le pregunté un tanto preocupado.

--- Si Armando, estoy bien, solo que los niños a veces me dejan exhausto --- lo dijo sentado en mi regazo y yo suspire pesado.

--- Mario, yo...siento que fui demasiado rápido con lo de tener hijos, no me arrepiento de tenerlos pero me di cuenta de que estas más cansado que de costumbre --- le dije con un toque de culpa.

Mario me miro y frunció el ceño un poco, parecía molesto por lo que le dije y no lo culpo.

--- ¿Es enserio Armando? --- se cruzó de brazos pero sin dejar mis piernas ---, yo no me arrepiento de haber tenido a los niños, si, admito que fue una sorpresa el simple hecho de tener dos sin saberlo pero ese no es el punto --- tomo mi mano y la coloco en su mejilla ---, Armando, no quiero que te culpes por lo que pasó, no fue tu culpa todo esto, en este caso la verdadera culpa es mía por no haberte dicho nada de mi estado --- lo dijo mirando su ropa y está vez fui yo quien levantó su mirada.

--- En ese caso ambos tenemos la culpa Mario, ambos nos callamos por miedo --- le dije cariñosamente y este solo asintió con timidez ---, como te dije, no me arrepiento de tener a los niños con nosotros, son lo mejor de nuestra vida y no lo cambiaría por nada --- bese sus labios suavemente.

Mario sonrió y me abrazo después de separarme del beso, lo amaba tanto que era capaz de hacer lo que sea para mantenerlo a salvo.

Fue ahí donde recordé lo que acababa de descubrir y me tense un poco, Mario se dio cuenta y me miro curioso.

--- ¿Paso algo malo amor? --- era muy deductivo, por eso no podía ocultarle nada.

Solo pude suspirar pesado y desvié la mirada a los archivos que tenía en el escritorio.

--- No me lo creerás cuando te lo diga --- eso lo puso alerta un poco.

Extendí mi mano y tome los papeles para enseñárselos, Mario los tomo y con miedo los abrió para revisarlos.

--- Después de lo que casi hace Patricia, la mandé a investigar para identificar para quien trabajaba, jamás espere que Maria Beatriz me enviara esos papeles --- le dije mientras Mario leía pero su cara se descompuso en una parte del informe.

--- ¿Cómo?, ¿Es verdad lo que estoy leyendo Armando? --- estaba impactado.

--- Yo también pensé que era un error pero después de verificarlos me di cuenta de que son reales --- suspire pesado pero Mario estaba a punto de colapsar por lo descubierto.

--- No puedo creer que haya sido Marcela Valencia quien hizo eso, se supone que trabaja para ti --- lo dijo sin dejar de ver los documentos.

--- Trabajaba para mí, no voy a dejar pasar está ofensa hacia ti --- le dije seriamente y Mario trago saliva.

--- ¿De verdad vas a...?, Armando, es tu amiga de toda la vida, ¿De verdad eres capaz de hacerle eso? --- estaba asustado.

--- ¿Tú qué hubieras hecho Mario?, ¿Lo hubieras dejado impune después de todo lo que hizo? --- le dije de manera sería.

Soltó el aire contenido y dejo los papeles sobre el escritorio para después mirarme de nuevo pero está vez más calmando.

--- Amor, mirame por favor, yo sé que no puedes creer que ella haya hecho esto, créeme que te entiendo pero no creo que torturarla vaya a solucionar todo, dejala que se explique al menos, creo que se merece al menos esa oportunidad, ¿No lo crees? --- la tranquilidad de Mario me calmó un poco.

--- Creo que...tienes razón --- lo abrace por la cintura y solo me sonrió más sereno ---, lamento que hayas visto mi lado temperamental --- escondí mi cara en su hombro y este solo rió enternecido.

--- No te preocupes, aunque admito que verte así de enojado me prende --- lo dijo mordiendo su labio, no lo veía pero conozco sus reacciones.

--- Eres un travieso Mario --- le dije pícaramente a lo que el coloco sus manos detrás de mi cabello y me beso con necesidad.

--- Pero eso te gusta de mi, ¿No es así daddy? --- dejo salir un gemido que de no tener autocontrol, ya lo hubiera tomado en ese mismo lugar.

--- Mario, no me tientes que no voy a responder --- aferre mis manos a su cintura.

Este solo se restregó en mi entrepierna, la cual está despertando por la fricción de la ropa.

Pero antes de hacer algo, la puerta fue tocada y admito que me alegro eso.

--- Te salvo la campana esta vez Mario, pero ni creas que te dejare escapar esta noche --- apreté sus nalgas a lo que el jadeo deliciosamente.

--- Te estaré esperando ansioso daddy --- mordió el lóbulo de mi oreja y se puso de pie después.

Ambos teníamos un problema en los pantalones pero yo lo oculte debido a que estaba sentado y Mario se colocó detrás de mi para esconderlo.

Carraspee antes de hablar --- adelante --- dije y la puerta se abrió.

Dejo entrar a Betty y Nicolás quienes traían a Marcela un poco maltrecha pero no me sorprendi, supuse que se resistió y Betty no se la perdono.

--- Aquí traemos a Marcela, don Armando --- eso lo dijo Betty como si nada ---, mi señora --- saludo de igual manera a Mario.

--- Bienvenida Betty, Nicolás --- los miro a ambos pero este estaba serio ---, y miren a quien tenemos aquí, a la traidora Marcela Valencia --- lo dijo burlonamente.

Esta solo le lanzó una mirada severa pero no lo intimidó en absoluto.

Les di la indicación de sentarla y ellos lo hicieron, salieron segundos después y me quedé a solas con la traidora, le había prometido a Mario que la dejaría hablar pero no sabía si era una buena idea hacerlo, solo espero no arrepentirme de ello.

09/04/2022

Mi Lindo Narco [ArMario]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora