Parte 20 - Salto de fe

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Ambas jóvenes llegaron al mini departamento de Lyanna. Si bien era un lugar sencillo, era muy acogedor y se podía percibir tranquilidad y seguridad.

Tn: Veo que tu vida dio un giro de 360 grados, me alegra mucho por ti.

Lyanna: (Después de dejar a su bebe en su habitación pues estaba dormido) Si, y todo gracias a la Srta. Satis. No solo me ayudo a mi sino también a otras siete chicas más.

Tn: Por favor, cuéntame cómo fue eso, no te imaginas lo preocupada que he estado. Cuando fui al edificio rojo y me dijeron que te llevaron sin decir nada, no te imaginas la preocupación y tristeza que me consumía.

Lyanna: Siento mucho por lo que pasaste, pues si, todo fue repentino que no nos permitió empacar nuestras cosas, hasta nuestros antiguos celulares, lo dejamos todo. Fue como dejar el pasado atrás.

Tn: Cuéntame, por favor.

Entonces Lyanna inicio el relato de como la heredera del clan Loannis, la ayudo.

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Hace ya más de dos semanas atrás, en la torre roja se encontraban Lyanna y Satis, siendo escoltadas por Dorian.

Satis: Dorian, por favor, déjame a solas con Lyanna.

El joven acompañante se retiro del apartamento, y ya a solas las dos jóvenes empezaron a dialogar.

Lyanna: Le agradezco nuevamente por su ayuda hace un rato, más aún a alguien como yo.

Satis: ¿A alguien como tú? ¿a qué te refieres con eso?

Lyanna: Pues a que soy una prostituta, habitualmente nadie interviene cuando hay problemas como la agresión hacia nosotras en esta zona, los únicos que nos defienden son los proxenetas, pero solo lo hacen porque somos su mercancía.

Satis: (Cambiando su semblante relajado a una intimidante) No digas tonterías. Como te atreves decir eso sobre ti misma. No importa lo que hagas, nadie tiene derecho a pisotearte.

Lyanna: (Asombrada de las palabras de la bella Loannis) Disculpe si la incomode.

Satis: (Ya más tranquila) Tu no me incomodas, lo que me incomoda es tu pensar. Se cuidadosa con lo que piensas de ti misma. Ahora cuéntame como acabaste aquí.

La joven Lyanna le relato a Satis de cómo fue captada y traída a Japón con engaños, y la historia de los abortos inducidos, destacando el apoyo de Tn hacia ella y su bebé.

Satis: Entonces Tn, te ha estado ayudando en todo este tiempo.

Lyanna: No solo a mí, también atendía a las chicas que requerían atención médica.

Satis: Que bueno. Y dime, a todo esto, te haré una pregunta.

Lyanna: Claro, ¿Cuál?

Satis: ¿Desearías dejar este lugar?

Lyanna: (Esbozando una leve y triste sonrisa) ¿Pero que pregunta hace?, claro que me encantaría salir de aquí.

Satis: (Poniéndose de pie y acercándose a la ventana) Muy bien, te propongo lo siguiente (después de 30 segundos en silencio) Te comprare.

Lyanna: ¿Cómo? No entiendo.

Satis: Y no solo eso, si tienes compañeras que quieran salir de este lugar, también las comprare.

Lyanna: ¿Y para que nos compraría? ¿Por qué nos ayudaría?

Satis: Comprendo tu desconfianza, y no te daré más detalles. Pero, si te confieso que soy de un clan extranjero.

Lyanna: No puedo aceptar tan fácilmente. Es como si pidiera que saltáramos al vacío.

Satis: Pues tómalo como un salto de fe. Tus compañeras y tu tienen la ultima palabra. Piénsalo y llámame. Estaré esperando tu respuesta (entregándole una tarjeta con su número de celular).

La joven Loannis se retiro del apartamento. Mientras tanto Lyanna con la tarjeta en mano se quedó en silencio y pensativa ante esta oportunidad incierta. Después de pensarlo unos días, tomo la decisión de aceptar, además fue comunicando clandestinamente la propuesta de Satis a todas las chicas de la torre roja, para así armar la lista de quienes quisieran ir con ella. Sin embargo, muchas se negaron pues estaban temerosas de que las compraran para lo mismo o para algo peor, a lo que ella les decía...

Lyanna: Sé que suena peligroso, pero también puede ser todo lo contrario. Estoy dispuesta a dar ese salto de fe.

Solo siete chicas aceptaron ir con Lyanna, a lo que ella se comunica con Satis mediante un mensaje de texto, manifestándole su respuesta afirmativa, así como la lista de los nombres de las chicas que también aceptaron la propuesta. Por lo que solo recibió una respuesta.

Satis: Bien, solo espera unos días.

Pasaron los días hasta que una noche, un hombre irrumpió en la habitación de Lyanna, que abrazo a su bebe rápidamente al sentir la presencia del intruso.

Desconocido: Ya debes largarte de aquí (jalándola bruscamente)

Lyanna: (Abrazando a su bebe que lloraba sin parar) ¿A dónde vamos?

Desconocido: CALLATE, O TE ROMPO EL HOCICO. MALDITA PERRA.

Cuando llegaron al primer piso, metieron a Lyanna a un camión mediano, encontrándose con las siete chicas que aceptaron la propuesta de Satis.

Chica 1: Lyanna, tengo miedo. No nos dicen a donde nos llevaran.

Chica 2: ¿Nos mataran?

Lyanna: Tranquilas, tranquilas si tienen fe en algo o alguien, es momento de orar.

Las ocho jóvenes empezaron a pedir protección a la divinidad de la religión que profesaban cada una.

Lyanna: (Derramando lágrimas en silencio) Por favor, por favor Dios, envía a tus ángeles, por favor, no permitas que le pase algo malo a mi bebe.

El viaje del camión se sentía eterno para las jóvenes, y luego de una hora se detuvo. A los minutos, las puertas traseras se abrieron bruscamente, los hombres empezaron a sacar violentamente del vehículo a las mujeres.

Chica 4: ¿Qué van hacernos?

Desconocido: YA ESTOY HARTO DE SUS CHILLIDOS, MALDITAS PERRAS (levantando su puño para golpear a la joven asustada)

Pero un disparo en el aire paralizó al violento hombre. Era Dorian que ahora dirigió su arma a la figura del detestable ser.

Dorian: La primera fue al aire, pero la siguiente parará en tu cabeza.

Satis: (Dirigiéndose al hombre que sujetaba a la chica atemorizada) Quita tus asquerosas manos de mi propiedad. Si no te has dado cuenta, he pagado por ellas, y si veo un solo golpe en estas chicas, te aseguro que tendrás el doble de lo que les hayas hecho.

Desconocido: Disculpe, Srta. Loannis, no fue mi intención (soltando a la chica).

La joven Loannis visualizo que las siete chicas estaban afuera, pero Lyanna aun no salía del camión, pues estaba atemorizada al escuchar el disparo, por lo que se quedó adentro con su bebe.

Satis: (Acercándose a las puertas del camión) ¿Lyanna?

Al escuchar la voz de Satis, la joven madre se aproximo lentamente a la entrada del vehículo, visualizando a su salvadora con su larga cabellera que parecía brillar como el metal de la plata bajo la luz de la luna.

Satis: (Extendiendo su mano hacia Lyanna para que baje del camión) Vamos, da tu salto de fe.

MIRADA BALSÁMICA - BONTEN, LOANNIS Y TNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora