¿Esto es una mala jugada del destino?
¿Por qué siempre tengo que toparme con él en todas partes?Le conté a Sasha lo que me está ocurriendo últimamente. Sabía que me diría algo tonto, pero jamás pensé que se pasaría de la raya.
— Guao, qué romántico, parece un amor de telenovelas.
— ¿Qué? ¿Amor? — pregunté sacada de onda.
— Sí, amor. Es que tu no lo sabes, pero cupido los flechó desde aquel día del gimnasio. Por algo lo dejaste encerrado.
— Sasha...
— Ya sé que lo conociste en la heladería. Pero, estoy segura de que fue lo del gimnasio lo que lo enloqueció, y gracias a eso, el jóven cupido los flechó a ambos.
— ¿De dónde sacas tantas tonterías para decir?
— Me levanto temprano, para practicar.
Rodé los ojos.
🍡🍡🍡
Llegó el fin de semana, para mi suerte solo trabajo de lunes a viernes.
Los fines de semanas le toca a los hombres, de 10 a 22 horas.
Salí a caminar, siendo a las 9 de la mañana.
Fui hasta el parque cerca del trabajo y de la universidad.
Allí encontré un gatito de color negro con ojos de color amarillo.Estaba en una pequeña caja, al parecer lo habían abandonado.
Me senté sobre mis piernas.Y comencé a acariciar al pequeño gato, el cuál no dudó en ronronear.
— Combinará contigo.
Esa maldita voz ronca de vuelta.
Alcé la mirada, era él nuevamente. En sus manos traía jeringas y un tarrito de al parecer leche tibia.
— Cuando terminé de trotar me percaté de su presencia. — dijo sentándose también sobre sus piernas.
El pequeño gato se coló entre sus piernas, clavando sus garritas en los muslos del azabache.
— Tsk.
— ¿Te gustan los gatos? — pregunté tímidamente.
— Sí. Todos los animales en general.
No respondí nada.
Me limité a observar como alimentaba al gato con la jeringa.
Después de un rato la pancita del gato comenzó a hincharse y en un santiamén se quedó dormido.— ¿Te lo vas a llevar? — pregunté.
El me observó de reojo.
— ¿Te lo quieres quedar? — cuestionó secamente.
— Sí... bueno — lo pensé mejor — no, no puedo.
— ¿Por qué no?
— Trabajo y estudio, no quisiera que se quedara solo mientras no estoy.
Él no dijo nada.
Simplemente vi como colocaba nuevamente al gato en la caja.El silencio está matandome ¿por qué?
— Muchas coincidencias. — por fin habló.
Pero esta vez fui yo quien calló.
— ¿Será que incidirás en mi futuro?
Me giré hacia él.
— No sé de que me hablas.
— No te hagas la desentendida conmigo. Sabes a lo que me refiero.
Tragué saliva.
— ¿A qué siempre nos encontramos en algún lugar?
— Sí. — respondió cansado.
— Desconozco el motivo, pero admito, que ya es tedioso.
— De todas formas, tengo una pregunta para ti.
— Dime.
— ¿Por qué me observabas mientras trotaba?
— Tan solo me sorprendió volver a verte. Esto ya es tan cansino. — dije, poniéndome de pie y dándome media vuelta para volver al departamento.
— Adiós, mocosa.
¿Me llamó Mocosa?
Volví a girarme, pero, ya se había ido.🍡🍡🍡
Cuando terminé de hacer la tarea de estadística, mi celular comenzó a vibrar.
Es Sasha llamándome nuevamente.— ¿Qué sucede, Sasha? — pregunté al colocar el móvil en mi oreja.
— Te quiero pedir un súper favor.
— Mientras no sea lo del gimnasio todo bien.
Ella comenzó a reír. — No, no es eso. Bueno, mañana es el cumpleaños de una amiga mía, y... — se calló.
— ¿Y?... — esperé a que continuara.
— Quisiera que me acompañaras, por favor.
— Sabes que no me gusta salir.
— Por favor.
— Pídeselo a Niccolo.
— Me dijo que no puede. — comentó.
— Ah... o sea, que soy tu segunda opción eh. — dije bromeando.
— Hmm, no lo tomes así. Por favor.
— Está bien, Sasha, tú ganas.
— Mañana a las 20 horas eh, sé puntual.
— Ajá. Pero, dime, ¿al menos la conozco?
— Eh... — guardó silencio — creo que no.
Suspiré. — Bueno.
— No te preocupes, Hange, es muy divertida.
Colgué la llamada.
¿Hange?
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La fuerza del Destino.
FanfictionPor culpa del destino Mikasa aparecerá siempre en el camino de Levi, sin saber que habrán personas que tratarán de cambiar sus caminos. • • •