Cap 21.

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Llegó la noche buena, 24 de diciembre, Levi y yo cenamos en la casa de su madre.

Kuchel se comportó muy amable conmigo.

Llegaron las 00:00 horas.
Ambas le cantamos feliz cumpleaños a Levi, el cuál rodó los ojos de forma divertida.

Alrededor de las 02 a.m., Levi y yo nos despedimos de ella.
Ya, en la habitación de Levi, le di su regalo.

— No te hubieras molestado.

— ¿No te gusta? — pregunté haciendo un puchero.

— Claro que sí. Esta caja está completa, tiene té de todos los sabores.

Después de charlar por un rato, decidí darle su segundo regalo.
Como es navidad, tenía sostén y panties de color rojo.

Después de una noche/madrugada de pasión fuimos a ducharnos y luego nos quedamos dormidos.

— No sé cuál de los dos regalos me gustó más.

— Viejo tonto.

🍡🍡🍡

En la tarde del 27 de diciembre, fuimos al parque de diversiones, Sasha, Armin, Jean, Connie y yo.

Subimos a la mayoría de los juegos que habían.

Sasha vomitó después de bajar de la montaña rusa.

— ¿Y, cómo les ha ido en estos días? — preguntó el rubio.

— Bueno pues yo descubrí algo nuevo — dijo Sasha, feliz.

— ¿Y qué descubriste? — preguntó Connie muy curioso.

— Que el sexo oral no era hablando.

Jean y Connie se miraron y comenzaron a reír.
Armin y yo solo miramos al piso.

— Gracias por el dato perturbador, Sasha. — dijo el rubio, haciendo cara de asco.

— Lo que daría por ver la cara de Niccolo en ese instante. — bromeó Jean.

🍡🍡🍡

Llegó el 31 de diciembre, me tocaba viajar, volver a ver a mis padres.
Durante todo el trayecto, me dediqué a escuchar canciones.

Llegué a mi antiguo hogar, allí me recibieron amorosamente mis padres.

Nunca me había dado cuenta de que mi casa tiene un olor peculiar.
Extrañaba ese aroma.

Ya en la cena con mis padres, decidí tocar el tema.

— Mamá, papá, estoy saliendo con alguien.

Ellos alzaron la mirada y me sonrieron.

— He notado ese brillo especial en tus ojos. — habló mi madre.

— Y el anillo. — observó mi padre, frunciendo el ceño.

— Bueno, no es de matrimonio, pero es de promesa.

— ¿Y quién es el afortunado? — preguntó mi padre.

— Bueno... — saqué mi celular y les enseñé una foto que teníamos juntos.

Ellos abrieron los ojos sorprendidos.

— ¿Cómo se llama? — preguntó mi madre, bastante alterada.

— Levi.

— ¿Levi qué?

— Es simpático, también se apellida Ackerman.

— ¡No puedes estar con él! — gritó mi madre eufórica.

— ¡Cálmate! — exclamó mi padre.

No entiendo nada.

— ¿Por qué no? — pregunté nerviosa.

— Por la culpa del tío de este muchacho, tu tía está tras las rejas.

Busqué los ojos de mi padre.

— ¿Qué?

— Sí, Levi Ackerman, es sobrino de Kenny Ackerman.

Me sorprendió, bastante.

— Pero, eso no tiene nada que ver conmigo, ni con mi relación.

— ¡No puedes involucrarte con él!

Mi madre siguió diciendome muchas cosas más sobre el tema.

— No vas a estar con él, tienes que dejar esa relación.

— Mamá yo...

— Déjalo o ¿quieres que yo caiga en una depresión? — puso su mano en le pecho.

— Papá — lo llamé.

Él solo meneó la cabeza.

— Lo siento, Mikasa.

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Llamé a Levi, pero él no contestaba ninguna de mis llamadas.
Le escribí algunos mensajes de textos, tenía dos tildes, pero, nunca se dignó en leerlos.

Llamé a Armin y le conté lo sucedido.
Él trató de tranquilizarme desde el otro lado de la línea.

— ¿Y lo vas a dejar? — hizo la pregunta del millón.

— No quiero hacerlo.

— Desde mi punto de vista, no es tu problema. Y no tiene porqué afectar tu relación, pero, también son problemas familiares.

— ¿Entonces qué, Armin? — cuestioné nerviosa.

— Bueno, si se aman, de todas formas van a enfrentar los obstáculos.

— Tienes razón.

— Tu historia me recuerda a Romeo y Julieta.

— Armin, gracias por escucharme.

Colgué la llamada.

Seguir con él o no, esa es la cuestión.

La fuerza del Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora