Cap 27.

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Siempre me pasé la vida con cara de molestia y fastidiada de la vida. Nunca me puse a pensar en las personas que me rodean.
Tengo maravillosos amigos, desde Sasha hasta Jean.
Y tengo a Levi, que es la persona que apesar de los problemas y obstáculos sigue estando para mi.

— ¿Qué quieres desayunar el día de hoy, mocosa? — preguntó Levi, acariciando mi cabello.

— Lo que tú decidas está bien. — respondí pegándome más a sus pectorales.

🍡🍡🍡

El día de hoy, Levi y yo decidimos experimentar en la cocina, para cocinar ñoquis.

— ¿Y si mejor lo compramos del súper? — preguntó el pelinegro.

— ¡No!, esta es una actividad en pareja.

Seguimos preparando la masa y a la vez la salsa.

— ¡Ya sé echó a perder! — dijo Levi enojado.

— ¿Qué cosa? — me acerqué a él.

— Una maldita mosca aquí en la harina. — puso cara de asco — mira.

En el momento en qué me acerqué a mirar Levi sopló la maldita harina que traía en las manos.

Lo único que pude hacer fue; toser.

— Vaya, esto de ser una gasparina te sienta muy bien. — dijo él burlándose.

— Confíe en ti. — hice un puchero.

— Ya se que querrás vengarte. — dijo sonriendo maliciosamente.

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Estaba decidiendo si le rompería un huevo en el cabello o si también le tiraba harina.

Cuando por fin me decidí, alguien tocó el timbre.

— ¿Qué esperas para abrir? — le pregunté alzando una ceja.

— Tú te vienes conmigo. — dijo jalándome del brazo.

— Pero mírame, aún tengo harina en la cara y en el pelo.

Él simplemente alzó los hombros.

Abrimos.

Digánme que esto no es real.
No puede ser real.

— ¡Mikasa, volvemos a casa!

— ¡¿Mamá?! — pronuncié sorprendida.

— Junta tus cosas, volverás a tu pueblo natal. — comenzó a jalar de mi muñeca.

Quedé en blanco, no pude reaccionar.

— Ella no irá a ningún lugar, señora.

La fría voz de Levi se hizo presente.

Él soltó el agarre de mi madre.

— Levi Ackerman. — pronunció — ni creas que me quitarás a mi hija.

— ¡Mujer! — se oyó de lejos.

La voz de mi papá.

— ¡Tenemos que llevar de aquí a Mikasa! — insistió mi madre.

— No me iré de aquí. Soy muy feliz. — dije firmemente.

Mi padre se puso al lado de mi madre.

— Hija, si te quieres quedar, por mi perfecto.

— Papá — dije conteniendo mis lágrimas.

— ¿Te quieres quedar con él porque tiene una mansión, verdad?

— Como si fuera que no conoces a tu propia hija. — regañé.

— Me llevo de vuelta a tu madre, hija.

— ¡No nos iremos sin Mikasa, te he dicho! — exclamó.

— Lo lamento, no dejaré que la aparten de mi lado, por un problema que ni siquiera es nuestro. — dijo Levi el cuál tomó de mi mano.

— ¡Quiérela y cuída mucho, de mi pequeña flor! — exclamó mi papá.

— Papá...

— Nos casaremos, usted vendrá a entregarla al altar, y también tendrá nueve nietos.

Mi papá rió ante lo último.

— Nueve ya son muchos, o depende, de que tan fogosos son.

— ¿Los apoyas? — preguntó mi madre alterada.

— Si él la hace feliz, por supuesto que si. — respondió — además se nota que es una buena persona.

Solté la mano de Levi.

Corrí a abrazar a mi papá.

— Te quiero, papá.

— Eres mi adoración, hija, y mereces toda la felicidad del mundo. — suspiró — ¡feliz cumpleaños atrasado!

— Gracias, padre.

Nos separamos.

— Nos vemos en tu boda — me dijo para luego retirarse, llevando a mi madre del brazo quién supongo que ya se resignó.

Miré a Levi.

— ¿Casamiento? ¿Nueve hijos?

El sonrió.

— Si y sí. — respondió para luego plantarme un beso.

🍡🍡🍡

LEVI

No sé si la madre de Mikasa aceptará nuestra relación.
Mi madré no lo acepta del todo, pero no me importa. Lo único que sé es que nunca soltaré su mano, haré hasta lo imposible por verla siempre bien y feliz.

Mikasa, la pequeña flor de su padre.
Mikasa, mi gran adoración.

Me perteneces, te pertenezco.

Encajas tan bien conmigo, es como el cif crema de mi vida.

La espontaneidad.

Mikasa, nunca te busqué, pero apareciste en mi camino, sin saber cuánto te necesité.

La fuerza del Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora