Cap 10.

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La mañana en el coffee time fue un poco rara, ya que apareció el rubio de ojos azules que tanto me recordaba a Armin.

Me cayó muy bien, al parecer también es muy bueno.

Ya, a la salida de la universidad esperé a Armin frente al portón, también invitamos a Sasha, pero tiene una cena con Niccolo.

Con Sasha pocas veces podemos coincidir de noche, para salir.
Ya que de lunes a viernes se ve con Niccolo después de la universidad, los sábados trabaja desde las 10:30 hasta las 22:30 en el gimnasio y los domingos de 9:00 a 12:00 horas.

— ¿A dónde quieres ir, Mikasa? — preguntó Armin.

— No lo sé, solo quiero conversar contigo, hace tiempo que no lo hacemos.

— Tienes toda la razón.

— ¿Vamos al parque? — pregunté.

— No, mejor te invito a un restaurante, en donde fui con Annie la vez pasada.

— ¿Te gusta mucho, cierto? — le pregunté mientras lo observaba.

Él se sonrojó.

— Sí. — contestó con los ojos brillosos.

— Yo pago el taxi — le dije.

— De ninguna manera, Mikasa. Yo te invité, yo pago. — sonrió dulcemente — además en la empresa en donde estoy trabajando me pagan muy bien, así que tranquila.

De camino al restaurante estuvimos hablando de cosas rándoms que nos sucedían en nuestro día a día.

Llegamos, era un restaurante muy bonito a decir verdad.

Nos sentamos y ordenamos.
Armin pidió un lomito con papas y queso cheedar. Yo pedí lo mismo, solo que cambié el lomito por una hamburguesa.

— ¿Y tú Mikasa? ¿Eren o Jean? — preguntó el rubio después de tragar un pedazo de su lomito.

— Ninguno. — respondí sin pensarlo.

— ¿En serio? ¿En estos 19 años aún no te ha gustado nadie?

— No. — dije segura — y no creo que pase.

— Tranquila, el destino te pondrá a alguien en el camino.

Esas palabras me hicieron pensar.

— ¿Hay alguien? ¿Te he hecho dudar? — habló Armin al fijarse en mi rostro.

— Bueno... — fijé mi mirada en las papas fritas — es que, hace un mes o más conocí a un muchacho en la heladería.

— El día del incidente con Eren, ¿no?

Asentí con la cabeza.

— Y, después de eso, lo volví a ver en el gimnasio.

— ¿Cuando fuiste a reemplazar a Sasha y dejaste encerrado a alguien? — preguntó con tono de burla.

— Sí, de hecho, fue a él a quién dejé encerrado.

— Guao, un gran comienzo — dijo riendo.

— Luego, lo vi trotando en el parque que está cerca de la universidad, seguidamente en la cafetería en dónde trabajo y en el cumpleaños de una amiga de Sasha.

Armin me miró preocupado.

— ¿No te estará acosando? — cuestionó

— No lo creo.

— Es que yo creo en el destino y las casualidades... pero, esto ya es mucho ¿no crees?

— Sí, pero, trato de no darle tanta importancia.

Después de terminar de cenar con Armin, él pagó la cuenta que no fue tan elevada.
Él se levantó de la silla, y agarró su mochila.
Yo también hice lo mismo, al momento de girar para ir hacia la salida choqué con alguien.

— Disculpa — dije sin mirarle.

— Cuida lo que haces, desatenta. — la voz de una mujer resonó en el lugar.

Alcé la mirada.
Ya la había visto antes.

— Se disculpó contigo, no seas grosera. — defendió Armin.

— Eso no le quita lo desatenta.

Oh, oh

¿Qué sucede, Finger? — cuestionó el azabache.

Trágame tierra y escúpeme en Dubai.

Lo observé de mala manera.

— Es que esta chica me empujó.

— ¿De qué hablas? — dije relajada.

— Vamonos Mikasa — dijo el rubio — a esta chica le gusta mentir para ser el centro de atención, es todo lo contrario a nosotros.

Miré a Armin y asentí.

Armin no dudó en tomar mi mano para salir del lugar juntos, como si nada hubiera pasado.

Lo que menos nos gustaba era armar un alboroto y estar bajo las miradas de otras personas.

.
.
.

Volvimos a tomar un taxi.

— Mikasa ¿estás bien? — preguntó el rubio preocupado. — No le hagas caso, no eres desatenta.

— Era él. — dije mirándolo a los ojos.

El abrió los ojos.

— ¿El señor Ackerman? — preguntó

Al oír eso, la que abrió aún más sus ojos, fui yo.

— ¿Señor Ackerman? — pregunté totalmente sorprendida.

— Sí, es socio y mejor amigo de mi jefe.

— ¿Eh? — lo miré confusa.

— Sí, la empresa Ack3, está aliada con la empresa Smither, que es en dónde yo trabajo.

— ¿Levi es un Ackerman?

El asintió

— Sí y es mejor amigo de mi jefe, Erwin Smith.

— Esto parece un rompecabezas.

La fuerza del Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora