Cap 11.

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Después de la noche de anoche, mi cabeza casi explotó.
¿Por qué el mundo es tan pequeño? ¿Por qué todo encaja?
¿Por qué todos se conocen?

— Ten — habló Hitch, extendiendo su mano con una taza — es té de manzanilla.

— Gracias. — agarré y lo bebí entero.

Sonó la campanita.

— Iré yo, tranquila.

Asentí, quedándome en el mostrador.

— ¿Qué desea, señor? — preguntó amablemente la castaña.

— Un té negro y hablar con la muchacha que está allí, cerca del mostrador.

Escuché su maldita voz y lo miré fijamente.

Hitch solamente sonrió de lado.

— Anotado. — dijo — Ya escuchaste, Mika. — dijo al pasar a mi lado.

Puse los ojos en blanco.

Me acerqué a él.

— ¿Necesitas algo más? — pregunté seriamente.

— Hablar contigo.

— Estoy en horario de trabajo.

— Te invito un café.

Le di una mirada cansina.

Di media vuelta y entré a la cocina.

— Mikasa — pronunció la encargada — ¿estás bien? — preguntó tocando mi frente.

— Sí, señorita Frieda. No se preocupe.

— Estás algo roja y un poco caliente.

— Iré al baño.

Al entrar al tocador, me miré al espejo.
Doy vergüenza.
Estoy totalmente sonrojada.

Al querer volver a la cocina, vi a Levi tomando su té, con la vista en el celular.

Lo ignoré.

Entré a la cocina.
Frieda, la encargada del local, al verme "enferma" me pidió que simplemente me sentara a esperar mi hora de salida.
Ella iba a cubrirme por mientras.

🍡🍡🍡

No sé cuanto tiempo estuve sentada, perdí la noción del tiempo.

— Ya son las 14:30. — informó Isabel.

— Sí, gracias.

Me cambié el uniforme.
Agarré mis cosas y sali del local.

— Esperarte 45 minutos no fue nada divertido.

Dime que es una broma.

— ¿Podemos hablar?

Definitivamente no era una broma.

— No tenemos nada que hablar, Levi.

— Quizás tu no. Sin embargo yo, quiero disculparme por como te trató la señorita Finger.

Suspiré.

— No me importa. Pero, de todas formas, gracias.

— Tu novio supo como defenderte ayer, es mejor que el de la heladería.

Apreté los puños.

— ¿Ya me vas a dejar en paz? — pregunté alterada.

Hizo una mueca. — Si.

Lo vi retirarse sin decir más.

No sé porqué.
Desconozco la razón.
Pero, me dio una fuerte puntada en el pecho.
¿Tal vez, lo traté mal?

🍡🍡🍡

LEVI.

Mikasa.

¿Por qué?

Es una sensasión bastante rara.

El día de la heladería, pude leer su cara de total decepción. Supongo que esperaba algo más de su cita.

Pensé que era una mujer como las otras.

Es decir, nunca antes la había visto por la ciudad. Entonces pensé que sería la primera y la última vez que la vería. Pero, el destino tenía planeado todo lo contrario.

Todavía recuerdo, el día sábado por la noche, en la que fui al gimnasio. Saludé a la recepcionista, la cuál me devolvió el saludo con la mano ya que tenía la boca llena de pan.

Quizás era su cena, no la juzgo.

Pasado el tiempo, terminé de hacer las series de ejercicios. Decidí darme una ducha rápida.

Al salir de los vestidores, todo absolutamente todo ya estaba apagado, encendí la linterna del celular y ya no estaba la recepcionista. La puerta estaba muy bien cerrada y seguro por fuera candadeada.

Llamé al dueño del gimnasio, el cuál me pidió disculpas.
De mi parte le pedí que no hiciera nada en contra de la recepcionista.

Pasaron algunos minutos, escuché algunos ruidos de afuera, luego se abrió la puerta.
Se encendieron las luces.
Ahí estaba nuevamente ella.
La chica de la heladería, la de los ojos grises.

También recuerdo cuando fui a trotar a la mañana temprano al parque.
Estaba tan concentrado, pero, de todas formas sentí la mirada de alguien... y nuevamente era ella.

Creo que siempre va a ser ella.

El día en que vi como aquel muchacho Arlert le agarraba la mano, quizás me sentí un poco mal.

Ya que este juego del destino estaba siendo interesante.

En cambio,

Eso terminó el día de hoy.

Mikasa.

La fuerza del Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora