La fuerza del Destino.

Cap 22.

Nuevamente volví a mi departamento, no pegué el ojo en toda la maldita noche.

Había recibido un: "Feliz año nuevo, mocosa" y un "¿estás bien?", por parte de Levi.

No me animé a contestar.

Me tiré en la cama, me quedé pensando por mucho tiempo lo que haría.

<<Llamada entrante: LEVI💝>>

¿Por qué ahora?

No hice caso, mi celular dejó de sonar.

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Cuando por fin, me estaba viniendo el sueño, tres golpes en la puerta hace que mi sueño se esfume.

Abrí.

Oh no.

- ¿Sucede algo, Mikasa?

Sucede de todo, Levi.

- ¿Por qué estás ignorándome? - entró al departamento - ¿Te he hecho algo malo? Dímelo.

- Levi. - apreté mis manos con fuerza - no podemos seguir estando juntos.

La cara de Levi se puso aún más pálida.

- ¿Es por qué eres una Azumabito? - preguntó seriamente.

Me sorprendió bastante su pregunta, ¿desde cuándo lo sabe?

- ¿Qué? - ahora la pálida soy yo.

- ¿Tu familia ya sabe que sales con Levi Ackerman? Sobrino de Kenny.

Ignoré su pregunta.

- ¿Cómo sabes que soy una Azumabito?

- Hace tiempo que lo supe, Mikasa. Y jamás me importó.

- ¿Hace tiempo?

Asintió.

- Después de la fiesta en casa de Hange, te investigué. Fue sabor amargo al principio.

- Levi...

- Confieso que en un punto quise vengarme, pero, no. Me atraías fuertemente. - suspiró - me gustabas, y me enamoré perdidamente, fue por eso que no me importó que fueras una Azumabito, no me importó que seas la sobrina de una asesina.

Sus palabras fueron como recibir puñaladas en el corazón.

- No fue real. - dije con los ojos brillosos.

- No dije que no fuera real. Todo fue real, mis sentimientos por ti son reales, Mikasa.

- No te creo absolutamente nada.

- Me enamoré de ti porque fue espontáneo y no fue nada forzado.

- Al principio quisiste matarme.

- ¿De qué demonios hablas? - preguntó confundido - ¡Jamás se me pasó por la mente hacer eso!, cuando dije "vengarme" sería algo como: que te hecharan del trabajo o no sé, cualquier otra cosa. Pero me di cuenta de que lo que pasó con nuestros tíos, no tiene nada que ver con nosotros.

- Lo lamento, no puedo creer en ti.

- La que cometió el crimen fue tu tía, y la que piensa en matar o en muerte, eres tú.

- Ten - me saqué el anillo de promesa y se lo entregué.

- Me peleé con mi madre por ti, te defendí a capas y espadas. Me entregué a ti en cuerpo y alma, nunca te hice faltar nada. - meneó la cabeza - feliz año nuevo, Mikasa Azumabito.

El cruzó la puerta, se fue.

Una lágrima cayó de mi.

🍡🍡🍡

LEVI ACKERMAN.

¿Por qué mis amigos no me advirtieron sobre el amor? Lo doloroso que puede llegar a ser.

Es cierto lo que dijo Hange: el que se enamora pierde, y yo, perdí.

Hoy fui al departamento de Mikasa, con el fin de proponerle comenzar el 2022 juntos, yéndonos a vivir juntos, pero cuán grande fue mi sorpresa cuando ella decidió terminar conmigo.

Esta angustia no se me va.
Tengo atorado un nudo en la garganta.
Y un clavo en el corazón.

¿Por qué tiene que doler tanto?

Una vez me dije a mí mismo que viviría sin arrepentimientos.
Y si, no me arrepiento de haber amado a Mikasa, porque sí, cada vez fue subiendo de nivel.
El primer te amo que no pude decir, porque fui terriblemente abandonado por ella.

Te amo Mikasa Ackerman, no, Mikasa Azumabito.

Llegué a la casa de Erwin, en donde había una fiesta por el nuevo año.

- ¡Levi! - gritó Hange acercándose a mí.

Ella me observó mejor.

- ¿Qué te pasó? - preguntó en voz baja - es que traes una cara de horror. Me deprimo con solo verte.

- Quiero hablar contigo y también con Erwin a solas. No quiero que Auruo y los demás se metan.

Ella asintió y llamó a Erwin.

Entramos a la habitación del rubio.

- ¿Estás en banca rota? - preguntó el cejotas. - Es que traes una cara de muerto.

- ¿Por qué solo me hablaron cosas buenas del amor? ¿Y las malas qué?

Ambos me miraron fijamente.

- Ustedes saben que Mikasa es la sobrina de esa asesina.

Ellos asintieron.

- Bien, Mikasa no sabía que yo era sobrino de Kenny. Así que se enteró y me dejó.

- ¿QUÉ? - gritó Hange.

- ¿Pero, no deberías ser tú el que guarde todo el rencor? - preguntó Erwin.

- No lo sé.

- No me lo creo ¿pero qué le pasa? - cuestionó furiosa la cuatro ojos - aparte de que la defendiste de tu madre y hasta te peleaste con ella por ella... - Hange se sacó los lentes y se frotó los ojos.

- Capaz algún día recapacite. - dijo el rubio.

- Espero que sí, y espero que no sea tarde.

- No vas a dejar de quererla de la noche a la mañana. - Hange acarició mi pelo.

- Sí, pero me puedo cansar de esperarla.

Erwin asintió.

El destino se empeñó en juntarnos, en ponerte siempre en mi camino. Sin embargo, tú decidiste dar un paso al costado, Mikasa.