UN enredo de TRES. (Omega verse).

Seo-Su

JungSeo había cumplido sus palabras con su ahora actual pareja y prometido. El alfa había dicho tantas tonterías cuando apenas empezaban una relación, que ahora Park notaba que su novio no mentía. De echó tenían una casa, la cual fue comprada por Yoongi. Al principio JungSeo negó tal ayuda, pero JimSu le hizo recapacitar y entender qué en esos momentos necesitaban un hogar para el bebé que vendría en camino. Al final Jeon decidió aceptar y obtener lo que ahora ellos llamaban: hogar.

Había un pequeño deslizador, también columpios y un sube y abaja, además de tener un hermoso jardín, cultivado por el Omega. JimSu admiraba el patio donde pronto su pequeño, jugaría en los juegos que su padre le había puesto como prometió.

Tenía semanas, para su parto programado, y estába nervioso, aún que no tanto como su novio el cual había dejado la universidad por un tiempo; eso fue un problema pero entre platicas y entendíendose uno al otro, llegaron a un arreglo muy positivo para los dos. En fin, JimSu admiraba cómo su novio le ayudaba en lo más mínimo, y es qué JungSeo se había echó todo un futuro padre responsable; en su mirada ya no había ese brillo de travesura, y su forma de actuar había madurado en los meses que estuvieran unidos. Park no podía negar que su novio, siendo un alfa serio le daba escalofríos y le causaba un deseo ancioso por ser tomado por el; ya que Jeon parecía un alfa asotador siendo uno serio.

Por otra parte, el no había tenido contacto con sus hermanos, ya que Jimin vivía en el distrito de su anterior locación, y ahora él vivía a las fueras de Seul con su novio. Minhyu vivía cerca de Icheon, por lo tanto los tres estaban muy lejos de su persona; para JimSu separarse fue duro, ya que el amaba mucho a sus hermanos y el vínculo que compartían era muy fuerte para alejarse demasiado. ; Aún a si no fue problema para el Omega dejar a sus hermanos, pues confiaba en sus cuñados para cuidarlos.

—¡JimSu necesito que me des una mano!—exclamó el alfa, obteniendo la atención del Omega.

El aludido se giró apartandose del balcón para luego bajar las escaleras, y continuar su caminar hasta la cocina; dónde pudo ver a su novio con grasa en sus mejillas, y guantes de trabajo. Jeon apenas había podido siquiera abrir el tuvo del tragadero, cuando sintió que su cuerpo no podía más; en todos los casos JimSu debería ser el agotado, pero en esta ocasión Jeon parecía ser el preñado, no el Omega.

—¿Dime qué necesitas?—preguntó con una suave sonrisa, recargándose en la entrada. El alfa miraba una pieza que no entendía dónde iba exactamente.

—puedes pasarme la llave doce?—el menor asintio, girándose en sus talones, mientras busca el maletín; rápidamente abrió el bolso sacando la anterior lleva mensionada.

—aqui tienes—con pasos lentos, le entrego la llave al mayor. Jungseo estaba recostado boca a arriba, metido entre el fregadero con ropa que no usaba, por estar desgastada. Jim su le miraba curioso, esperando a que su novio pudiera hacer el trabajo de un plomero; aún que lo dudaba mucho.

—ahss...—el menor se apartó cuando jeon salió de su escondite muy molesto.

—¿Que pasa?—se atrevió a preguntar. Jungseo le había mirado rascándose la cabeza.

—ahi algo que no encaja. Necesito una pieza que no recuerdo que tenía—expuso apenado. Jim-su río con levedad, creando un puchero en el mayor.

—¿Quieres que llame a un plomero?—jeon negó serio, pues el quería hacer todo bien en casa.—esta bien, te deseo suerte.

No pudo agacharsé para darle un beso como animos, a si que optó por lo más fácil; acariciar los cabellos negros del alfa. Con ese simple toque jeon se sentía en las nubes. Con determinación y seriedad, tomó su lugar, continuando con su arduo trabajo.