Mi despertar fue sobresaltado.
Y cuando lo hice pensé que sería como aquel día en el que desperté de aquel sueño tan real que había dado vuelta a toda mi vida.
Pero no fue así, no desperté en mi habitación a causa de los gritos de mi madre ni mucho menos.
Esta vez había despertado en una habitación de paredes oscuras asemejando el color intenso de la madera, con plantas en los bordes de la ventana abierta que permitían el paso del aire por toda la habitación.
La cama en la que estaba era pequeña y mientras me levantaba dejando caer mis pies en el piso me di cuenta de que una alfombra peluda estaba debajo de mis pies.
Parecía ser piel animal, por lo que casi de inmediato levanté mis pies descalzos para evitar tocarla.
Con mi corazón latiendo a una velocidad atemorizante me lancé de la cama y me elevé en todos mis centímetros para acercarme a la puerta sin importarme estar descalza.
Era difícil, tener que afrontar algo que creías solo estaba en tu mente, pero que de una forma u otra había entrado en tu vida.
Sintiendo que el aire me faltaba me moví hacia la puerta y la abrí despacio procurando que el chirrido no fuera tan intenso.
Pero si realmente esa mujer era Sarkans, el hada de fuego que había conocido en mi sueño, estaba segura de que ya sabría de mi despertar, por lo que, dejando atrás mis cuidadosos pasos, me propuse recorrer el corto pasillo hacia la sala en la que me había desmayado.
Podía escuchar suaves susurros y risas controladas mientras me acercaba al sofá.
Y ahí las vi a las dos. Una junto a la otra mientras Sarkans pasaba sus dedos por el cabello de mi madre haciéndolo crecer muy lentamente.
Y en ese momento lo entendí.
Sarkans conoció a mi mamá en México, probablemente en aquella convención de la que mi madre había hablado y no tengo idea de como se conocieron, pero aparentemente se enamoraron y ella definitivamente no la iba a dejar morir.
No teniendo el poder que tenía.
La casa era totalmente igual a como la recordaba. Con ese aspecto de casa de hechicera, pero acogedora en todas sus formas.
—Despertaste —susurró mamá al verme.
—¿Cómo es que sabes quien soy? —cuestioné hacia Sarkans al ver que me prestaba total atención.
—Porque yo misma fui quien realizó ese mágico sueño —mi cabeza se ladeó tratando de comprender como había funcionado todo esto.
—Explícate bien, porque realmente no comprendo.
—Los hombres lobos comienzan a buscar a su mate, su amor eterno, su media naranja, como quieras llamarle, cuando cumplen sus dieciséis años. Hace diez años más o menos, tres hombres lobos vinieron hasta a mí para que yo les ayudara a encontrarla, pues después de muchos años no habían logrado localizarla.
Ella lentamente fue descendiendo sus manos del cabello de mamá hacia sus hombros con una parsimonia envidiable en tanto yo continuaba de pie.
—Me pidieron ayuda para reconocerla, para ver su rostro al menos, pues la desesperación que los recorría los estaba destrozando y siendo los lideres de una manada, eso solo significaría la destrucción de esta. Y lo hice, evoqué fuerzas oscuras que te buscaron en sueños y luego hice una conexión entre ustedes, para que sus sueños se entrelazara.
—Yo escribí el guion inicial, pero ustedes marcaron su propio destino.
—Y luego desperté —susurré sintiendo mis manos temblar aparatosamente ante el descubrimiento tan abrumador.
—En efecto, ellos continuaron con tu búsqueda, pero el mundo humano está tan rebosante de personas que fue imposible dar contigo, hasta que conocí a tu mamá en México. Una convención de hechiceras, ni siquiera sé como se enteró, solo sé que la conocí y luego de traerla conmigo ella me mostró fotos tuyas.
—Supe de inmediato que eras tú, pues esos ojos verdes difícilmente se olvidan. Y me dijo que te llamabas Jade.
—Esto debe ser un sueño otra vez —susurré.
—No, no es así, es real, es la continuación de aquello que inició a través de un sueño convocado por fuerzas oscuras, es real y puede ser totalmente tuyo si lo quieres tomar, no pienso llamarlos, no pretendo decirles que sé donde estás, porque ahora le debo lealtad a la mujer que amo y por consecuencia a ti.
—Te doy la oportunidad de elegir si quieres ir a ellos o volver a lo que era tu vida antes.
—Ellos son reales —susurré asimilándolo.
—Lo son y esperan por ti desde hace muchísimos años.
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Jade (Segunda Parte)
WerwolfEs difícil vivir una vida que no quieres, una vida que no tiene las características de la vida perfecta que siempre has imaginado. Difícil pero no imposible y lo sabré yo, que he estado viviendo una vida que no quiero. Después de despertar, pasé l...