Capítulo 16

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—No, Cowen, no —la seguridad con la que dije esas palabras fue cuestionable

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—No, Cowen, no —la seguridad con la que dije esas palabras fue cuestionable.

Pero es que tenía sus dedos en mi coño mientras él se encontraba de espaldas a mí y conmigo a cuatro patas.

—Oh, vamos, preciosa, te juro que no te dolerá —con un suspiro suave asentí y fue todo lo que necesitó.

—Pero hazlo despacio —le pedí al sentir algo frío presionando contra mi entrada.

—Haré que te agrade, cariño, pero necesito que te relajes.

Intenté por todos los medios no tensarme mientras él adentraba el objeto en mi culo lentamente.

Lo giraba y la par movía sus dedos en mi interior en un intento en vano de que no notara lo que me estaba haciendo.

Podía sentir mis paredes dándole el espacio que necesitaba mientras él cuidadosamente lo adentraba hasta que estuvo ahí completamente.

—Joder —susurré al sentir el tirón en todo mi cuerpo y mi rostro se enterró en el colchón al sentir como la sensación de vacío se apoderaba de mi vientre antes de gemir escandalosamente al encontrar mi orgasmo.

Él me sostuvo de la cintura para evitar que me dejara caer por completo contra el colchón.

—Lo hiciste bien, hermosa —su halago me hizo sonreír y supe que mis mejillas se colocaron más rojas de lo que ya estaban a causa del calor ardiente que me había producido el orgasmo.

—¿Debo quedarme con él puesto? —cuestioné en un susurro.

—Si quieres que te cojamos los tres al final de esta semana, pues sí, debes quedarte con él. Y si quieres me encargaré de que olvides que está dentro cada vez que quieras.

La sonrisa en mis labios fue enorme ante su clara insinuación.

—Te avisaré cada vez que lo necesites.

—Bien.

Dejando un azote en mi trasero se levantó y fue hacia el baño para regresar con algo que usó para limpiarme.

Jadeé al sentir el paño húmedo, pero me mordí el labio evitando que algún gemido escapara de mis labios. Había sido suficiente por ahora.

Con cuidado él colocó en su lugar mi ropa interior y luego hizo descender mi vestido para ayudarme a ponerme en pie.

Ese día en particular fue algo movido y no precisamente por las veces en las que Cowen puso sus dedos en mi interior, se trató más por lo que tuve que hacer.

Recorrí casi todos los lugares de su aldea que parecía más una pequeña ciudad, Derek me presentó a las personas que formaban el consejo que lo ayudaba a regir a sus habitantes y pasé por un parque en el que todos los niños se acercaron a saludar a su luna.

Y todo eso con una cosa metida en el culo.

Le pedí a Cowen más de una vez que la sacara, a lo cual se negó y me aseguró zurrarme el culo hasta que no pudiera sentarme si se me ocurría sacarlo por mi cuenta.

Pero si era sincera, no estaba segura de sus palabras eran un castigo real o un premio.

Al llegar a casa solo me pude desplomar en el sofá y mirar al techo mientras los escuchaba moverse por toda la casa.

—Hora de cenar, cariño.

Derek me tomó en brazos y me llevó hasta la cocina para sentarme en un taburete de la isla. Daven dejó un plato frente a mi con papas y carne. Luego los tres se sentaron alrededor de mi y comenzamos a cenar mientras hacían bromas, me contaban de su vida entre otras cosas.

Y en mi mente estuve de acuerdo en que podría acostumbrarme a esto y pasar el resto de mis días así. 

Si ven faltas de ortografía, me las marcan por favor

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Si ven faltas de ortografía, me las marcan por favor. 

Gracias por leer. 

Los amo por su paciencia. 

Dejen su puntitoooo. 

Darkness fuera. 

 

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Jade (Segunda Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora