Jade (Segunda Parte)

Capítulo 8

El bosque se encontraba en un silencio tan cálido que me envolvía de una forma inexplicable.

Si bien el ruido de las hojas moviéndose a causa de la brisa y los animales que por ahí rondaban, creaban una melodía tranquila, era muy diferente a estar en la ciudad escuchando auto tras otro tocando la bocina.

Tenía mucho tiempo caminando y ya me había agotado el agua y los alimentos que Sarkans me había dado, pero no estaba cansada, mi cuerpo se sentía tan resistente y fuerte que podía caminar por esa pequeñas colinas hora tras otra.

Hacía ya unas horas que había dejado atrás el bosque repleto de árboles y me encontraba en una sabana llena de pasto desde donde se podía ver el río, pero estaba tan lejos que llevaba más de media hora caminando y aun no estaba del todo cerca.

Pero cuando llegué a estar frente a él el suspiro de alivio fue tan sincero.

Sintiéndome sedienta me arrodillé en la orilla y llevé mis manos juntas para tomar algo de agua y llevarlas a mis labios para beber.

Estaba fría y se sentía tan refrescante.

Una vez descansé un poco me puse de pie nuevamente y ubiqué el puente de piedra que me llevaría hacia la aldea.

Y nuevamente sentí esa sensación surrealista que me recorrió.

Hacía tanto tiempo que no me sentía emocionada por algo, no sentía este sentimiento de nerviosismo y a la vez de emoción recorrerme completa.

Definitivamente mi vida estaba dando un giro frente a mis ojos y aunque siguiera creyendo que esto era probablemente un sueño, por primera vez mientras cruzaba aquel puente de piedra entendí que era real.

Que siempre lo había sido. Aquella conexión en el sueño que tuve con ellos fue real. Los conocí, los tuve cerca y aunque todo lo que sucedió estuvo solo en mi imaginación, podía recordar cada cosa que le hicieron sentir a mi cuerpo.

Y esa misma sensación que sentí cuando tomé la poción de Sarkans la estaba sintiendo ahora.

Los sentidos agudizados, la capacidad de caminar por horas y no cansarme. Sentir los olores tan fuertes y los sonidos tan de cerca.

Era tan maravilloso sentirlo de esa forma en ese momento porque lograba que toda la experiencia se multiplicara.

Al cruzar el puente comencé a observar por los alrededor las pequeñas flores que lo bordeaban y solo unas cuantas pocas se alejaban de la orilla de río mostrando de esta forma el camino que debía seguir.

Sintiendo mi corazón martillar más velozmente, comencé a caminar más deprisa siguiendo el camino que las pequeñas flores dejaban para mí.

Quise tomar una, pero su olor se elevaba hasta mi envolviéndome dulcemente y entendí que si la arrancaba acabaría con lo que me había atraído de ella.

Sintiéndome más ansiosa por llegar a la aldea de la que Sarkans me había hablado apuré el paso y comencé a correr despacio recorriendo la distancia que me separaba del pequeño bosque un poco más adelante.

El tamaño de los árboles era tan surreal, parecían haber estado ahí por tanto tiempo que probablemente ellos habían visto a dios bajar del cielo en varias ocasiones.

Intentando no distraerme por más tiempo atravesé el bosque lo más pronto posible, hasta que escuché aun aullido gutural que me hizo vibrar.

Y luego recordé que, así como yo podía oler a largos metros de distancia, ellos también y muy probablemente en la manada ya me hubiesen sentido entrando a sus territorios.

Entendiendo que probablemente otros lobos podrían capturarme, apuré mi carrera y comencé a hacerlo más rápido.

Estaba algo mortificada porque aun no sentía ningún aroma cautivador envolviéndome y mientras más me acercaba a la aldea más allá del frondoso bosque.

Y cuando atravesé los árboles lo pude sentir.

Un aroma a chocolate tan fuerte que hizo que los vellos de mi nuca se erizaran, combinado con el cautivador olor de libros viejos y vainilla, la dulce y deliciosa vainilla que me encantaba oler en todas partes.

Y en ese momento me sentí tan plena y maravillosa que corrí hacia esos olores sin importarme nada más.