El final de un nuevo comienzo

Capítulo 19: "Las estrellas son los angeles que mas brillan"

Eran las ocho de la tarde del miércoles, habían pasado tres días desde que Gala había vuelto del pueblo de sus tíos.
Acababa de terminar de hacer unos resúmenes del próximo examen, llevaba toda la tarde desconectada del móvil y cuando termino se puso a revisar las notificaciones que tenía; una llamada de mamá, una mención en instagram de su amiga Alice participando en un sorteo de maquillaje, y por último un WhatsApp de un número desconocido en el que ponía lo siguiente:
-Hola guapa, ¿qué tal?
Gala estaba intrigada por saber quién era la persona que se escondía tras ese mensaje, puesto que no tenía foto de perfil, y procedió a responderle:
-Hola, ¿quien eres?
Pasados cinco minutos el móvil sonó, era otra notificación de ese número desconocido. Esta vez le había enviado una foto de unos ojos y ahí fue cuando Gala descubrió quien era la persona que se encondia tras la pantalla. era Roberto!!!! Imposible no reconocer esos ojazos azules.
A Gala no le podía hacer más ilusión haber recibido ese mensaje pero no entendía como este había conseguido su número...
-Hombre si es el chico "creído" ¿como has conseguido mi número?
-Me lo ha chivado un pajarito
-Seguro que ese pajarito ha sido mi tío
-Mmm puede ser...
Y a partir de esos mensajes Gala y Rober iniciaron una conversación por WhatsApp.
Gala se sentía bien hablando con él y poco a poco fue cambiado su forma de pensar respecto a la mala impresión que le dio el primer día que se conocieron.
Llevaban hablando a diario dos semanas y en una de esas conversaciones Roberto le invitó a que fuera a su cumpleaños que sería el próximo sábado.
A Gala le pareció un buen motivo para ir y que así se volvieran a ver y aceptó.
Llego el sábado y Gala volvió a el pueblo de sus tíos, esta vez para reencontrarse con el chico que había roto sus esquemas.
Eran las diez de la noche, la fiesta de cumpleaños, acababa de empezar, Gala se moría de la vergüenza por estar rodeada de tantos amigos de Roberto que no conocía, pero la verdad que todos le acogieron muy bien y poco a poco se fue sintiendo cómoda en ese ambiente. La fiesta estaba transcurriendo bien, y llegó la hora de apagar las luces y de sacar la tarta para que Roberto soplara las velas pidiendo un deseo. Al terminar la fiesta todos los invitados se empezaron a marchar, incluida Gala pero Roberto salió tras ella y la detuvo.
Roberto: -Se que no empezamos con buen pie pero desde que apareciste en mi vida no puedo dejar de pensar en ti. Me gustaría que esta noche te quedaras un rato conmigo, quiero enseñarte algo.
Gala: El pasado ya está olvidado, ahora importa el presente, y desde que me he parado un poco a conocerte me caes mucho mejor. Vamos, enséñame lo que tienes que enseñarme, me tienes intrigada.

Roberto llevó a Gala hacia un mirador donde las estrellas se veían brillar, sacó una manta del coche, la extendió en el suelo, y se tumbaron a observar las estrellas.

Roberto: Este es uno de mis planes favoritos, me encanta venir aquí para desconectar, miro las estrellas, y la que más brilla sé que es mi abuelo que me cuida desde el cielo. Si algún día no puedes verme, mira siempre a la estrella que más brilla y allí me encontrarás.
Gala: Yo también he pensado siempre que las estrellas que más brillan son los ángeles que nos cuidan desde el cielo. Las personas que se marchan siempre siguen permaneciendo en nuestra vida de una forma u otra porque su recuerdo es imborrable. ¡Pero no digas tonterías!, a ti aún te quedan muchos años para subir allí arriba.
Roberto: Espero que así sea, quiero seguir conociéndote por mucho tiempo más. ¿Te cuento un secreto?
Gala: Cuéntamelo.

Roberto se acercó hacia Gala, ambos labios estaban cada vez más cerca.

Roberto: -¿Sabes que deseo he pedido cuando he soplado las velas? A TI.
Y se lanzó a besarla...

Ambos se dejaron llevar y terminaron haciendo el amor sobre aquella manta bajo el cielo estrellado. Una noche mágica para no olvidar jamas.