| "Nunca dejes que nadie te borre esa sonrisa del rostro. Ni siquiera yo. Ni siquiera esto".
El mejor verano de la historia, sin duda.
Un remolino de emociones que trajo la odiada calma tras de sí. Sophie hubiera preferido quedarse allí incluso cuan...
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Hello Stranger
3 de Junio de 2022
...
Sophie atravesó el marco de la puerta abierta de la habitación. Jake estaba durmiendo tan profundamente que no escuchó el timbre sonar porque, además, cuando sus párpados se cerraron él aún llevaba sus auriculares puestos.
Fue hasta la entrada principal y abrió la puerta, la rugosidad del suelo de madera le rozaba los pies y estaba incómoda. Eran las ocho de la tarde, y llevaba ya dos días enteros allí en los que supo que Sunghoon solía estudiar en la biblioteca hasta tarde cuando no salían. Por eso, esperaba que fuera él, pero cuando se encontró a aquel chico de ojos avellana a quien no se atrevía a hablarle, esbozó una sonrisa tonta y dio un grito ahogado por la sorpresa.
Se hizo a un lado, dejándolo pasar diciendo un simple "hola" casi inaudible. Traía una sonrisa de oreja a oreja e iba en un blanco bañador conjuntado con una camiseta a rayas, su pelo de un débil rosa estaba levemente mojado y despeinado.
Para ella, cada uno de los chicos era aún un desconocido. Si bien había tenido alguna pequeña conversación con Jungwon, no le pareció ningún gran acercamiento y, además, sus ojos estaban puestos en aquel chico que acababa de entrar a su casa temporal como un extraño.
—Solo por preguntar... ¿Qué haces aquí? —Sophie no quería sonar grosera, pero no esperaba su visita aunque fue tan agradable como desprevenida y estaba nerviosa. Cualquier otro chico no habría causado ese efecto en ella, pero era inevitable. Sunoo la ponía nerviosa.
—¿Jake no te ha avisado? Vendrá conmigo a la playa. Me ha dicho que estaba ocupado, y que más tarde —dijo con aquella melodiosa voz, y la sonrisa aún pegada a la cara como si fuera incapaz de hacer otra cosa que no fuera sonreír.
"Maldito Jake". No le avisó, de hecho, omitió los datos para ella y a Sunoo le soltó una pequeña mentira, si por ocupado se refería a jugar videojuegos de fútbol hasta que se quedó durmiendo escuchando música de artistas coreanos.
—No lo sabía. Iré a avisarle de que estás aquí. Creo que no te ha oído entrar —Sophie fue hasta la puerta de su cuarto y abrió un poco. Entró, sin dejar ver al chico que en realidad su primo descansaba plácidamente en su cama.
Y ahí seguía. Con el cuerpo doblado de una forma extraña, los auriculares con el cable tensado a punto de caer de sus orejas y la boca abierta. No roncaba, de milagro.
Ella se acercó y le propinó un golpe en el brazo que lo despertó alarmado y asustado.
—¡Tienes mucha cara! —susurró ella.
—¿Qué dices? —frunció el ceño deshaciéndose de la música y de los audífonos. Sophie pudo ver cómo la pantalla de su móvil se encendía y ponía "Savage".
