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Goodbye Jake

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Goodbye Jake

30 de Junio de 2022

...


Sophie se bajó tan pronto como Jay aparcó rápidamente y de cualquier forma frente al bloque de apartamentos donde se encontraba el de ella, Jake y Sunghoon.
Sunoo hizo lo mismo tratando de alcanzarla, y ambos entraron siendo seguidos por Jay y Jungwon, que iban un poco más calmados.

—¿Qué crees que puede pasar? —preguntó Sunoo, subiendo la escaleras. Su voz era acompañada por las tintineantes llaves de Sophie.

—Algo importante si es que tiene que volver. Algo relacionado con su familia, por eso me preocupa.

Suspiró estando frente a su hogar, y cuando fue a abrir, una llamada entrante de Jake los sorprendió en el teléfono de Sunoo. Este miró a la castaña, esperando alguna pista de si tenía que cogerlo o no.
Ella solo negó y abrió la puerta todo lo rápido que pudo para así encontrarse a Sunghoon y Jake sentados en el sofá, echados hacia adelante, y ambos preocupados. Jake movía la pierna de arriba a abajo con nervios, y cuando los vio dejó su teléfono a un lado y dio un suspiro de fastidio.

—Dime qué es lo que pasa —ordenó Sophie acercándose. Detrás de ella aparecieron Jungwon y Jay, sofocados por haber corrido por las escaleras hasta llegar allí, y estos cerraron la puerta tras de sí.

Sunoo acompañó a Sophie, pero tal y como sus otros dos amigos, se mantuvo al margen y de pie al lado del sofá, a diferencia de ella, que se sentó en medio de su primo y el pelinegro que lo acompañaba.

—Jake, habla —pidió en tono suplicante—. Estoy empezando a preocuparme más. —miró a Sunghoon, este no contestó y solo se limitó a evitar la mirada y continuar pasando su brazo por detrás de la espalda de Jake.

—Es mi madre.

Los ojos de Sophie se abrieron como platos.
—¿Qué le pasa? ¿Está bien?

—No. La tienen que operar de urgencia, hoy.

—¿De qué?

—Un... —se frotó la frente con las manos—. Un trasplante de corazón. Ya tienen al donante, es alguien a quien no conocemos y a quien quiero agradecer eternamente antes de que metan a ambos a quirófano, así que me voy.

—El vuelo son diez horas, Jake. —le recordó Sophie.

—Bueno, pues no voy a agradecérselo pero quiero irme cuanto antes para llegar cuando mi madre esté despertando.

Sonaba histérico, y Sophie lo comprendía perfectamente. Demasiado. Solo de pensar en dejar a alguien a quien quería más que a nada, como era Sunoo, se le erizaba la piel y el corazón se le aceleraba lleno de ansiedad y miedos.
Pero lo de Jake era aún peor. Era su madre, estaba en otro país, y podía morir si no se hacía algo rápidamente.

—Pues vamos. —Sophie se levantó dispuesta a hacer rápidamente las maletas con lo que encontrara más rápido.

—No. Quédate —dijo—. No quiero que viajes de un lado a otro de nuevo. Será solo una semana, y te mantendré informada de todo.

—Es mi tía, Jake, y no cualquiera. Es tu madre —contestó sin comprender por qué Jake insistía en algo tan normal como aquello.

—He dicho que no hace falta. Además, mi vuelo sale ya. No da tiempo. Me tengo que ir. —miró a Jay—. ¿Me llevas? —dirigió la mirada a sus propias manos, suspendidas en el aire y temblorosas—. No creo que yo pueda conducir.

—No, desde luego que no. Vamos.

Sophie, preocupada y sintiendo impotencia por no haber llegado antes y poder acompañar a Jake en algo tan importante como aquello, dio un largo suspiro de frustración y una lágrima asomó por su ojo. Sunghoon se encargó de limpiarla con un pañuelo que sacó de una caja de estos, puesta sobre la mesa.
Sophie se fijó en los ojos rojizos de Jake. Probablemente se enteró en cuanto ella se fue y llevaba ya casi una hora llorando.

Se dio cuenta de que, en algún momento de la tensa conversación, Sunoo había tomado su mano y ahora se encontraba sosteniéndola sentado junto a ella. No se percató de que había hecho aquello, pero en cuanto lo hizo, se sintió un tanto reconfortada.

Jake llegó de su cuarto, al que había entrado rápidamente para coger su maleta, y se dirigió a la puerta que Jay mantenía abierta.

—Jungwon y Sunoo pueden dormir aquí si quieren. Sunghoon, cuida de ella durante esta semana. Si le pasa algo te mato —amenazó antes de salir y dar un portazo seco con la puerta.

Ahora ya se estaba yendo, y Sophie se desplomó como de costumbre después de que su primo la dejara con mal sabor de boca y sintiéndose estúpida e impotente.
Sunoo la rodeó con los brazos, y pasó a ser su espalda la que Sunghoon acariciaba a modo de consuelo.

—Espero que tu tía esté bien —quiso aportar Jungwon, un tanto incómodo.

Sophie asintió secando sus lágrimas por última vez antes de corresponder por un momento el abrazo de Sunoo y separarse con una sensación más dulce que la que tenía hasta hacía unos momentos.

...

Ya era por la noche. Como Jake dijo, Jungwon y Sunoo se habían quedado a dormir allí. Jay pasó un rato con él en el aeropuerto, siendo un soporte emocional mientras lloraba y esperaba a que su vuelo fuera anunciado. Después le dieron un respiro tras haber sido chófer de todos ellos durante el día, y se marchó a su casa dejando a Sunoo y Jungwon en el apartamento de Sunghoon, Jake y Sophie.

Sunghoon había querido alegrar el ambiente tal y como contó que estuvo intentando animar a Jake, pero como era normal, para él fue en vano. Sin embargo, a los tres adolescentes a los cuales sentía que estaba cuidando sí que pudo animarles con una serie de juegos de mesa y un karaoke improvisado.

Cuando se hizo medianoche a dos de ellos les entró sueño, y se quedaron durmiendo sobre los colchones improvisados con mantas y cojines en el suelo del salón.
Sunoo acariciaba la pierna de Sophie, bajo una manta aterciopelada de color rosa, esperando reconfortarla. Y ella, sin decir nada, trataba de asimilar lo que estaba pasando.
Quería estar segura de que todo saldría bien y de que su tía podría vivir unos años más con su corazón nuevo, aunque lo que le inquietaba no era eso. Ella nunca supo que tenía problemas del corazón, y ahora se habían acabado los remedios para estos.

...

𝐎𝐔𝐑 𝐒𝐔𝐌𝐌𝐄𝐑 | Kim Sunoo ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora