| "Nunca dejes que nadie te borre esa sonrisa del rostro. Ni siquiera yo. Ni siquiera esto".
El mejor verano de la historia, sin duda.
Un remolino de emociones que trajo la odiada calma tras de sí. Sophie hubiera preferido quedarse allí incluso cuan...
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What should I do?
1 de Julio de 2022
...
Escuchó el sonido chirriante de la puerta abriéndose, y no tuvo otra cosa que hacer que sacar la cabeza de entre sus piernas, donde la tenía apoyada mientras estaba sentada en la cama con las rodillas en alto. Solo había pasado un día desde que Jake se fue y por el momento todo lo que había hecho era llorar, preguntarse qué estaba haciendo allí y por qué no era capaz de tomar las decisiones correctas.
Habló con su madre, diciéndole esta que la operación ya había sido realizada pero que Jake no quería hablar. Probó a escribirle, incluso a llamarle, pero no leyó sus mensajes y no se conectó a la aplicación de chat desde que se fue.
Sophie estaba preocupada por el estado de su primo, y por supuesto por el de su tía. Era casi de noche, y todo lo que hizo en aquel día fue salir a comer en un completo silencio sepulcral que ella misma sembró. Después se metió a su cuarto, que era el de Jake, pero él no estaba. No lo extrañaba, ya había pasado años sin él en Australia, el problema eran las circunstancias que se habían presentado y el hecho de que Jake no daba señales de vida.
Quien había entrado a su cuarto era Sunoo, en uno de sus intentos de animarla, en vano. Era la cuarta vez que lo hacía en todo el día, sabiendo que la castaña también necesitaba su espacio. Se sentó a su lado sin hacer ni un solo ruido y la calma continuó unos minutos. Sunghoon, comprensivo y consciente del vínculo de ambos, dejó que Sunoo se quedara allí hasta que Jake volviera. Jungwon ya se había ido, no sin antes tratar de reconfortar a Sophie dándole un abrazo y prometiéndole que todo saldría bien. Pero para Sophie eran palabras frías y vacías de significado, porque al igual que ella, Jungwon no sabía nada de Jake, de lo que estaba pasando en Australia. Y tampoco se hacía una idea de los sentimientos encontrados que tenía Sophie.
Ella tenía que haberse ido, pero no lo hizo. Se quedó allí sintiendo impotencia en cuanto Jake salió por la puerta, y el único apoyo real que tenía era Sunoo, quien sentía que podía comprender sus sentimientos aún cuando jamás había sentido algo semejante. Ni siquiera un poco.
—Soy estúpida —habló por fin, pero a Sunoo esas palabras no le gustaron.
—Eso no es lo que quiero oír. —frunció el ceño—. Quiero que sonrías. Sonríe como la primera vez que me viste, como cuando nos dimos nuestro primer beso, ¿quieres? Sonríe como sonrío yo cada vez que te veo.
—Ahora no estás sonriendo.
—Porque estás triste, y tus sentimientos son los míos. —agarró su mano con fuerza, llenándola de calor y una sensación de cobijo que desde luego que necesitaba—. Sophie, tú sabes más que nadie que entiendo cómo te sientes. Me da igual el tiempo que llevemos juntos. Sabes que entiendo todo lo que pasa por tu mente con solo vértelo en el rostro. Si yo estuviera así, tú también te darías cuenta.
