› Epílogo ‹

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Again

13 de Febrero de 2024

...

"Hasta pronto"

—¿Cómo dices, Jake? —Sophie parecía anonadada. Su primo pronunciaba palabras difíciles de creer al otro lado de la línea.

—¡Que estoy en la puerta de tu casa! ¿Tu madre no está? —interrogó con total normalidad, el australiano. Detrás suya se escuchaban risitas risueñas que erizaron los pelos de los brazos de Sophie.

—Estoy sola en casa, con Nozomi.

La japonesa, a su lado, no entendía nada. Ambas estaban sentadas con sus teléfonos sobre la cama de la castaña, algo aburridas porque acababan de terminar de estudiar juntas, y el silencio había permanecido cuando pararon, pero la llamada de Jake lo interrumpió.
Ahora ella estaba perpleja y su amiga se preguntaba qué sucedía.

—Jake ha venido —le informó, volviéndose hacia ella—. Voy a abrirle.

—¿Desde cuándo está en Australia?

—Desde ayer —respondió Jake por ella, aparentemente escuchando la pregunta de la chica desde el otro lado.

Sophie se levantó de la cama, haciéndole a la japonesa un gesto para que esperara. Salió de la habitación y bajó las escaleras, yendo hasta la puerta principal con rapidez.

Ya era verano en Australia, desde hacía unos meses, y cuando comenzó a Sophie se le vino a la mente un recuerdo tan lejano como cercano que, en ocasiones, no le dejaba dormir. Un recuerdo precioso, pero silencioso. Oscuro. Lejano.

Habían pasado dos años desde aquel verano. Dos años en los que no se olvidó de él ni un solo día, pues en todos ellos aparecía algo que feflejaba la esencia del chico de cabellos rosados. Todo lo recordaba a él, el más mínimo detalle.
Creyó que lo superaría con facilidad, pero no fue así. Era difícil, sobre todo cuando aún no había llegado nadie que le hiciera sentir al menos la mitad de cosas que el coreano, y sabía que nadie lo haría nunca.

Y Jake le recordaba mucho a él.

Abrió la puerta encontrándose con su primo, y una amplia sonrisa decoraba su rostro, algo más maduro. Al igual que ella, había cambiado un poco, y apenas se habían visto en llamadas como para darse cuenta.

Se preguntaba cómo sería Sunoo, pero no iba a poder saberlo.
Apenas se mandaron mensajes después de su ida. La distancia era un obstáculo demasiado fuerte, y no merecía la pena tratar de derribarlo cuando sabían que, igualmente, no iban a encontrarse.

También le dijo que la visitaría, pero no sucedió. Y por supuesto, ella no pudo ir a Corea de nuevo en ningún momento. Empezó la universidad poco después de regresar, de hecho, y su tiempo estaba algo reducido. Sobre todo para viajar a otro país.

Quienes fueron a verla fueron Riki y Heeseung. El mayor ya estaba libre de sus responsabilidades universitarias hacía un año, y Riki aún podía permitirse el lujo de una escapadita, a la que se unió Liz unos días. Se vieron, conocieron a los padres de la australiana y se encontraron en persona con los de Jake. Además de conocer a Nozomi y vacilar un poco de esto a Sunghoon.

—Hola. —Sophie sonrió al ver a su primo. No podía no extrañarlo. Fue la segunda persona a la que más quiso ver por encima de todo. Y a este le seguía Sunghoon, y luego Jungwon. ¿Qué había sido de ellos? A veces charlaban, pero eran sus amigos más cercanos allí y no la visitaron.

𝐎𝐔𝐑 𝐒𝐔𝐌𝐌𝐄𝐑 | Kim Sunoo ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora