› Veintiuno ‹

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11 de Julio de 2022

...

El timbre resonó en toda la casa, haciendo que Sophie diera un respingo en el sofá y uno de sus auriculares inalámbricos cayera sobre la superficie blanda de este.
Dio un suspiro tocándose el pecho y aliviando el susto, para así levantarse e ir hacia la puerta.

Sunoo ya se había ido a su casa. Ese día llegaba Jake, por lo que tuvo que volver a su hogar con Jungwon y Jiwon.
La castaña sabía que el que se encontraba detrás de la puerta era Jake. Lo que no sabía era el tipo de reacción que tendrían ambos al verse de nuevo tras algo más de lo que iba a ser una semana estando él fuera.

Dejó su teléfono en el sofá lanzándolo vagamente, y escuchó cómo un estudioso Sunghoon salía de su cuarto a recibir a Jake tras llevar metido en este horas y horas, explorando los libros de la universidad.
Sophie lo conocía lo suficiente como para saber que había procastinado tanto que ahora no podía hacer otra cosa que estudiar todo el día.

Abrió la puerta por fin, y se encontró con un sonriente Jake al que echaba de menos ver, con su maleta en mano, agarrada del asa y arrastrando por el suelo con mucha más energía y firmeza de la que esperaba.
Jake, antes de pasar, se sumió en un abrazo con Sophie que la hizo sentirse reconfortada y curada de todos los males que les habían estado rodeado durante aquel tiempo. De las penas y de los pensamientos negativos.

-¿Cómo se te ocurre, Jake? Ofrecerte a... -ella no quería fastidiarlo, pero necesitaba comentar aquello, quedarse tranquila sabiendo que Jake estaba finalmente satisfecho con lo sucedido.

-Hablaremos de eso más tarde, ¿vale? -miró a Sophie a los ojos sonriendo, a lo que ella asintió.

Jake se separó para así pasar, dejar la maleta a un lado y darle un abrazo amistoso a Sunghoon.

-Por cierto -Jake dirigió una mirada a la castaña tan pronto como se separaba del pelinegro, algo conmocionado por el regreso del australiano-, he hablado con Sunoo, y tiene algo preparado para ti. -sonrió con picardía.

Las mejillas de Sophie se tornaron rojas y esbozó una inevitable sonrisa que ocultó con una de sus manos, asintiendo al mismo tiempo.
Se dirigió al interior de su cuarto con la maleta de Jake, llevándola por él, y fue seguida por su primo hasta dentro.

-Ya que esta noche tienes una cita... -cerró la puerta tras de sí-. ¿Quieres hablar ahora?

Sophie suspiró. No podía seguir huyendo de aquella situación aunque quisiera. Hablar y comunicarse haría más fáciles las cosas, y de esa forma podría tener paz mental en cuanto a lo sucedido, al igual que Jake, que lo mostraba menos pues apenas hablaron cuando estuvo fuera y ahora mantenía una sonrisa, pero seguía afectado.

-Jake, yo solo quiero saber cómo está tu madre. Lo importante ahora es que ella está operada y tú estás aquí. Si no quieres hablar de lo que ya sé, lo entiendo, es mejor evitarlo.

-Y yo quiero que entiendas mi posición. Sé que lo haces, pero te cuesta y es normal. Si me ofrecí no es porque quisiera morir ni nada por el estilo, es porque es mi madre y fue una decisión precipitada con tal de salvarle a ella. -se rascó la nuca, nervioso-. Cuando se ofreció mi padre no me lo pude creer y sentí demasiadas cosas inexplicables en el momento. Sobre todo dolor, pero también alivio porque de haberme ido y haberte dejado a ti y a los demás, no me habría ido con la consciencia limpia. En cambio, papá se veía genuinamente feliz hasta el último momento. Incluso antes de entrar a quirófano...

A Sophie se le escapó una lágrima que a Jake ya no le salía de tantas que derramó.
Fue directo, algo que Sophie agradecía. En ese momento necesitaba escuchar aquello, que su primo quería quedarse junto a ella y que todo había salido bien.

-Mamá vivirá unos diez años más. -sonrió. Parecía ya consciente de ello y de lo que eso suponía, pero era tiempo suficiente para disfrutar-. La operación ha salido genial y está bien. Ayer enterramos a mi padre.


Aquello último se sintió como una gélida punzada en el corazón cálido de Sophie.
Pero era la realidad, y gracias a esa realidad su primo seguía vivo.
Dio un suspiro, secó algunas lágrimas y asintió.

Fue a fundirse en un último abrazo con Jake y esperó que jamás tuviera que verse de nuevo en aquella situación.

...

-Esto es... no tengo palabras.

Sophie se vio ante un cielo estrellado con algunas estrellas fugaces cayendo velozmente. A su lado estaba Sunoo, sentado al igual que ella sobre la manta de cuadros amarilla que colocaron en la arena de la solitaria playa.

Hacía frío, y el viento azotaba la arena contra su piel, al igual que movía los cabellos de Sophie con la brisa y ella arreglaba el flequillo de Suno por la misma razón.

Las estrellas se mezclaban y adornaban el cielo galáctico y oscuro como pequeñas pinceladas blancas. Jamás había presenciado algo igual en persona y era mucho más mágico que cualquier imagen de internet. Aquello era inexplicable, especialmente porque compartirlo con Sunoo le hacía no querer irse de allí nunca.

Ahora se sentía aliviada después de que Jake hubiera vuelto y estuviera bien. Tras haberle contado todo aquello, sintió que las cosas volvían a la normalidad a pasos agigantados y eso entusiasmaba a Sophie. Podría vivir su verano de ensueño.

Sunoo le dio la mano, y ambos miraron las estrellas que tanto les recordaban al otro por su belleza pura y única.

En el momento en el que pasó una estrella fugaz cercana y grande, Sophie cerró los ojos al observarla y pidió un deseo.
"Sunoo y yo siempre estaremos destinados".

...

𝐎𝐔𝐑 𝐒𝐔𝐌𝐌𝐄𝐑 | Kim Sunoo ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora