› Veintinueve ‹

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Bad news

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Bad news

10 de Agosto de 2022

...

—Dime, ¿tienes algo planeado? —Sophie se acomodó en su sofá-cama esperando una respuesta de Jake.

—¿Para esta tarde hoy que no voy a estudiar? Por supuesto. —Jake se levantó de su silla, sacudiendo su sudadera, que tenía algunas migajas de unas galletas que estuvieron compartiendo—. Sobre todo cuando solo quedan diez días para que te marches.

—Ugh... —Sophie quiso hundir la cabeza en la almohada, pero retuvo en sí sus ganas de hacerlo—. No me lo recuerdes...

Cada día que había pasado tras su discusión con Sunoo aumentó sus ganas de quedarse, aún cuando era imposible. Su familia y sus amigos de siempre estaban en Australia, aunque los que la acogieron en Corea se hubieran convertido en un gran recuerdo y una familia falsa ideal. Sus estudios y su futuro estaban allí, todo en su país. Y todo lo de Sunoo se quedaba dentro de los límites de Corea.

Jake se acercó a donde la castaña estaba sentada, y se agachó para darle un pequeño abrazo que la reconfortara.

—Prometo que te visitaré en cuanto termine la universidad. No sé si me quedaré aquí o volveré, de todos modos.

Sophie sintió cómo sus ojos brillaban y se iluminaban por un momento, la esperanza de tener de nuevo a Jake siempre cerca le gustaba. Pero no podía olvidarse de Sunoo. La verdadera razón por la que su verano fue maravilloso y siempre sería inolvidable.

Pero entonces, cuando sus brazos aceptaron a Jake y le rodearon la espalda, su teléfono vibró escandalosamente a su lado.
Cuando ambos lo miraron, se asustaron al ver "mamá" en la pantalla. Pues, en efecto, la madre de Sophie la llamaba y aquello no solía pasar a no ser que fuera algo importante.

Jake se separó de su prima, y Sophie se aclaró la garganta a la par que descolgaba el teléfono.

—¿Mamá? ¿Qué pasa? —preguntó, algo angustiada, pues últimamente solo había estado hablando con la mayor de su vuelo.

—Ha habido un problema, hija. —suspiró—. Se ha cancelado tu vuelo. He estado mirando con esa misma compañía, porque es la mejor y además hay un descuento bastante importante...

—¿Y bien? Tampoco pasa nada si es un poco más tarde. —fue a reír, pero entonces la voz de su madre acompañada de una tos incómoda se hizo presente.

—No es eso, de hecho. Solamente hay uno disponible para... dentro de cinco días. El quince de Agosto.

El rostro de Sophie se transformó, y el de Jake también al estar el altavoz puesto.
Se miraron entre ellos, y la castaña sintió ganas inmediatas de llorar cuando escuchó "cinco días". Cinco días para que todo terminara de una vez.
Pero tal vez era mejor. Acortar el sufrimiento, pasar página más rápido y terminar con aquel sueño del que, en algún momento, tenía que despertar. Salir del paraíso en el que se vio perdida y volver a la normalidad de Australia a la que estaba acostumbrada, pero que ya no quería ver. No sin Sunoo.

—Vale mamá, gracias por avisar. Iré haciendo las maletas. —intentó que su voz no se quebrara. No quería llorar más, y menos aún cuando estaba a tan solo una o dos horas de encontrarse con todos.

—Hija, lo siento. Sé algo de ese chico, Sunoo, y sé que te gusta, pero...

—Mamá, no pasa nada. No me duele tanto —mintió—. Yo ya sabía que no iba a ser eterno. —fingió una risa, con tal de tranquilizar a su progenitora.

—Está bien. Hasta pronto, cariño.

Aunque la señora no sonó del todo convencida, ambas sabían que no se podía hacer nada.

Sophie colgó. Jake fue a abrazarla, pero ella lo apartó delicadamente con una mano.

—Estoy bien —dijo. Ya no solo trataba de convencer a Jake, sino también así misma—. Llama a los chicos y díselo. Tienen que saberlo, ¿no? Yo hablaré con Sunoo.

Jake asintió no muy seguro de su decisión. Lo cierto es que Sophie necesitaba un fuerte abrazo, pero uno de Sunoo.

Ya tenía planeados sus próximos cuatro días allí, y aunque no todos eran lo más divertido que se le ocurría, debido a que tenía que prepararse para irse, estaba segura de que todos los demás, junto a Sunoo, serían de lo más inolvidable de su verano. A la vez que lo más doloroso, pero necesario, porque tanto ella como él necesitaban disfrutar del otro en esos últimos días.

Jake salió de la habitación con el teléfono en mano, y ella llamó inmediatamente a Sunoo mientras rescataba su maleta más grande del fondo del armario de Jake.

—¿Sí?

Cuando se dio cuenta de que Sunoo ya estaba al teléfono, se quedó petrificada y sin poder hablar por unos segundos. La sangre se le enfrió dentro del cuerpo, y no sentía el movimiento de los dedos. Le costó abrir los labios, estaba asustada, pero finalmente logró poder pronunciar palabra.

—Tengo una mala noticia... —dijo, y tragó saliva al instante.

—¿Otra más?

La voz dulce del chico no se esfumaba ni cuando trataba de utilizar un tono amargo y sus palabras eran frías, cuando la decepción se plasmaba en ellas.

—No me voy el veinte. —suspiró y sintió que su corazón se rompía al escuchar un "¿eh?" De parte del coreano—. Me voy el quince.

Tanto ella como Sunoo se quedaron sin palabras tras eso.

—Está bien... —se le oía, claramente, afectado—. Enseguida te mando un mensaje.

Colgó, y Sophie volvió a desplomarse en el sofá-cama, suspirando pesadamente. Estaba a punto de sollozar, cuando la puerta se abrió, dejando ver a Jake de nuevo.

—Los chicos quieren hacerte una fiesta de despedida.

...

𝐎𝐔𝐑 𝐒𝐔𝐌𝐌𝐄𝐑 | Kim Sunoo ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora