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La Guerra Había Estallado.

Un mes después de los fatídicos incidentes en tres de las cinco grandes sectas, los jóvenes discípulos de estas mismas y otras más regresaron a sus hogares, más las antes mencionadas no pudieron nisiquiera entablar largas conversaciones con herederos, hermanos o hijos cuando estos líderes de renombre tuvieron que acudir a Cloud Recesses ante la urgente problemática.

En ese cortó mes muchas cosas habían cambiado.

La secta Jin obligó a su líder a entrar en reclusión forzosa, debido a su vergonzoso pasado y su cruel actuar Madame Jin amenazó al consejo con su separación, aquel sería otro gran golpe que los ancianos no estaba dispuesto a permitirse, el dimitir constante de los discípulos tampoco ayudaba así que se decidieron, Jin GuangShan se retiraría y Jin ZiXuan asumiría el cargo.

Aquella no fue la única noticia sorprendente y que ponía en un asfixiante sosiego a las pequeñas sectas y sus pobladores aledaños.

Madame Yu y su esposo, el líder de secta, Jiang FengMian, habían perdido la mitad de sus discípulos así como de Lotus Pier, aquello los ponía en desventaja más no tanto como el hecho de haber perdido importantes extremidades de sus cuerpos.

Ahora, debido a que dos grandes sectas se tambaleaban, Lan QiRen había sugerido y enviado cartas con la intención de una reunión y alianza.

En el Salón de la Elegancia, con todas aquellas figuras importantes y sus herederos y discípulos principales ya presentes, la gran mesa se sentía pequeña e insignificante, o al menos así era para los preocupados Wei WuXian y Jin ZiXuan, quienes nunca esperaron asumir tan jóvenes cargos tan importantes y pesados.

Tras de una de esas figuras importantes, en el lado opuesto de la mesa, Lan XiChen miraba todo con una tenue sonrisa que no llegaba a sus ojos pero que la mantenía por costumbre, con el único afán de que no le preguntarán del porque de su demacrado estado, de sus oscuras ojeras y de su aire fantasmal.

El pasó de aquel mes había sido una tortura, las peleas constantes con grupos extranjeros de cultivadores los tenían en repetidas noches de insomnio, el pensar en diversas estrategias junto a su Da-Ge y el Omega que ocupaba su corazón era un retumbar doloroso de cabeza y corazón, este último era como una herida abierta que no para de sangrar apesar del tiempo transcurrido, y este mismo tiempo pasaba lento o muy rápido frente a sus ojos, era como si se burlara de él.

Y en aquellas largas noche o en las tardes o días que veía la escena de su mejor amigo, besar, abrazar o consolar al Omega solo había desesperación y preguntas en su corazón.

La palabra "hubiera" se repetía constantemente en su mente como una cruel burla.

"¿Y si hubiera hablado con el consejo de ancianos sobre mi sentir?"

"¿Hubieran aceptado mi matrimonio con alguien fuera del clan?"

"Si hubiera confesado mis sentimientos desde el principio ¿A-Yao tal vez me hubiera aceptado?"

Esas y muchas preguntas más se repetían en su mente, la tortura de su propio cerebro no lo dejaba ni dormir ni comer, aún así no había tiempo para pararse y preguntarse realmente como se sentía, para llorar su dolor o buscar el consuelo de su familia, ahora era tiempo de dejarse de lado y no ser egoísta.

Para cuando Lan XiChen se dio cuenta, los líderes de las cinco grandes sectas ya se hallaban hablando durante minutos.

-La sugerencia del líder Lan es conveniente -aceptó inesperadamente Wen Ruohan-

Lan QiRen no dijo nada, simplemente bebió de su té ignorando de forma contundente y fría al Alpha, el Wen sonrió y rio divertido, aun así no puede evitar la punzada dolorosa que atravesó su pecho, si tan solo su joven yo no hubiera sido tan débil no habría renunciado a su Omega, al hombre que realmente ama.

Rompiendo Cadenas -Xicheng-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora