¡¡Somos 3000!! Y, para celebrarlo, he decidido subir un capítulo de esta novela. ¡¡Tres mil gracias a todos por seguirme, me hace muy feliz ver que os gustan mis novelas y recibir vuestro apoyo!! <3<3.
Espero que os guste este capítulo de regalo, el próximo lo subiré el día 1 de marzo, tal como toca :D. Y leed hasta el final, ¡¡que hay otra sorpresita!!
***
Reth sabía que lo mejor habría sido ir a dormir a su cuarto y dejar que esa maldita noche acabase de una vez. Antes de que Liam regresase con Joy le había dicho a Chanel que tenía una emergencia familiar y que tendrían que dejar lo suyo para otro día. Chanel se había mostrado extrañamente comprensiva, pese a que él iba preparado para recibir un golpe de un zapato de tacón en la cabeza. Le pidió que fuese a verla en cuanto pudiera, pero Reth, tras dudar un momento frente a su puerta, acabó volviendo a su despacho para dar cuenta de la botella de whisky más cara que tenía.
Liam se unió unos minutos después. No hablaron, o no mucho. Se metieron el uno con el otro y luego, la autocompasión ganó la batalla y se sumieron de nuevo en un silencio cómodo y comprensivo. Cuando se estaba quedando dormido en su sillón, oyó a su amigo decirle:
―En realidad, puedo secuestrarte todas las tías que quieras, y gratis. Solo me hacía el digno.
Y se le escapó una carcajada, que contagió al falsamente serio Liam. Después de eso no recordaba mucho más.
Se despertó para el desayuno, con la cabeza palpitando por la resaca. Se limitó a darse una ducha, ponerse unos vaqueros y una camiseta de manga corta e ir a desayunar. Liam estaba con el traje todavía, medio tirado en la mesa, con la cabeza apoyada en su manaza, mirando a Lidia que paseaba por la cocina preparando huevos y bacón.
―¿Qué se celebra? ―preguntó Reth, al ver el despliegue.
―Me cuida ―bromeó Liam, con una sonrisa sugerente.
Reth se sentó frente a él y le dio un golpecito en el codo para tirárselo de la mesa. No por una cuestión de modales, fue una forma de molestar, más bien. Liam dejó ir una risa, pero su vista siguió detrás de Lidia. Reth sabía que su mejor amigo estaba colado de ella y que también disfrutaba más del juego que de una posible relación. Una vez se lo había dicho, y se había limitado a decirle que no quería joderla.
―A ella no ―le dijo, con un tono tan serio que Reth jamás insistió.
De todas formas, Lidia nunca había dado muestras de querer a su amigo de esa forma. Salvo cuando al parecer le mimaba para aliviarle la resaca. Era familiar y cercana con todo el mundo, de todas formas. Tanto que se inclinó a darle un beso en la mejilla a Reth, tras depositar un plato frente a él repleto de comida.
―Tienes una pinta horrible ―le dijo, con su marcado acento mexicano.
―Gracias, cielo, tú estás preciosa, como siempre ―replicó, con una mueca, haciendo que Liam le diera una patadita bajo la mesa y le lanzase una mirada de advertencia.
Reth solo se rio de él y pinchó huevo y bacón para llenarse la boca. Se moría de hambre. Las cenas en restaurantes de lujo siempre le dejaban con la sensación de que no había comido demasiado y la noche casi en vela no había ayudado.
Joy fue la primera en unirse a ellos en la cocina. Reth dejó caer el tenedor sobre su plato de forma muy ruidosa. Estaba seguro de que había sido una pesadilla. Una horrible pesadilla. No sabía cuánto había bebido durante la cena, y después, para aceptar a meter a esa mujer en su vida. Quizá tendría que haberles dado el dinero sin discutir, para no saber nada de ellos nunca más. Pero por mucho que odiase a Joy, no quería que le pasase nada. No de verdad.
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El precio del amor - *COMPLETA* ☑️
Romance¿Cuánto pagarías por pasar una noche más con la persona que te rompió el corazón para siempre? *** Todos los derechos reservados