-¡...perra!-
<<Esa maldita Mena>> pensó y sus impulsos lo llevaron a colocarse la sudadera hasta la cabeza, los lentes de sol, tomar el glut y salir corriendo para buscar a Mena (no sin antes inhalar otra línea)
Al salir notó que había aún bastantes personas rondando a través de los pasillos y sobre todo, en el vestíbulo y otras áreas comunes del hotel. Se acercó a Peny al verlo, estaba tomando un vaso de algún líquido no identificable con hielo en un taburete de uno de los restaurantes del hotel.
-Señor Miguel, ¿ya se siente mejor?-
-Sí, gracias, Peny... ¿Has visto a Mena? Necesito localizarla-. Le habló mientras intentaba ubicarla en su glut, recibiendo resultados nulos. Parece que Mena había desconectado su glut de la red.
-No, no la he visto-
-Ayúdame a encontrarla... dile a Cristal-
-Enseguida, señor- dijo poniéndose en marcha. Caminaron en direcciones diferentes a través de distintas áreas del hotel. Miguel habló con el gerente del hotel y reportó un robo mostrando una foto de Mena. Éste decidió cerrar las puertas... anunció a través de una gran proyección en el vestíbulo que nadie podía entrar o salir.
<<Bien, es imposible que le haya dado tiempo de salir>> pensaba Miguel mientras continuaba buscando a Mena y notaba un revuelo del personal del hotel. Pronto, la cara de Mena se vio reflejada en varias proyecciones, con el titular visual y auditivo siguiente:
"Se busca a Mena Camello, si la ha visto, por favor repórtelo a la seguridad del hotel. Se ofrece recompensa" Este mensaje se repetía cada treinta segundos.
Miguel no dejaba de caminar a través del hotel sintiendo la ansiedad latente y terror de que su destino estuviera en manos de otra persona y al ver la cara de Mena en todas las proyecciones del hotel, se sintió más bien como si él fuese el perseguido. Se preguntaba qué sería lo que querría Mena conseguir al llevarse el dedo y temía por las decisiones que haría estando tan enojada con él. <<Quizás no debí tratarla así>> dudó de sí mismo.
<<Busques lo que busques, eres mío y lo seguirás siendo siempre>> (Madame La Rouch)
La ansiedad latía en su pecho... ¿o era el polvo?
No. Era su ansiedad, su necesidad de querer salir corriendo, y sentirse repetidamente en situaciones de encierro y asfixia mental. Sabía que incluso si encontraba a Mena, lo cual era incierto en esos momentos, sólo podía aspirar a un leve alivio a sus preocupaciones. Pasara lo que pasara, Madame La Rouch lo buscaría en la mañana... se vio incluido en un ciclo interminable de encierros y breves salidas a una vida ominosa. Al mirar las proyecciones también llegó a cuestionar toda su realidad y lo increíble que era que hace tan sólo días para su entendimiento él era una persona original y luego, al descubrir que era un clon, se llegó a cuestionar su identidad entera, al punto de que no reconocía su propia vida como una experiencia con propósito. Ahí, caminando escondido detrás de una capucha y lentes de sol, sabía que era el Miguel basura, el prostituto que no representaba ningún valor a la sociedad. Sabía que su escondite era curiosamente donde más brillaba su verdadero ser al no ser perseguido exteriormente gracias a la fama del Miguel original.
<<¿Qué hace a algo real?>> se preguntaba a sí mismo cruzando miradas sin consciencia de algunas personas que caminaban en diferentes direcciones a él. <<¿Qué hace a alguien real?>> en medio de esa persecución se le antojaba que cualesquiera de esas personas, fácilmente podían ser clones, a sabiendas o no. Le pareció además, aterradora la facilidad con la cual ésas personas seguían órdenes como ovejas...
En uno de esos acercamientos y alejamientos alternados de su vista, la vio... cruzando un pilar y luciendo una sonrisa malévola y pícara a la vez. Caminando como si no le importase ser atrapada y para la sorpresa de Miguel, pasando desapercibida a través de la gente simplemente por estar vestida de modo diferente. Ella le devolvió la mirada por menos de un segundo.
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Pueblo Baldío
RandomEra Miguel un joven solitario, frío e inexpresivo que gozaba de un encanto que hacía a hombres y mujeres derretirse sólo con mirar sus enormes ojos color azul cielo. Hasta su andar parecía digno de admirar. Era todo un galán aunque sólo contaba con...