Corrían y corrían.
Miguel escuchaba música en los sonidos de la calle. Postes de luz que sonaban como cuerdas de guitarra y ellos las plumillas al pasar; pisadas como tambores, hojas de árboles como instrumentos de viento...
Las personas... Las personas eran luces de distintos colores moviéndose en bultos de acuarelas danzantes.Cometió el error de cruzar miradas con una de esas personas. Era un muchacho más o menos de su edad, quien llevaba una gorra, sudadera, shorts y zapatos deportivos. Vio en sus ojos la sorpresa brillante del reconocimiento.
<<¿Me reconocería?>>, Pensaba Miguel para sí intentando distinguir sus pensamientos internos de la percepción musical y ruidosa del exterior. Evitó mirar al joven volviéndose hacia el lado contrario, donde se encontró con una joven señalándolo con el dedo y unas uñas largas de color verde neón.
—¡Hacia allá! —gritó Mena señalando con el dedo hacia la derecha.
Miguel sólo la siguió aún sin poder distinguir lo que era calle y pared. Evitaba las sombras para no tropezar. Ya sabía que las luces eran personas, así que esquivaba sus miradas.
Su corazón iba a estallar.
<<¿Estaré muriendo?>>, Se preguntaba y sintió que algo golpeaba sus muslos calientes y sudados. Entonces se metió la mano en el bolsillo y sintió el duro hierro de la navaja.
Por algún motivo que él desconocía a nivel consciente, el sentir la navaja en su mano, le produjo calma.
Llegaron a un callejón solitario y pararon ahí a descansar y recobrar alientos momentáneos.
—¿Cómo se siente? —Le preguntó Mena examinando sus gestos.
—Mena, me siento perdido —respondió jadeando.
Mena se acercó a él y lo abrazó.
Miguel entonces buscó en el bolsillo de ella sin que esta lo notara y vio la bolsita conservadora con el dedo de Ben... Entonces, sintió el impetuoso impulso de herirla con la navaja y en medio de su agitación, la sujetó fuerte dentro del bolsillo de su vestido donde la guardaba.<<Quiero matarla>>
<<Voy a matarla>>
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Pueblo Baldío
RandomEra Miguel un joven solitario, frío e inexpresivo que gozaba de un encanto que hacía a hombres y mujeres derretirse sólo con mirar sus enormes ojos color azul cielo. Hasta su andar parecía digno de admirar. Era todo un galán aunque sólo contaba con...