Las manos lo sujetaban fuerte mientras escuchaba un grito agudo, parecido al de una mujer a pocos centímetros de él.
Escuchó latigazos sonoros con cada grito de la mujer.
De repente las manos pasaron de su rostro a su espalda y ese gesto brusco, bastó para que Miguel, debido al sobresalto, dejase escapar un grito.Escuchó un golpe seco seguido del grito de la mujer... Se quedó mudo e inmóvil.
Hubo una pausa.
Pasaron segundos.
Luego, minutos... Miguel sólo escuchaba el llanto de una mujer y unos pasos, además de su propia respiración agitada mezclada con los latidos de su corazón haciendo retumbar la acústica nuclear de sus tímpanos.
Estaba tan dentro de sí mismo, que pudo imaginar el escenario que presenciaba con el cuerpo y el resto de sus sentidos mientras su vista permanecía obstruida.
Reconstruyó el lugar en su mente y vio a una mujer con cadenas como las de él, desnuda al igual que él y con sangre en la espalda, así como probablemente estaría él.No tenía idea del tiempo transcurrido cuando, repentinamente, escuchó otro golpe seco en la piel y gritó al sentir que era la de él. Sin embargo, la mujer había gritado al mismo tiempo...
¡Pausa!
¿A quién golpearon?
Simplemente no lo sabía.
Su alma sentía los golpes, e incluso su mente, pero su piel no.<<¿Qué es esto?
¿Por qué siento más todo si estoy vendado?
¿Esto es real?>>.Los gritos y golpes continuaron...
Miguel simplemente no podía descifrar en su mente quién estaba siendo golpeado...
Y esa incertidumbre,
esos ruidos de golpes, latidos y gritos...
Se fueron disolviendo hasta volverse rumores.
Exhaló fuertemente una vez hacia la inconsciencia.
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Pueblo Baldío
AcakEra Miguel un joven solitario, frío e inexpresivo que gozaba de un encanto que hacía a hombres y mujeres derretirse sólo con mirar sus enormes ojos color azul cielo. Hasta su andar parecía digno de admirar. Era todo un galán aunque sólo contaba con...