Y "Madeimoselle B." le dijo que cuando un espíritu te acosaba podías encerrarlo, guardarlo en una prisión incorpórea.
"¿Tienes algo para mí?"
Pero, según sus exactas palabras "los demonios son unos cabrones duros de roer", así que, al no ser exorcistas ni "enviados de Dios" necesitaba no solo una prisión figurada sino una real.
—Tú no tienes nada que yo pueda querer—
Para eso era la caja.
El demonio pareció poco impresionado, natural, era un adolescente promedio cargando un pequeñísimo baúl viejo que alguien probablemente había comprado en el chino hacía mucho.
Por ello era su deber memorizar aquel contenedor, cada resquicio, desde la tapa hasta sus esquinas, en su mente tenía que ser la herramienta definitiva para encadenar a aquella cosa. Aquello se basaba en la confianza que tenía de poder apresarlo, así que bastó un solo titubeo, un solo instante en el que deseó dar un paso atrás para que cargara contra él.
La noche anterior, la cual pasó velando el sueño de Auron mientras exploraba la caja a fondo una y otra vez, se dijo mil razones por las cuales deseaba seguir allí, por las cuales no podía doblegarse, que le incitarán a tomar el valor de enfrentarse a aquello. Quería seguir yendo a la escuela, que Fargan dejase de mirarlo con miedo, dejar de preocupar a su madre...llamar a sus amigos y decirles que todo había terminado...incluso algo tan bobo como ir con los demás a los festejos del domingo.
Pero al ser tomado del cuello con esa fuerza inhumana, viendo a los ojos al horror, pensó que en realidad nada de eso no importaba, era alguien prescindible, podía representar incluso una carga de la que de inmediato o eventualmente los demás se alegrarían de haberse librado. Porque aquellos ojos de alquitrán le prometían volver cada vez que lo alejase con amuletos, símbolos o medallas, siempre regresaría, por él y por todos a su alrededor.
Podía darle lo que deseaba y así acabar con todo.
Comenzó a ver puntos negros en su visión, sentía la presión en su tráquea y comenzaba a perder toda fuerza en los brazos que, a fin de cuentas, no conseguían hacer daño alguno a su atacante.
Solo tenía que pronunciar una palabra, dejaría que tomara todo de él, sí que podía darle algo, descanso.
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You're a Haunted House
HorrorNo imaginó que un simple juego lo perseguiría de tal manera que terminaría hundido en aquella profunda pesadilla. Una historia de Halloween, protagonizada por Luzu (ligeros tintes de Luzuplay).