Agradeció en entorno iluminado y (casi) limpio de los sanitarios. Con la puerta abierta llegaba el sonido de gritos, risas y música de las distintas salas, dejándose oír por sobre lo demás la canción 'I Put a Spell On You' de las Andersen. Al cerrarse el silencio de la habitación vacía era suficiente como para permitirle aclarar la mente y tranquilizarse.
Hundió el rostro entre sus manos llenas de agua, observando su rostro en el espejo por momentos, era un desastre de pintura blanca y negra, sacó aire de manera pesada.
Decidió que se iría a casa en ese momento, los demás ni siquiera notarían que se marchó. Recordó que una hora antes todos celebraban el resultado de su hazaña, riéndose de la expresión de Grefg, admirados por la reacción y los colores, felicitando a Focus por dar con aquello en un libro de química y agradeciendo a que en el negocio de la tía de Ari tenía el tipo de peróxido de hidrógeno que necesitaban.
Se sintió miserable al no poder compartir aquella alegría, más preocupado por ver por encima de su hombro, entre las sombras y tras las esquinas por si algo lo seguía. Se dejó arrastrar por Auron entre las calles llenas de músicos y actividades para los turistas, pero ya no podía seguir así, iría derecho a casa.
Volvió a hundir la cara en agua, tallándose párpados y mejillas para retirarse toda la pintura de la piel, entonces oyó que había alguien más allí.
Natural, eran los sanitarios de un cine... entonces cayó en la cuenta de que la puerta no oyó que la puerta se abriera en ningún momento... lo cual lo puso en alerta enseguida, abrió los ojos al instante, pero el agua con pintura lo cegó, se enjuagó con desesperación mientras podría jurar que una mano, unas uñas, rozaban las puertas de los cubículos tras él, rozando la superficie lentamente, casi como si fuera un juego, llegando hasta la altura de última llave, donde estaba él.
Abrió los ojos, descubriendo que el lugar ahora estaba a oscuras, vio en el espejo, temiendo girarse y encontrar algo allí.
Tragó saliva, siendo consciente de cómo sus latidos y su respiración de aceleraban amenazando con dejarlo sin aliento.
"¿Tienes algo para mí?"
Se aferró con fuerza excesiva al lavamanos sintiendo que los ojos le escocían, no quería voltear, no quería girarse, recordó las estúpidas reglas de aquel juego idiota, si no permitía que lo viera, quizás...
Una garra lo tomó por el brazo, obligándolo a darse la vuelta.
Era obvio que era demasiado tarde, un año tarde.
Lo levantó, como si no pesara la gran cosa, aquello era tan alto que tenía que agacharse para caber en aquel sitio.
"¿Tienes algo para mí?"
Y quiso llorar, gritar, patear, hacer algo, porque él indirectamente le ofreció a sus amigos la última vez, pero cuando no conseguir lo que deseaba se adormeció, ahora había regresado. No repetiría el patrón, no le daría entrada para atormentar a nadie que no fuera él. Los recuerdos incoherentes del rostro de su madre seguidos del de Auron sujetando su mano hasta quedarse dormido en contraste con el horror de aquel momento inundaron su cabeza.
¿Qué debía hacer entonces?
¿Entregarse?
¿Dejaría a los demás a su alrededor en paz si se entregaba?
"¿Tienes algo para mí?"
Abrió la boca, temblando, forzando las palabras a salir, porque no quería hacerlo, pero tenía que...
—¿Luzu?¿Estás allí? — oyó la puerta moverse, como si estuviera atascada. Queríapedirle a Auron que huyera y a la vez quería que entrara a salvarlo pero...¿Cómopodría?
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You're a Haunted House
TerrorNo imaginó que un simple juego lo perseguiría de tal manera que terminaría hundido en aquella profunda pesadilla. Una historia de Halloween, protagonizada por Luzu (ligeros tintes de Luzuplay).