Recuerdos dolorosos

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No hacia nada más que mirarme, mirarme hasta que quedé dormida en aquel lugar.

Cuando desperté, estaba en el mismo lugar, había amanecido. Me estire y quite varias de las cenizas que estaban en mi cuerpo. Este castillo estaba llenos de cenizas. Y roto...

Bajé hasta la habitación en la que el rey sombra me había llevado la noche anterior y lo vi. Estaba dormido entre las sábanas con su pelo despeinado y sin camisa.

Vi a mi alrededor, no había nadie, no había ninguna persona la cuál pudiera verme, así que volví a ver al rey sombra para poner irme de aquí de una vez.

Volví a alzar vuelo, y esta vez, cuando estuve cerca de las barras que impedían que uno saliera, me detuve.

¿A donde iría?...

No podía volver a casa, no podía...

Entonces, lo sentí, sentí a rey sombra detrás de mi aleteando y suspirando.

—No me iré...— me volteé y lo miré.

Él sonrió confuso.

—Pero no por que sea de tu propiedad cosa que no soy por que no soy un objeto, si no, por qué no tengo a donde ir— aclaré.

Este me miró sorprendido y se acercó a mi. Tomó mi mano y me hizo regresar a esa habitación rota.

Cerré mis ojos recordando a mi padre.

Recordando a mi madre y a mis hermanas.

Me tumbe de rodillas y comencé a llorar otra vez. Sentí que el rey sombra se acercaba a mí y acarició mi cabello.

Estaba muy vulnerable.

—Mi padre, por eso no quise irm—esusurré.

—¿Qué hizo?— Me levantó la mirada.

—Lo mismo que aquel hombre— dije levantándome y caminando a la pared rota.

—¿Intento abusar de ti?— solo asentí.

—Aquí no te pasará nada, te lo prometo, te protegere— dijo y salio de la habitación.

Todos los recuerdos doloroso me invadieron. Como una daga al corazón.

♧♧♧

Todavía estaba alli plantada, en esa habitación con una pared rota y toda iluminada. Mi mente estaba en un viaje y en otro mundo.

No noté que el rey sombra estaba aquí.

—¿Sigues aquí?— murmurra detrás de mi.

—Lo siento, rey sombra— dije caminando a él.

—Cassius, solo Cass— me dice él— puedes quedarte aquí quieres, se que no vas a querrer quedarte en otra habitación— solo asentí dudosa.

—No quiero ser molestia...— susurré.

Él ladeo la cabeza y carcajeo un poco nervioso.

—No lo eres, ya dije que eres de mi propiedad, ¿por qué me molestaría?— odio esa frase.

—No pertenezco a nadie— le dije bruscamente.

—Como digas— dijo astiado—. ¿Cómo te llamas?

Lo observé a los ojos.

—Elian— murmure.

—Bonito nombre, Elian, pero te diré An, suena más agradable, ¿esta bien?— Solo asentí leve.

Me di la vuelta y caminé hasta la ventana-pared-rota. Y mire la luna empezando a salir. Hoy estaba un poco menos luminosa.

Puse mis manos en donde podía y suspiré profundo.

El rey sombra {#1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora