El rey sombra {#1}

Castigo

Sentía la brisa fresca para por mi cara. El sonido de los pájaros cantar. No me sentía diferente, me sentía igual que siempre.

¿Así era la muerte?

Al abrir mis ojos, me encontré con Cassius. No, no estoy muerta. Estaba recostada en la cama, me dolía el cuerpo, y no seguía sintiendo las cadenas en mis alas. Pero poco después ese peso, estaba en mi pierna derecha. Observé la pierna y efectivamente estaba una cadena encadenada a mi pie.

-Bien, despertaste, te desencadene la alas pero encadene tu pie. No tendrás libertad a no ser que sea el techo o el baño, el desayuno te lo traerán y la ropa igual. No tendrás comunicación con más nadie que yo y no saldrás de tu castigo por un tiempo- me dijo y se levanta.

Caminó hacia la puerta y se fue.

¿Enserio? ¿Ni un, "¿estas bien?"?...idiota.

Me levanté de la cama y caminé hasta mi lugar favorito en todo el castillo, la pared. Esta siempre tenía una buena vista allí, se podían ver a lo lejos unos prados y flores. Para más lejos, unas pequeñas aldeas

Me recosté en la pared admirando todo y...llorando nuevamente.

♧♧♧

-Señorita Elian, su almuerzo- dijo Estafania, la sirvienta.

La observé y mire la comida.

-No quiero, gracias- seguí mirando por la pared-. Si quieres déjalo ahí, tal vez me de hambre.

-Como usted quiera señorita- escucho como ella se va y cierra la puerta.

Me di la vuelta y vi que era pan con pescado y una sopa de pollo. Alcé una ceja a tal mezcla que me daría dolor.

Volví a mirar el horizonte.

Mamá había llegado, estaba con mis hermana mayor jugando con unas flores mientras mi padre nos observaba nerviosa. Caminé hacia ella.

Recuerdo que tenía 12 años de edad, y que estaba muy chica para entender lo que sucedía con ella.

Mi hermana mayor sonrió y dio un grito, mientras yo no entendía nada.

-¡Mi niña, estoy embarazada otra vez!- me dijo aquella vez con una sonrisa.

Recuerdo que grité de la emoción cuando vi que ella igual lo hacía. Mi padre había llegado y la sorpresa lo asombró demasiado. Hasta salió a afuera de la casa y grito que iba a ser padre por tercera vez.

Pensar en mi madre y mis hermanas me dolía, era cómo una daga al corazón clavándose una y otra vez. Perforando un dolor inquebrantable.

Me dirigí a la cama para poder descansar un poco, echando la comida a un lado. Se veia deliciosa, pero no tenía hambre.

Me acosté y con otra vez-Mejor dicho, millonésima vez- con los ojos aguado.

♧♧♧

La luna estaba perfecta, era luna llena. Esa bola redonda hacia que mis alas mostrarán el aura escondido en ellas. Me encontraba en el techo, mirando la luna y las estrellas. Con dolor de barriga por hambre pero no tenía tanto apetito, contando las miles de estrellas y viendo las bellas constelaciones.