Una historia del pasado

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Cassius había comprendido muy bien, incluso no quiso decir nada que conlleve el tema con mi madre. Después de lo que había hacho, de su cobardía, estaba más que claro que no la perdonaría y que no quería saber nada de ella. Él solo me miraba con tristeza mientras yo le sortenía la mano con coraje.

Entonces escuché su rujido y sonreí.

—¿Qué fue eso?— dijo Cassius alzando una ceja.

—¡Hannah y Aiden!— dije y comencé a caminar hasta donde se escuchaban sus rugidos. Supuse que estaba cazando algo.

Mientras más escuchaba los rujidos, más sabía que estaba cerca. Entonces los vis jugueteando a morderse. Cuando me vieron, corrieron hacia mi. Y agradezco a que me conozcen lo sufiente como para saber que no deben aplastarme.

Hannah me lamió mi rostro mientras Aiden me acariciaba. Reí al verlo. Durante un año, ellos había sido mi compañia, así que cuándo me separé de Cassius, ellos fueron los que me ayudaron a seguir adelante. 

—¡Oh, vamos!— reí sin cesar— ¡Vamos! ¡Sientense!

Ambos dragones obedecieron y reí. Me acerqué a ellos para acariciarlos aunque eran el doble de mí misma, literalmente eran enormes. Hannah era roja, mientras Aiden era blanco. Si, supe que eran rápidamente y de eso no tengo que dar ninguna explicación. Pero tenía una conexión con los dos increíble.

—¿ELian, estas...?— Cassius se calló al ver a los dos depredadores a mi alrededor.

—¡Oh, Cassius! Ellos son Hannah y Aiden— dije mirando a Cassius. 

Hannah se acerco a Cassius y lo olfateo. Luego le dió una lamida en él rostro. Mientras Aiden, se tenso a mi lado. Miró a Cassius con deseo de asesinarlo. Me voltee hasta el dragón y le acaricíe su rostro. 

—No hace nada, ve— dije a Aiden. 

Muy desconfiado, detrás de mi, Aiden fue hasta donde Cassius quién estaba sin palabras. Aiden se posicionó a mi lado como si fuera un guardián y espero a que Cassius pudiera acercase a él. Tomé la mano de Cassius y el rostro de Aiden hasta que Cassius lo pudo acariciar, entonces, Aiden se tranquilizo.

—Es muy celoso conmigo, suele ser así siempre, incluso con Hannah— dije mirando a Cassius. 

—Ah, lo entiendo— dijo mirandome.

—Los conocí cuándo me fuí del castillo, supongo que me ayudaron a seguir adelante, pero mira, aquí estamos los dos con ellos. Los dragones son mi perdición— dije riendo por lo último.

Cassius me miró y sonrió.

—¿Una vuelta?— dije rodeando a Aiden.

—¡No pensarás montarte en esa cosa, verdad?— cuestionó Cassius.

—No lo pensaré, ¡Lo haré!— dije montandome en Aiden, rodeando su cuello con mis piernas y sujetandome de sus escamas—. Hannah te ama, ve y montate en ella— me reí—. ¡Vamos, Aiden!

No hizo falta decir nada más para que Aiden volará hasta tocar las nubes. Era tan refrescante a veces estar con ellos. Podía oir los quejidos de Cassius mientras Hannah lo subía. Esa chica era traviesa. Siempre se las inventaba para sacarme un sonrisa. Cuando Cassius estuvo a mi altura nos miramos directamente a los ojos.

—Estar aquí me trae tanta paz— relajé mi cuerpo sintiendo la brisa del atardecer. 

—Cierto es— dijo Cassius.

Hubo un silencio, pero no era incomodo, si no que era de paz. Los sonidos curiosos que hacían los dragones. El bello atardecer. Me hicieron olvidar todo. Estar con Cassius me trajó recuerdos. Acaricié a Aiden y el hacá sonidos de aprovación, mientras Cassius intentaba mantenerse sentado en Hannah. Reí.

El rey sombra {#1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora