|𝐌𝐈𝐊𝐄𝐘 𝐒𝐀𝐍𝐎 𝐘 𝐓/𝐍| +𝟐𝟏 𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍

── あ 𝙿 𝚁 𝙾 𝙻 𝙾 𝙶 𝙾 あ ──

Mi nombre es T/n Suzuki. Nací en Estados Unidos, pero desde muy niña vivo en Japón. En la actualidad tengo 27 años, y mido 1.70cm. Mi color de pelo es negro (mi color natural era castaño claro), Y, mis ojos son color negros.

A los siete años empezaron a gustarme las artes marciales y, para mi mucha suerte, mi padre es profesor profesional de este deporte. Le pedí que me entrenara, aceptó sin dudarlo y él estaba muy feliz. La verdad es que mi padre siempre quiso entrenarme, enseñarme a defenderme o simplemente que me gustará este deporte. Nunca me había interesado hasta dicha edad.

Me entrenaba todos los días, le rogué que me hiciera más fuerte y lo cumplió. No teníamos descansos. Mi madre le mencionaba que estaba siendo bastante duro al entrenarme de esta forma, sin embargo le había dicho que no se preocupara, yo se lo había pedido.

Cuatro años después de ese entonces, en aquel momento tenía 11 años. Mi padre me entrenaba junto a los chicos aprendices de su trabajo, yo era una estudiante avanzada. Eran de mi misma edad, menores y otros más grandes, era la única chica allí. De vez en cuándo habían luchas 1 vs 1, mi padre analizaba cuánto habíamos aprendido.

Ninguno pudo derrotarme en una ronda, los entrenamientos duros qué mi padre me daba, colaboraron en mis victorias. Mi papá, me mencionaba constantemente que controlará mi fuerza. Era muy bruta con los niños.

Constantemente la gente daban rumores y murmuraban cosas sobre mí y él deporte. Las personas decían comentarios como "¿qué hace una niña practicando un deporte de niños?". Las niñas me molestaban constantemente en la escuela, por las artes marciales. Una chica en particular me molestaba diariamente, un día me cansé y le di una gran paliza. Casi me expulsan de la escuela. Mirando el lado positivo, jamás me volvieron a molestar.

Un mes después de aquel momento, mi padre me había dado una noticia muy inesperada. Teníamos que viajar inmediatamente a Tokio, Japón. En su trabajo lo asignaron a trabajar en ese país, le dijeron que en Japón había más gente interesada en este deporte y ganaría mucho más dinero.

Nuestra nueva vivienda estaba en un barrio de Tokio, habíamos llegado y obviamente no conocíamos a nadie. Cuándo estábamos desempacando las cajas, se acercaron nuestros nuevos vecinos de enfrente, un señor algo mayor había venido a darnos la bienvenida con una canasta llena de cosas dulces. Y había venido en compañía de los que parecían ser sus nietos, el señor se presentó, su nombre es Mansaku Sano.

Lo más peculiar es que había un chico de mi misma edad con ellos, su cabello era rubio y sus ojos oscuros, su misteriosa mirada era cautivante no dejaba de mirarme, mis ojos estaban conectados con los suyos, y note un leve sonrojo en su mejilla, estaba bastante nerviosa.

Los niños acompañados de Mansaku son sus nietos, una chica rubia un año menor fue la más dulce, se llama Emma Sano, su cabello era rubio y sus ojos color miel, era muy simpática. Y el mayor de sus nietos, se presentó luego, se llama Shinichiro Sano, sus ojos eran negros y su cabello del mismo color, que por cierto fue lo más llamativo de él, llevaba su cabello peinado hacia atrás en una especie de tupe

En aquel momento habían aparecido dos chicos, Un peliblanco se presentó con una simpática sonrisa, se llama Izana Kurokawa, su cabello era un rubio blanquecino, sus grandes ojos eran de color violeta, y una tez bronceada. Y el siguiente era el otro chico, su pelo era color negro tenía el cabello corto, alborotado y con las puntas hacia fuera, sus ojos eran del mismo color, lo más llamativo fueron sus colmillos al sonreír de forma amable luego de presentarse, se llama Keisuke Baji.

Finalmente, aquel chico del principio se acercó para presentarse, miro mis ojos una vez más y se presentó muy amablemente, se sonrojo un poco al hacerlo, se llama Manjiro Sano. Su hermano mayor y Keisuke, su amigo, se reían de él por su sonrojo, mencionaron que jamás se había sonrojado de esa forma por ni una otra chica, y que a Mikey le gustaba. Me había reído un poco nerviosa.