𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏

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Me encuentro en un lugar de Tokio, desolado, sin comunicación ni gente. Hago una de las cosas que más disfruto hacer. Asesinar. Descubrí que un empleado que había sido contratado recientemente para un trabajo de jardinería, me traicionó. Es un policía, tal vez un infiltrado. No entiendo de qué se trata todo esto. Estoy en negocios con un policía, detective.

Estoy torturando al hombre una y otra vez para sacarle información, pero no habla. Él no dijo una sola palabra, sólo grita de dolor. Me está matando la paciencia. Saqué un cuchillo, lo clavé sin piedad en su pierna. Lo moví en círculos y luego lo saqué lentamente. La herida era bastante profunda, pero no es una herida que pueda causar la muerte.

Me importaban un carajo sus gritos de dolor y pataleos. Le clavé el mismo cuchillo en la pierna izquierda, hice el mismo procedimiento. Por mucho que lo esté torturando de la manera más fea posible, no habló. Se niega a decir algo que pueda perjudicar a él y a su jefe. Por supuesto que debe haber uno, debe haber alguien que lo mandó a hacer esto.

Parece que quiere permanecer abierto a causa de las heridas. No dejaré de torturarlo hasta que hable. Agarré un par de tijeras, apuñalándolo despiadadamente en el ojo derecho. El hombre gritó tan fuerte que todo el edificio lo escuchó, bueno, lo escucharían, porque no hay nadie aquí. La herida no fue tan profunda y no habrá tocado ninguna arteria, pero dejaré el cuchillo en el ojo, hay menos posibilidades de que muera desangrado.

El hombre, por esa puñalada en el ojo, me insultó. Eso fue lo peor que pudo haber hecho. Iré al siguiente nivel. Mis métodos de tortura, son muy horribles. El que los experimentó, tuvo muy mala suerte.

— ¿No hablarás?.— levanté su cabeza, agarrando su barbilla.— Me estoy portando muy bien contigo, no me hagas perder la paciencia.

— Jamás hablaré.

—Genial.— le toqué la cara y luego le di unas palmaditas.—Pasaremos al siguiente nivel.

—¿Que me harás?—sollozó.

—Tráeme el ácido. Ahora.—ordené a Senju.

—No te ensucies las manos con ésta rata traicionera.—fumó su cigarrillo con calma.— Podría hacerlo yo mismo. En sólo minutos sacaría la basura, T/n.

—Cuándo la rata hable, podrás deshacerte de la basura, Hanma.—él sonrió.

—Eso suena divertido.—se acercó y pateó al hombre.—Habla, pedazo de mierda. Y estarás en buenas manos.

— ¡Por favor, no me hagas nada!.— le suplicó a Shuji, le suplicó a la persona equivocada.

— No me ruegues, no soy un buen Dios.— puso su pie en la cara del hombre pasándolo por su rostro.—Soy el Dios de la muerte. Tomaré tu vida.—sonrió y le dio una patada en la cara.

—Él ácido.— Senju me lo entregó.

Me agaché para poder mirar al policía infiltrado, está amarrado y sentado en el suelo.

—¿Sabes qué es esto, querido poli?.

—Ácido fluorhídrico.— sus ojos y su cuerpo están temblando.

— Exacto.—sonreí y acerqué el ácido a su rostro.— Una gota de esto en la piel humana deja una quemadura severa. Aparte de mí, nunca experimentaron lo que sucedería si todo esto se arrojara a un cuerpo humano. ¿Quieres que lo experimentemos, poli?.

—Por favor... por favor no...—sus ojos temblorosos están dejando caer lágrimas.

— Te daré otra oportunidad. ¿Empezamos de nuevo?.—asintió con la cabeza.—¿Quién es tu jefe?.

|𝐌𝐈𝐊𝐄𝐘 𝐒𝐀𝐍𝐎 𝐘 𝐓/𝐍| +𝟐𝟏 𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora