THE NEIGHBOR ; katelena g!p

10.

KATE POV

Se siente raro llamar a la puerta de mi propia casa, pero decido que esto podría ser mejor que entrar como esta mañana. No pasa mucho tiempo antes de que Yelena se asome un poco y me vea ahí de pie.

— ¿Sería extraño si dijera 'por favor, entra'?— Se ríe cuando abre la puerta y entro con bolsas de comida.

—No es tan extraño como que yo que  ordene todo lo que hay en el menú. — Me acerco a la mesa del comedor y dejo todas las bolsas de comida china.

— ¿Invitaste alguien a venir contigo?— Me mira y luego se aleja rápidamente y me pregunto si ese fue el sonido de la decepción que escuché en su voz.

—No, sólo quería que tuvieras muchas opciones.

—En realidad sólo estoy en esto por las galletas de la fortuna— se ríe, pero agarro una bolsa y la sostengo.

—Qué bueno que tengo extra.

— ¿Cuántas son?

— ¿Veinte?— Me encogí de hombros, y ella se puso la mano en la boca mientras seguía riendo. —Creo que es probablemente un buen número con toda la comida que tengo.

Se hace un silencio cuando ella me sonríe, y me gusta. Es confortable y aunque estuve todo el día ansiosa por este momento, estoy de nuevo en su presencia y me siento muy bien por ello.

—Cogeré algunos platos— digo mientras voy a la cocina y cojo los cubiertos y platos.

La observo de reojo mientras abre algunos de los contenedores de comida china. Los huele antes de ponerlos en la mesa y puedo descifrar cuáles le gustan según su expresión al olfato. Es lindo verla poner los que quiere a la izquierda y los que no a la derecha. También es muy lindo verla en mi comedor luciendo muy cómoda. Lleva una camisa blanca de cuello en V ajustada a su cuerpo y pantalones cortos de jean. También está descalza, lo que hace que parezca que pertenece a este lugar y por cualquier extraña razón eso me excita. Sus senos se tensan contra el fino material blanco que abraza su pecho cuando se inclina, y por un segundo puedo ver la parte delantera. Joder, sus senos están muy bien, y tengo que forzarme a darme la vuelta y tomar un respiro. La imagen de su pelo rubio, que se extiende a un lado de ellas, se me quema en el cerebro y voy a pensar en eso más tarde esta noche cuando esté sola.

—Más tarde— me susurro a mí misma antes de volver al comedor. — ¿Qué te gustaría beber? Tengo cerveza, vino y agua.

—Vino, por favor. — Me quita los platos y pone la mesa.

Me sienta frente a ella y me pregunto por qué tengo una mesa tan grande. Agarro nuestras bebidas y las llevo al comedor, pero muevo mi plato junto a ella para que ambas estemos en la esquina.

—Oh, lo siento, no sabía dónde te gustaba sentarte.

—Esto sólo hace que sea más fácil de compartir— digo y muevo mi silla un poco más cerca de ella también. — ¿Por cuál vas a ir primero?

—Mi favorito es el pollo con sésamo, pero este huele muy bien y no sé qué es.

Miro la caja y hurgo un poco con mi palillo. —Sí, yo tampoco. Creo que les dije que me die dieran una de cada cosa.

—Eso explica todas las cajas— Sonríe mientras toma un recipiente de arroz y pone un poco en su plato.

—Así que, sólo quiero quitarme de encima la incomodidad primero. — Abre los ojos y deja la comida y espera con una expresión seria. — ¿Qué clase de champú usas porque lo necesito?