Beomgyu miraba sus propios tenis, sentado en el suelo con la espalda recargada en una pared. Había escuchado la campana del descanso minutos atrás, pero ni eso, ni el ajetreo de los estudiantes, lo había inmutado.
Quizá hubiera permanecido más tiempo sumido en sus pensamientos si no fuera porque unos bonitos y conocidos zapatos bien lustrados se presentaron en su campo de visión. Levantó el rostro entonces, sonriendo escasamente. Su amigo Soobin también le sonrió.
Y Beomgyu simplemente sonrió más, porque los hoyuelos en las mejillas de Soobin le llenaban un poquito el corazón cada que los veía.
─ ¿Estás bien?
─ Sí...
Soobin le había traído el almuerzo. Luego de aceptar la bolsa de papel marrón que su amigo le extendía, Beomgyu palmeó el espacio de suelo a su izquierda, invitando al más alto a acompañarlo.
─ ¿Qué fue eso de hace rato? ─preguntó Soobin, acatando el gesto y sentándose junto al chico de cabello largo.
Beomgyu no supo cómo responder de momento. Solo resopló.
─ El fin de semana estuve pensando, ¿sabes? ─comenzó a explicar─. Desde hace tiempo quiero que mi relación con Yeonjun sea diferente. Pero me di cuenta de que nada cambiaría si no cambiaba yo la forma en la que me comunico ─mientras hablaba, Beomgyu pensaba en el renegado. En que siempre lo veía caminar solo durante los descansos, y en el salón no hablar con nadie aparte de él─. Porque Yeonjun no es como otros chicos, ¿cierto?
Soobin prestaba atención a su amigo con el ceño fruncido, mientras comía su sándwich a grandes mordiscos. Sabía que Beomgyu era muy necio cuando se enganchaba con algo, pero desconocía que el asunto de Yeonjun fuera tan importante como para estarle comiendo la cabeza de aquella forma.
─ Hoy quise intentar una manera nueva para hablarle ─prosiguió Beomgyu─. Pero ya ves que no resultó, creo que solo lo arruiné. Ahora realmente me odia, eso me gano por ser tan irritante.
Soobin tragó de golpe el bocado que estaba masticando por la urgencia de hablar. Al escuchar a su amigo tan abatido, necesitaba consolarlo lo antes posible.
─ No digas eso, Beom. No fue tu culpa. No eres irritante, él es un amargado.
Soobin pasó el brazo encima de los hombros del otro chico, en un abrazo reconfortante. Beomgyu se acurrucó sin poder evitarlo. En esos momentos agradecía demasiado la presencia de su amigo, era afortunado de tenerlo.
─ Pero... realmente fui muy fastidioso, Soo. Sobre todo la última media hora ─suspiró─. Entiendo que haya explotado, es más, diría que me aguantó mucho.
─ No. Eso no ─contradijo Soobin, usando un tono que denotaba su molestia─. No lo justifiques, ese vago es de lo peor. No debió gritarte así, mucho menos delante de todos.
Beomgyu abultó los labios, no pudiendo controlar la ola de tristeza que lo golpeó de pronto. Bajó la mirada hacia sus zapatos de nueva cuenta, como si en ellos encontrara respuesta a los más grandes misterios del mundo.
Los gritos de Yeonjun volvieron a reproducirse en su memoria, amenazando con hacerlo llorar otra vez. Y quizá el rebelde no lo sabía, pero justo había dado en la fibra sensible de Choi Beomgyu: su "necesidad" de atención.
Beomgyu podía parecer un chico perfecto, pero estaba lejos de sentirse como tal. Se sentía insuficiente, presionado por las expectativas ajenas. Era algo que no podía evitar pensar cada día, por más que lo intentara; necesitaba constantemente llamar la atención y a veces, justo como había dicho el renegado, sentía que sus supuestos amigos solo buscaban su compañía debido al estatus social.
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🐱 LO$ER = 🐶 LO♡ER [YEONGYU]
FanfictionYeonjun era un perdedor, un rebelde, un renegado. Beomgyu era el típico adolescente "perfecto" y popular. Ambos chicos, dos polos opuestos, solían ser conocidos como grandes rivales y enemigos. Siempre estaban peleando, justo como un gato y un pe...