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Después del incómodo momento en la sala de espera, le siguió a Yeonjun un momento aún más incómodo en el consultorio. Por fortuna no demoró mucho tiempo, y en menos de una hora ya estaba nuevamente en brazos de la madre de Beomgyu ─a quien había escuchado ser llamada "Hyesun"─, recorriendo las calles de la ciudad.

Durante la consulta, Yeonjun notó que el médico veterinario parecía ser un viejo amigo de Hyesun. El chico popular mencionó que su mamá era veterinaria, sin embargo, no parecía que ella ejerciera su profesión en la actualidad. Lo más seguro es que ella y el "Doctor Jung" ─como lo llamó Gyu al saludar─ hubieran estudiado juntos, pero aparentemente Hyesun ya llevaba mucho tiempo sin trabajar cuidando animales. "Bueno, sólo a Beomgyu", pensó con burla Yeonjun.

Como esa mañana Hyesun necesitaba abastecer su despensa, caminaron apaciblemente hasta llegar al mercado de Estrellazul, cerca de donde Beomgyu rescató al cachorro la noche anterior. Yeonjun se tensó ante el recuerdo del peligro.

El cielo era pálido aquella mañana y estaba casi completamente despejado. Los rayos del sol eran implacables, a pesar de que todavía no era medio día.

Beomgyu, guiándose en esa intensidad de la luz, estaba impaciente. Sabía que se acercaba la hora de ver a su mejor amigo y todavía no podía comenzar a alistarse para su encuentro, cosa que lo tenía ansioso.

─ Bien, está bien, te puedes adelantar ─le concedió su mamá luego de unos minutos de insistencia─. Terminaré de hacer las compras yo sola, pero al menos ten esto ─le dijo, entregándole a su hijo un paquete de croquetas que compraron previamente en una tienda de abarrotes─. Llévate al cachorro a casa y dale de comer mientras tú también desayunas. Luego llévatelo con tu amigo, no lo vayas a dejar solo.

─ No, mami. Lo cuidaré mucho.

Las croquetas venían dentro de una de las bolsas de yute que Hyesun utilizaba cada que iba al mercado. Beomgyu se la colgó en un hombro y luego recibió al perrito en sus brazos con todo el cuidado que pudo. Entonces se separó de su madre y comenzó a avanzar de camino a su hogar. Su estómago rugía.

─ ¡Muero de hambre! ─exclamó mientras caminaba apresurado─. ¿Tú también tienes hambre, verdad, bonito? Lo siento. No te hemos dado de comer desde que te encontramos. Ayer parecías demasiado cansado como para abrir la boca, y hoy nos levantamos tan tarde que ni siquiera mi mami y yo desayunamos.

El cerebro de Yeonjun sufrió un pequeño corto circuito al darse cuenta de que Beomgyu le estaba hablando a él, pero a la vez, no a "él". Estaba haciéndole plática creyendo que era un simple perro cualquiera.

"¿Tienes la costumbre de hablar siempre con los animales, niño tonto?" ─le cuestionó con sarcasmo para sus adentros.

Era más fácil burlarse del menor y sentir "fastidio" hacia él, que admitir que lo ponía nervioso estar nuevamente a solas con Beomgyu y ser el centro de su atención, incluso si el chico popular no sabía quién era.

─ ¡Oh! Rayos, olvidé pedirle a mi mamá la medicina que nos dió el veterinario. ¿Aún te duele mucho, bebé?

Yeonjun sentía que iba a colapsar. Su estómago se revolvía no tanto por el hambre (que sí tenía) sino por la forma en que Beomgyu lo trataba.

─ Espero que descansando puedas sentirte un poco mejor en lo que mamá regresa a casa con tu medicina. En fin. ¡Hoy te voy a presentar a mi mejor amigo! Nos encontraremos con él luego de desayunar, bueno, almorzar, ya es tarde. Su nombre es Soobin y es genial. A veces me saca de quicio pero es genial de todas formas; solo se comporta un poco idiota por la chica que le gusta. Ella no me agrada, pero es bonita. ¿Sabes? Ayer fue un día largo, pasaron muchas cosas raras. La mascota de Soobin se perdió y hoy emprenderemos una brigada para encontrarlo. Es un erizo. Se llama Odi, seguramente te caería bien, pero no podrás tocarlo nunca. Los erizos son tiernos, pero cuando se asustan se hacen bolita y sus púas son...

🐱 LO$ER = 🐶 LO♡ER [YEONGYU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora