11: 𝖚𝖓𝖆 𝖗𝖊𝖎𝖓𝖆 𝖇𝖔𝖗𝖗𝖆𝖈𝖍𝖆 𝖞 𝖚𝖓 𝖗𝖊𝖞 𝖆𝖙𝖊𝖓𝖙𝖔

477 39 6
                                    

JADEN

Literalmente la llevé por todos los lugares posibles de Dinamarca.
Yo necesitaba relajarme y distraerme.
Cass era una distracción perfecta.

Y ella se dedicó a soltar por esa boca todo lo que podía.
Parecía que no había hablado en años, y, de alguna forma, se relajaba conmigo.
Estúpido, ni siquiera me conoce.

Gracias a Dios nadie vino a interrumpirnos, solamente observaban y cuchicheaban.
A mí me daba igual, si se alimentaban a base de crear bulos sobre mí, adelante.
El problema era que no sabía cuánto le podía afectar eso a ella.

- Odio los lagos.- murmuró fijando la vista en el que teníamos delante.

No sé cuánto habíamos andado, pero habíamos llegado al lago al que iba casi siempre que quería despejarme.

Parecía sacado de un cuento, y era eso lo que te relajaba.
Definitivamente habíamos entrado en el bosque de las afueras y estábamos lejos del centro.

No había que recorrer gran distancia para el lago, pero sí saber entre qué árboles se escondía la cueva que lo ocultaba.

En la cueva podías ver el lago nada más entrar. Había una cascada pequeña por la que caía el agua, kilómetros de vegetación y un hueco en la parte superior de la cueva por la que entraba el sol.

- ¿Por qué?

Su cara dejó un semblante pálido, como si no quisiera contarlo.

- El de Mónaco es horrible.- decidió responder.

- Tendrás que enseñármelo algún día.- la miré de reojo.

Aún así, no hizo hincapié en salir de la cueva.

- ¿Esto es una trampa para que tus espías obtengan información de mi corte? - me miró con un brillo de juego en su mirada, enarcando la ceja.

Sonreí internamente al ver ese brillo. Las pocas veces que Cass me lo había mostrado había disfrutado al máximo con mi imaginación.

- Probablemente.- respondí.

Ella suspiró y dio pasos por el lugar, como buscando algo.

- A veces desearía con todas mis fuerzas no ser reina. Creo que es la peor condena que me han puesto de todas las que he vivido.- torció los labios, rebuscando en unos arbustos.

La miré curioso.

- Ya tengo algo en común contigo, teniendo en cuenta todas tus otras insoportables partes.- clavé mi mirada en ella mientras rebuscaba concentrada.

- Lo mismo digo. He tratado con reyes mejores, eres un dolor de cabeza, Jaden.

- ¿Ah, sí? - la miré con una leve sonrisa.

- Ajá.- dijo levantando una botella.

Jodida mierda.

Esa era mi botella de ron.

¿Cómo...?

- ¿Buscabas la botella?

- Por supuesto, quiero quitarme de la cabeza el estrés que tengo por mañana.- respondió.

- ¿No deberías de resolver de forma más madura ese estrés?

- Cansa actuar siempre así.- murmuró.- A veces solo quiero un poquito de tiempo en el que no me sienta yo, en el que no me acuerde de nada, ni de reyes malhumorados, ni de espías, ni de un padre que quiere matarme, ni de...- sus hombros se hundieron.- A veces me gustaría haber olvidado yo todo, como consiguieron otros.

ENTRE REYES [MALDITOS #2] (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora