🥀Capituló II🥀

321 88 189
                                    

Mi cabeza golpea con el vidrio de la ventanilla del autobús, clara señal de que una vez más me he quedado dormida en el trayecto. Aunque no es tan malo, necesitaba descansar y dejar de sobrepensar en todo lo que posiblemente me espera el día de mañana. No era mi intención ser una joven adulta desempleada, así como tampoco lo es ser una abandonada por su novio porque no le doy prioridad a nuestra relación.

Camino con pesadez y, al llegar a casa de Han, me doy cuenta de las pocas personas en la fiesta. Le daré una gran sorpresa; sé que está molesto y lo entiendo, pero no hay nada que un fuerte abrazo y un buen beso no arreglen entre nosotros.

La música alta y la poca luz me hacen tropezar un poco con algunas personas, supongo que son amigos de Hansoo. No se encuentra en la sala, tampoco en la cocina; supongo que estará afuera en el patio... Voy en su busca, pero tampoco se encuentra ahí. Me doy por vencida; tal vez salió por más cerveza o algo que falte, así que es mejor ir a la habitación para cambiarme el sucio vestido. Antes de abrir la puerta, escucho algo que anticipa lo que me encontraré dentro.

—Pero... Kim Hansoo, ¡maldito! ¿Cómo pudiste?

—Levana, espera. No es lo que parece.

Han se levanta de prisa, pero no tan rápido como lo fui yo para lanzar el despertador sobre su cabeza. Mis ojos no dan crédito a lo que están mirando: Han en la cama con una mujer tan conocida para mí.

—¿Qué no es lo que parece, dices?

—Me dejabas tanto tiempo solo y yo, simplemente caí.

El cinismo en todo su esplendor, pero él no me duele tanto como lo hace la mujer que está desnuda sobre su cama. —¿Cómo pudiste, Ji? Te consideraba mi hermana, maldita sea.

No podría sentirme más decepcionada de ver a las dos personas en quienes confié traicionándome de una manera cobarde.

—¡Perdón, Levana! Nunca lo planeé, solo pasó y ya —. Ji se disculpaba, pero lo hacía sin lamentarse de verdad.
—Bien, espero que sean felices, ambos... ambos son una basura, hacen bien en estar juntos.

Me di la media vuelta; no voy a soportar un momento más ahí dentro con ese par de traidores, pero la molesta voz de JiSeo me detiene.

—Sigue haciéndote la víctima, creyéndote siempre mejor que los demás. Pero no eres mejor que yo, ¿sabes? Tu ausencia siempre nos golpeaba en la cara; simplemente nos hicimos compañía hasta que sucedió. No sigas haciéndote la inocente y toma la parte de culpa que tienes.

—Sí, claro, lo acepto, acepto mi culpa. Ahora pueden quedar tranquilos; sé que fui yo la villana que los mandó a follar a mis espaldas. Está bien, sigan en lo suyo, yo no los molestaré.

Salgo de la habitación y también lo hago de la casa. No me siento tan herida como debería sentirme; después de todo, últimamente ha olido a perfume barato y basura. Reí por mi pensamiento.

Camino un poco más de lo normal para despejar mi mente y así poder estar más tranquila, porque, aunque siento que no me afecta, no estoy segura de cómo mi ansiedad me hará reaccionar.

No quiero tomar ninguna decisión mala; suspiro de frustración ante el recuerdo que me ha venido aquejando. Hace algunos años que siento algo extremadamente raro: casi todas las noches, algo en mi pecho se oprime. Cada noche, a la misma hora, 11:59, algo me hace estremecer de mi cama y despertar de mi sueño. Es ese tipo de pesadilla, ese sentimiento de temor, algo que me alerta, que me dice que algo no está bien. Esa maldita sensación de que el reloj detendrá sus manecillas, esa sensación de que algo muere en mí, es tortuosa; el temor se adueña de mi ser.

Llego a mi departamento y subo las escaleras, solo para darme cuenta de que en la puerta hay un aviso de la arrendadora: me ha quitado mi departamento por los meses atrasados. Me quedo helada, observando la situación con el papel en mis manos. Alguien habla detrás de mí y me sorprende.

PROMESA DE MUERTE |ᵇᵃⁿᵍᵗᵃⁿ ᵒᵗ7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora