❝𝗣𝗿𝗼𝗵𝗶𝗯𝗶𝗱𝗮❞ 【Ran Haitani】-Yandere-

❏ » C I N C O

Ran no se despegaba de ti en absoluto.

Cada vez que tenía la oportunidad llegaba y te besaba, haciendo que tus piernas flaquearan.

Más sin embargo no cedias ente el deseo de este y siempre terminaba haciendo tu deber en el pueblo.

Y ese día no era la excepción.

Ran en cuando vio que te desocupaste te tomó de la cintura, haciendo que sus cuerpos se junten.

Exploraba toda tu cavidad bucal, los sonidos que provocaba sus labios al besarse levantaba el ego de Ran.

— Eres tan pequeña y delicada — habla sobre tus labios para volver a besarlo.

Normalmente siempre mantenidas tus manos en su pecho, pero esta vez llevaste las manos a su rostro, haciendo el beso más intenso y lleno de deseo.

Ran se sorprendió ante tu acción, le gustó que hayas tomado la iniciativa.

Se separaron por la falta de oxígeno, Ran no quería soltar su agarre y tu, ya estabas detectando que alguien necesitaba tu ayuda.

— ¿Podrías soltarme? Necesito seguir trabajando...

— Solo quedemos así un rato más ¿si? — pide de una manera tan dulce que casi le dices que si

— No puedo... Me necesitan — vuelves a decir

— ¿A quien jodida le importa los humanos? Cuando solamente podemos ser nosotros dos... No necesitas cuidar de estúpidos mortales — escupe con enojo

— Puedo estar todo el día contigo, necesito hacer mi trabajo — le reclamas

— Tsk, haz lo que quieras

Dijo al ver que sus técnicas no funcionaban, con preocupación lo viste para después irte a hacer si trabajo.

Mientras tanto, Ran se fue a la sombra del árbol observar todo.

Nunca se hubiera imagino que tuviera algún tipo de conexión con un ser superior como un ángel.

Cerro los ojos llevando las manos a su nuca y recargarse en el árbol que daba gran sombra al lugar..

Cerro los ojos disfrutando la brisa que acariciaba su rostro y alborotaba su cabello.

Cuando sintió como alguien se había sentado en sus piernas, abrió los ojos para verte sentada enfrente suyo.

— Lo siento si soy muy inflexible, pero sabes por qué estoy aquí... — murmuras apoyando la cabeza en su pecho.

— Debes ganarte tu perdón ¿no crees? — dice con burla el demonio.

Sonríes y llevas tus manos a su cuello, acercando su rostro al suyo para después depositar un beso en su frente.

Esa acción le pareció especialmente tierno al demonio, de verdad creía que le darías un beso en los labios.

— No juegues conmigo... — te susurra el demonios para juntar sus labios.

Era un beso necesitado y lleno de pasión, sus mano se posaron en tu cintura, haciendo presión en ella.

Dejó una mano para después acariciar tus alas haciendo que una corriente eléctrica pase por tu espalda.

— Tus labios... Saben tan bien... — dice el sobre tus labios.

— Ya... Necesitamos separarnos... — les dices pero el no te hace caso.

Sentías la presencia de ángeles de guerra cerca de ti, y eso no significaba nada bueno.

Fue cuando sentiste como alguien te tomaba de la muñeca levantandote, viste como un ángel de guerra te separa de Ran para luego tenerte a su lado.

Mientras que otros tres ángeles de guerra, apuntaban con sus espadas al demonio.