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Seguías sentada detrás de Ran viendo todo lo que el hacía y como mataba uno por uno a los demonios.
— Solo me quedan siete más...
Murmura Ran, tú que estabas detrás de él no podías ver la mirada de asesino y loco que traía.
— Ran... Me quiero ir — murmuras con miedo
Ran se da la vuelta para verte y agacharse a tu altura depositando un beso en tu frente.
— Solo me tomará cinco minutos angelito, después nos iremos de aquí — responde el demonio
En cuanto Ran de levanta dos demonios abalanzaron contra el, ambos se pusieron en la espalda de este intentando lastimar sus alas.
Que claro, Ran no lo permitió y los tomó a cada uno del cuello, para después llevarlos a una pared y golpear consecutivas veces sus cabezas contra la pared.
La grande salía de sus cabeza recorriendo sus espaldas hasta la planta de sus pies, la falta de oxígeno les estaba afectando y trataban de hacer el mayor esfuerzo para hacer que Ran los soltara.
— Qué lástima que no haya una segunda vida para los demonios — dice Ran con una sonrisa hipócrita.
Suelta a uno de los demonios tirándole al piso y al otro lo toma con todas sus fuerzas y lo golpea contra la pared, haciendo que su cabeza se abra y gracias a la gran perdida de sangre muriera.
El otro demonio que estaba en el piso recuperando el oxígeno, Ran llegó y se puso encima de él para empezar a golpear consecutivamente su rostro con sus puños.
Ran tenía más fuerza y poder que esos demonios, eso estaba claro debido al cargo que tenía en el infierno, y conforme golpeaba el rostro del demonio este se empezaba a desfigurar.
Hasta que literalmente el demonio no tenía rostro, en cambio estaba totalmente rojo su rostro, la capa de piel había sido destruida por los puños de Ran
Los otros cinco demonios que quedaban, tomó a dos y empezó a causar herida en ellos con sus uñas, asimismo que cada vez que les causaba rasguños o les causaba heridas que creaban hilos de sangre empezó a hablar.
— Sabían que la sangre de los demonios es diferente a la de los humanos... — empieza a hablar de lo más tranquilo
— Ya que nuestra sangre tiene un componente diferente, y claro por eso somos superiores a las demás razas, pero también es contraproducente
— Por eso, si a la sangre de demonio le avienta el más mínimo de fuego, este se prende y empieza a quemar, claro que a los demonios no nos afecta el fuego del infierno
— Pero el fuego de la tierra si, es como la gasolina con el fuego en la tierra, le avientas fuego a un linea de gasolina esta de inmediato prende y quema, supongo que ya saben por donde va esto — finaliza este con una sonrisa para luego tomar un encendedor que tenía en el bolsillo
La el cuerpo de los demonios es muy diferente al de los humanos, este por supuesto, su sangre contiene una sustancia diferente que con sólo prenderle fuego se queman cual gasolina al entrar en contacto con fuego.
Pero son dos fuegos totalmente diferentes, ya que el fuego del infierno no les quema o molesta aquellos demonios.
Pero el que provoca su propio cuerpo si, hasta fundirlos en cenizas.
Una vez el cuerpo de ambos demonios estaba lleno de sangre debido a los rasguños que dejaban brotar la sangre y cada una de las lastimadas Ran sonrió despiadadamente.
Saca de uno de sus bolsillos un encendedor del mundo humano y le prende fuego haciendo que el cuerpo empiezan a arder en fuego, seguido de eso empiezan a moverse en sus propio lugar ee dolor.
Pegaban gritos desgarradores de dolor y ardor, sintiendo como sus cuerpo es consumido por el fuego.
Les da la espalda a ambos demonios ya que sabía que no había nada en el mundo humano o no humano los salvaría
— Solo me queda uno...
El demonio que estaba escondido en una esquina trata de escapar pero Ran lo toma por la mandíbula y lo alza del suelo dispuesto a matarlo.
— Espera, por favor, no me mates... — murmura el
Ran simplemente no hace caso a las palabras de este y sigue apretando con fuerza para romper su mandíbula.
— ¡Te puedo decir quien nos mando! ¡No me mates! — exclama el demonio
Mientras que tu veías y escuchabas todo, viste como el demonio se acercó a Ran para susurrarle algo al oído.
Los ojos de Ran se encienden de enojo y de inmediato a aplasta con una sola mano la mandíbula del demonio dejándolo moribundo, se acerca a ti cargarte estilo nupcial y salir del infierno.
Y al volver al mundo humano logran ver a Rindou apoyado en el árbol viendo directamente a ustedes.
Puedes ver como la mandíbula de Ran se tensa al verlo y como poco a poco se le empiezan a notar más las venas de todo el cuerpo y veía con enojo al demonio.
Algo bueno no iba a salir de aquí.
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