10. Osos y elefantes

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Ohm entró en casa y dejó los zapatos en el armario. Escuchó la risita aguda y un "shhh" para silenciarla. El salón parecía vacío pero podía escuchar los susurros en algún lugar de la enorme estancia.

Fluke se había quedado en casa, pero él asistió a una interminable reunión con uno de los clientes del banco. Estuvo toda la tarde tratando de escapar de la oficina y en ese instante, por fin, sintió el cálido aroma que desprendía su hogar.

Fingió que no había escuchado el cuchicheo y caminó tranquilamente quitándose la chaqueta y dejándola en el respaldo del sofá. Se soltó la corbata y se encaminó a la cocina.

—¡Buuu! —Dos seres humanos aparecieron ante él disfrazados y se llevó la mano al pecho componiendo una cara de susto.

—¿Queréis matarme de miedo? —dramatizó. Los pequeños rieron.

Se agachó, levantó a la niña en brazos dándole un beso en la mejilla regordeta y despeinó el pelo de Boun con la mano mientras él hacía un wai.

—Fue idea de P'Sam, Lung Ohmi.

—Eres un acusica, Boun —replicó la niña cuando la bajó.

—No quiero que Lung Ohmi se enfade.

—Déjame, ya no voy a jugar más contigo. Siempre te chivas. —El niño la miró enfadado y levantó la barbilla. Sammy apretó la boca en un puchero adorable.

—Ya, calma los dos. ¿Dónde está papá, Sammy? —preguntó antes de que siguieran peleándose.

—Está fuera con Gulf. Nong dijo que quería jugar en el jardín y Lung Fluke está intentando que no se llene de tierra el disfraz que nos compró.

—Ves como eres un acusica —insistió Sammy, cruzándose de brazos. Boun la empujó enfadado y ella le devolvió el golpe.

—Bueno, ya está bien de pelearos. Llevo menos de dos minutos aquí.

Agarró las capuchas de los disfraces de ambos, separándolos, y salieron fuera farfullando maldiciones infantiles. Ohm vio a Fluke sacudiendo el mono de gato gris que llevaba puesto Gulf. Levantó la cabeza y le dio una enorme y brillante sonrisa que correspondió.

—Acabo de evitar un conflicto entre especies ahí dentro —comentó, soltando a los niños. Boun se marchó hacia la pérgola, pisando fuerte en el césped, y le vio coger del suelo una muñeca. Sammy fue tras él y se sentaron en silencio sin mirarse, Sun corrió hasta ellos y se tumbó en un cojín.

—Lung Ohmi —gritó Gulf, distrayendo su atención de los dos niños mayores. Estaba descalzo y sus piececitos tenían tierra, pero así lo levantó enganchándolo a su cadera.

Fluke se acercó y le dio un beso en los labios, sintió el sabor dulce y acarició su pelo, que se había cortado recientemente. Natouch le guiño un ojo antes de limpiar los dedos sucios del más pequeño.

—Papi, hay un disfraz para ti también, tienes que ponértelo —dijo Samantha desde el kiosco—. Es un disfraz de oso.

Levantó una ceja y Fluke se encogió de hombros ruborizado. Llevaba un mono gris con una cola fina y a juzgar por las orejas de la capucha, era un disfraz de ratón.

—Sammy quería comprarte el unicornio, Ohmi, pero Boun se negó en rotundo asegurando que tenía que ser el de oso. Así que ella se compró uno de oso también. Un oso de color verde, pero un oso. Está en el salón, hazles el gusto, anda...

Ohm negó con la cabeza y le pasó al bebé. Entró de nuevo a la casa y cogió la bolsa del sofá y la chaqueta que había dejado allí. Subió a la habitación y se cambió rápidamente.

4. MILLION MEMORIES [Capítulos especiales]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora