4. MILLION MEMORIES [Capítulos especiales]

9. ¿Para quién trabaja? 🔞🔥

🔞#AvisoDeSabroseo: Capítulo +18. Lean bajo su responsabilidad. Es apenas un encuentro corto, pero igual todavía llega alguien aquí que se ofende con estas cosas xD. #NoMeReporten

Se deslizó suavemente fuera de la cama y fue con sigilo hasta el baño. Cerró la puerta antes de encender la luz para no deslumbrar al tigre que dormía indolente enredado en las sábanas de seda.

Se lavó los dientes antes de entrar a la ducha. Cerró los ojos cuando el agua le golpeó la cabeza: el cálido líquido recorrió su cuerpo, soltó un suspiro bajo cuando sus manos enjabonadas pasaron sobre su entrepierna.

Tenía tiempo para tocarse si lo hacía lo suficientemente rápido. Así no tendría que esperar a que su madrugadora erección bajase por sí misma.

Apoyó una mano en la pared de azulejos y con la otra rodeó su miembro que pedía atención. Bombeó dos o tres veces despacio, con el jabón evitando la fricción. Pensó en Kao durmiendo semidesnudo en la cama, en su pecho musculoso, en sus brazos anchos. Le vino a la mente la forma en la que lo folló en el vestidor tres días atrás: de pie, frente al gran espejo, con su cuerpo dominado por él y su boca enganchada a su nuca.

Sintió como si, de verdad, las manos de Kao estuvieran sobre sus caderas y gimió cuando notó el calor del cuerpo ajeno a su espalda. Se dio cuenta de que no era una alucinación y se sobresaltó un poco. Quiso apartarse, pero las palmas ardientes estaban sobre su cuerpo le impidieron darse la vuelta.

—¿Qué haces despierto tan pronto? —jadeo cuando la boca de su novio se abrió en su cuello.

—Te escuché despertarte y vine por si necesitabas ayuda con el jabón. Y ya veo que puedo ayudarte. —Su mano ancha rodeó el eje de Up mientras él gemía y echaba la cabeza hacia atrás, sobre el hombro de Kao.

Combinó el ritmo lento y pausado con los movimientos rápidos que le volaban la cabeza. Ese tacto tan conocido seguía teniendo el mismo efecto sobre él. Cuando Kao le tocaba, la galaxia que vivía en su pecho se convertía en una supernova explosiva.

Pasó el pulgar sobre el glande y le hizo gemir. No le faltaba demasiado para correrse, mucho menos cuando su otra mano subió por su pecho y tiró de un pezón. Tembló, tenso como la cuerda de un arco.

—Kao... —suspiró, cerrando los ojos mientras el otro aceleraba el ritmo con el que le masturbaba.

—Dime, príncipe —contestó, con la voz grave golpeando su pabellón auditivo. Se estremeció, clavando las uñas en el antebrazo moreno y ancho que le rodeaba.

—Me voy a correr... —admitió cuando la mano se movió de forma vertiginosa sobre su eje, golpeando de arriba abajo.

—Hazlo, córrete. —Le beso justo debajo de la oreja y después mordió su hombro con fuerza, marcando la piel y absorbiendo en su boca la carne caliente y húmeda.

El puño que bombeaba siguió moviéndose con los dedos de la otra mano castigando sus pezones con tirones duros. Era increíble como Kao podía hacerle volar por los aires cada vez. Para un hombre como Poompat, que nunca había tenido una relación tan larga, que Noppakao tuviera ese efecto en él era, a la vez, terrorífico y hermoso.

Que estuviese a punto de correrse con ese gran cuerpo a su espalda y esas manos ásperas masturbándole exactamente como le gustaba, después de los años que llevaban juntos era, sobre todo, perfecto.

—Vamos, príncipe, déjame ver ese espectáculo —jadeo en su oído antes de dar un mordisco suave a su lóbulo.

Up gimió y sintió los dedos dejar sus pezones para bajar por su cuerpo y apretar sus bolas doloridas. La caricia le hizo temblar antes de que el orgasmo lo alcanzara como un rayo de electricidad que nació en su bajo vientre.