11. El profesor de guitarra

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—Yo creo que es un mono.

—No, Arthit, no es un mono.

—¡Claro que parece un mono, Phi, mira sus orejas! —exclamó.

—No, hay más animales que tienen las orejas grandes.

—Me parece estupendo, pero es que es un mono.

—¡Que no, Arthit!

—¡Que sí!

—Ey, ¿qué pasa, chicos? —El profesor se giró hacia ellos con el ceño fruncido y Boun se puso nervioso. No quería enfadarlo, el profe de guitarra le gustaba. Además, no quería que le dijera a papá que se estaba portando mal.

—Nada, profe, nada —dijo rápidamente.

—¿Por qué discutís? —El enorme hombre atravesó la sala caminando y se arrodilló ante ellos. Boun sintió que su corazón latía muy rápido, no puedo dejar que papá se entere de esto.

—A P'Boun le gustan los animales, profe, le gustan mucho y se sabe un montón de animales.

—¿Por eso discutís?

—No, no es por eso. P'Boun quiere que todas las personas que le gustan tengan un animal asignado. Como yo, que soy una ardilla, o Na First, que es un perro; o su amigo P'Prem, que es un cerdito. Entonces estaba preguntándose qué animal le podría asignar a usted y yo le dije que podría ser un mono porque tiene las orejas como uno. —Boun lanzó la guitarra que mantenía en las manos al suelo rápidamente y se lanzó sobre Arthit para taparle la boca.

Abrió los ojos horrorizado, temiendo que el profesor se enfadara y les castigara. O lo que era peor, que llamase al príncipe papá para decírselo y Boun tuviera que sufrir su ira. No quiero que me castiguen, no quiero que papá me eche la bronca, pensó, mientras Arthit tiraba su propia guitarra al suelo en un intento de apartar las manos de su cara y poder seguir hablando. Boun no podía permitirlo, pero no contaba con que, en realidad, Arthit era un poco salvaje.

El nong le mordió la mano con fuerza y Boun le empujó con un grito de dolor. El profesor les separó más rápido de lo que creyó que podría moverse un hombre. ¿Acaso tiene poderes?, se preguntó cuando los dedos le rodearon el antebrazo. El más pequeño le miró con las cejas arrugadas y Noppanut frotó su mano dolorida contra su pecho.

—¿Qué diablos ha sido eso? —gruñó, con la voz tan grave como el rugido de un león.

—Siento lo que dijo Arthit, profesor, lo siento mucho —se apresuró a excusarle—. Yo no pienso que usted parezca un mono, no hay nada malo en sus orejas. Es muy guapo, muy, muy guapo. Arthit no sabe lo que dice, es un nong malo, yo se lo diré a Parr Komen, por favor, no llame a mi papá... —rogó, desesperado, mirándole a los ojos.

El profesor de guitarra le miró unos segundos y después resopló. Les soltó a ambos y les acarició el pelo a los dos. Boun pensó que eso significaba que no iba a echarle la bronca porque Pa Tiger le tocaba la cabeza cuando no quería decir en voz alta "te quiero" y lung Ohmi siempre lo hacía cuando le veía. Si alguien le tocaba la cabeza a otra persona no debía estar enfadado.

—Ser un mono no es una cosa mala... —murmuró Arthit. Parecía realmente triste y Boun se sintió fatal porque era una de sus personas favoritas y no le gustaba verlo llorar. El niño miró al adulto de nuevo—. Le prometo que no he querido decir que usted es feo. Usted es muy guapo, Na First y mamá lo dijeron también.

Los ojos del hombre se abrieron y sus mejillas se pusieron rojas. A Boun le recordó a las mejillas de Pa Tiger cuando papá le decía lo bien que se veía vestido de traje.

4. MILLION MEMORIES [Capítulos especiales]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora