10. Coincidences

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A la mañana siguiente mi padre me llevó sobre el medio día a casa, por lo que no había nadie.

Decidí ir a dormir y descansar ya que conciliar el sueño en el campo no es algo sencillo.

Por la tarde fui a la tienda sin razón, aunque creo que en el fondo quería ver a Ashtray.

A medio camino me encontré al padre de Nate, el cual no dudó en parar a hablar conmigo.

- Hola Ivy -.

- Hola señor Jacobs - saludé.

- Ivy, enserio puedes llamarme Cal. - y se rió amistosamente - ¿A dónde tan sola?

- Pues iba a dar una vuelta ya que no tengo absolutamente nada que hacer -.

Ni muerta le decía a donde iba. Igual se lo decía a Nate y él a Mads, la cual después me molestaría con eso.

- Entonces igual me puedes hacer un favor -.

- Claro que sí, Cal - sonreí.

- Queda poco para mi aniversario con Marsha, pensé en regalarle un reloj pero no tengo ni idea de  comprar regalos - confesó.

- Si quiere puedo acompañarle -ofrecí.

- ¿Segura? -

- Obviamente. Venga, vamos a comprarle el anillo más bonito del mundo a su mujer - reí.

Nos subimos a su coche y llegamos en menos de media hora ya estábamos en el centro comercial mirando escaparates.

- ¿Qué te parece este? - preguntó.

- Señor Jacobs, su mujer no es una vieja para llevar eso - reí.

- ¿Algo más juvenil entonces? -.

- Mucho más. Podemos entrar y preguntar, así acabaremos antes ¿no? - sugerí.

Entramos y enseguida nos atendió una mujer de mediana edad muy arreglada.

- Buenos días. ¿Puedo ayudarle en algo? ¿Para su hija tal vez? - empezó a preguntar sin siquiera dejarnos decir ni una palabra.

- No, sería para mi mujer - aclaró Cal.

- Debe de ser una mujer muy muy afortunada - le tiró la caña de forma demasiado notoria.

Me estaba esforzando por no reírme después de semejante insinuación y podía sentir que el señor Jacobs también. Solo se limitó a ignorarla.

- Verá, buscábamos un reloj fino pero juvenil - explicó el padre de Nate.

La mujer empezó a sacar un montón de relojes preciosos.

- Creo que es tu turno de trabajar, Ivy - dijo gracioso.

- Todos son bastante finos y juveniles, pero si no me equivoco al recordar a su esposa, este le quedaría genial - dije mientras elegía uno.

- Que sea ese entonces. Perdone señorita ¿podría acercarme ese collar? -

Ni siquiera lo había visto pero suponía que también sería para Marsha hasta que Cal se gira hacia mi y veo que es un trébol con el nombre "Ivy" grabado.

- Las casualidades pasan por algo - me dijo.

No podía creerlo, ni siquiera podía imaginar lo que iba a decir a continuación.

- Póngame también el collar - dijo el señor Jacobs sin dudarlo.

- ¿Qué? Oh no no, costará mucho y además no hace falta... - empecé a decir nerviosa pero me cortó.

- Ivy, tómalo como un agradecimiento - sonrió.

Cal pagó y la mujer le entregó la bolsa con ambos regalos dentro. Después volvimos al coche y una vez dentro me preguntó si me ayudaba a ponerme el collar a lo que no dudé en repetirle que no hacía falta. No me escuchó y me lo puso.

De camino a casa estábamos hablando amenamente, tanto que no nos habíamos dado ni cuenta de que ya estábamos delante de mi casa.

- Señor Jacobs, enserio, gracias. Enserio que no tenía que obsequiarme nada - sonreí.

- Casualidades, Ivy. Además, quería hacerlo - sonrió.

Nos despedimos y entré a casa.

SERENDIPIA (Ashtray I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora