12. Hurtful

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A la mañana siguiente me desperté con un pijama inusual, tenía la sudadera de Ashtray puesta.

Nada más despertar, escuché gritos en el piso de abajo; mamá y Ted. Maddy ni siquiera estaba en casa.

Bajé y Ted se acercó a mi a paso rápido para sostener mi muñeca haciendo la presión necesaria para dejar marcas.

- Te quiero fuera de mi casa, no eres mi hija y nunca lo serás - dijo en tono amenazante mientras me acercaba a él.

- ¡Déjala en paz! - lo intentó separar mamá.

- ¡No me toques, zorra! - le gritó.

La empujó tirándola al suelo para después agarrarme del pelo y empujarme fuera de casa.

- ¡Abre la puta puerta! - le grité desde fuera dándole golpes a la puerta.

- Ivy, vete - escuché a mamá desde dentro.

No me quedó otra opción que irme, mi presencia solo lo alteraría más. 

Pensé en ir a la tienda de Fez, pero aún era muy pronto asique fui con el otro único adulto con el que podría contar. El padre de Nate.

Al llegar a su casa llamé a la puerta y Cal me abrió.

Mi rostro llorando creo que ya le dijo todo por lo que inconscientemente me lancé a abrazarlo.

- Ivy, vamos. ¿Qué pasó? - intentó averiguar.

Llanto de mi parte.

- ¿Puedo quedarme aquí un rato, por favor? - susurré entre lágrimas.

Él solo me abrazó mientras me llevaba dentro. Estuvimos un rato en el sofá sin hablar, solo lloraba y me aferraba aún más a él. Era lo más cercano que tenía aquí a un padre.

Después de aproximadamente una hora, estaba mejor. Y entre el silencio, decidí hablar.

- Ted - dije simplemente en un susurro.

- ¿El padre de Maddy? ¿Qué pasó con él? - preguntó.

- Tuvo un mal despertar. Y yo...siento haberle molestado, pero no sabía a quien acudir. Usted es lo más cercano que tengo a un padre aquí - confesé.

- Tú nunca serás una molestia ¿Estás mejor? -

Asentí con la cabeza mientras me iba separando de sus brazos.

- Debería irme, me gustaría airearme un poco. Gracias, Cal - agradecí frotándome la cara.

- ¿Quieres que te acompañe o prefieres estar sola? - se preocupó.

- Prefiero estar sola. Gracias otra vez -.

- No fue nada. Chao, corazón - me dio un beso en la frente después de abrir la puerta.

Estuve caminando un buen rato sin rumbo fijo y acabé en la tienda.

Dudé de si entrar o no. 

Finalmente no lo hice.

Me alejé un poco y me senté en el bordillo de la acera. Todo sería mejor si papá estuviera aquí.




SERENDIPIA (Ashtray I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora