SERENDIPIA (Ashtray I)

16. Brucie

Al llegar a casa me cambié para volver a salir, esta vez sola.

Pero antes les enseñamos los tatuajes y tanto a Bruce como a Laurie, les encantaron.

Antes de salir por la puerta de "casa", di las gracias a ambos otra vez por haberme comprado todo lo necesario.

Tardé como media hora andando hasta la tienda.

- Holaaa - dije entrando.

- Hola Ivy- dijo Faye lentamente.

- Hola Vivi ¿dónde estabas? Maddy ha estado preguntando por aquí si te habíamos visto - contó Fez.

- No se lo digas, no quiero que mamá vaya a por mí y discuta de nuevo con Ted - confesé.

- Ahhh la morena - dijo la rubia en su mundo, como de costumbre.

- Entonces dime donde te estás quedando - insistió el pelirrojo.

- ¿No es obvio? Con su novio - dijo Ash de mala gana saliendo de su nevera. 

- ¿Tienes novio? - intervino Faye lentamente, de nuevo.

- ¿Qué? No - dije rápidamente.

- ¿Y el chico de la foto y el tatuaje a juego? - contraatacó rápidamente.

- ¿Enserio no te suena? Además ni siquiera me sigues - dije.

- No te sigo pero sí que la vi - la verdad es que se puso un poco rojo.

- Es mi primo -.

- Si claro, tu primo - dijo Ashtray sin creerme.

Tanto Faye como Fez nos observaban como si fuéramos un partido de tenis sin decir nada.

- ¿Tienes pérdida de memoria o estabas muy ocupado quitándote la ropa? - me burlé.

- ¿Qué dices, niña? - siguió hablando de mal humor.

- ¿Puedo ver la foto? - preguntó Faye.

Cuando se la fui a enseñar también se acerco Fezco a verla.

- Estaba con Laurie - dijo Faye.

- Es cierto, hermano - corroboró su hermano mayor.

- ¿Y eso que tiene que ver? Peor aún, un trabajador de Laurie - siguió con su show.

Definitivamente Ashtray era todo una drama queen.

- Jr es el hijo de Bruce, el cual es pareja de mi tía. Explicado para tu minúsculo cerebro, somos familia, más concretamente primos - dije enfadada mientras salía de la tienda.

Ya fuera, noté que alguien me agarraba delicadamente de la mano. Ash.

- Yo... lo siento ¿vale? - dijo avergonzado.

- La próxima vez que quieras saber algo, pregúntame antes - le dije menos enfadada.

- ¿Te acompaño a casa? - preguntó.

- Sí, aunque ahora me estoy quedando en el motel - expliqué.

- Si en algún momento quieres irte de allí, tal vez puedas quedarte con nosotros - ofreció sin mirarme a los ojos.

Caminamos uno a la par del otro en silencio, esta vez uno cómodo.

Cuando llegamos al motel nos despedimos y esperó a que entrase para irse.

¿Estará cambiando?