𝑵𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒆𝒓𝒕𝒆

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-Si te beso no voy a querer separarme nunca -Susurró levemente sobre la comisura de los dulces y suaves labios de Freddie. El mencionado ladeo un poco su cabeza y pasó con delicadeza sus dedos por los pequeños mechones de cabello del castaño que brillaban por el dulce tacto que le comenzaba a dar el sol por la posición en la que se encontraban. Los curiosos ojos del moreno miraban todos los rasgos del rostro de John, desde sus ojos hasta ese hermoso lunar en su mejilla izquierda, era tan diminuto que resaltaba aún más en su blanca piel. Le encantaba, John le encantaba.

El ambiente estaba volviéndose tan dulce y romántico, John por dentro sabía que jamás podría olvidarlo. Estaba pasando uno de los momentos más importantes en su vida.

Sus dedos temblaban un poco y Freddie podía notarlo, pero no decía nada. Le parecía tierno que John lo estuviera ocultado a pesar de que era muy obvio.

-No quiero que lo hagas...-John estaba por pronunciar algo más pero fue interrumpido por la voz de Freddie, miró a los ojos grisáceos del castaño y susurro con un tono dulce mientras sonreía. - Solo bésame, John...deseo que lo hagas desde hace tanto tiempo...-El mencionado miró a sus ojos mientras tragaba saliva sintiendo unas cosquillas extrañas en todo su cuerpo. Lo pensó unos segundos más y por fin después de tanto esperar, sucedió ese beso.

Sus labios se unieron con una delicada lentitud, ambos cerraron sus ojos apenas tuvieron contacto y fue ahí cuando comenzaron a disfrutar del momento sin preocupaciones. El castaño no hizo ningún movimiento para poder experimentar la situación, sintió un placer diferente, no uno sexual. Era algo romántico y dulce, podía sentir la suavidad de los labios del pelinegro, presenció la humedad de sus labios después de relamerlos, su sabor...lo esponjosos que se volvían durante ese beso, de verdad estaba disfrutando el momento que compartía con Freddie.

Pudo sentir la forma de sus labios, disfrutaba de la sensación del relieve de estos. Apreciaba cada segundo.

El primero en mover sus labios sorprendentemente fue Freddie, sus dedos acariciaban las mejillas de John pasando con delicadeza a su cuello para comenzar a rodearlo para poder unir aún más sus cuerpos. El mayor había comenzado a mover también sus labios logrando que un dulce resonar comenzará a llenar el ambiente que ambos habían creado.

John había comenzado a sentirse en el cielo, estaba en una calma impresionante, el ligero resonar anteriormente mencionado había aumentado y era tan suave y delicado. Un inevitable jadeo escapó de los labios del pelinegro apenas sintió las grandes manos de John estrujar su cadera para unir aún más sus cuerpos. El castaño al oír esto no pudo evitar emocionarse, no quería abrir sus ojos porque sabía que eso arruinaría el momento. Así que solo se enfocó en mover sus labios, ladeaba su cabeza para poder acercarse más a Freddie, y vaya que este no se negaba. Las manos del moreno acariciaban la nuca del castaño para darle a entender que jamás se alejará de él. Freddie dejó que John fuese llevando su cuerpo a donde el quisiera conforme el tono de los besos iba subiendo, John seguía ladeando su cabeza recostando a Freddie en parte de la manta donde se encontraba.

A los dos les comenzaba a hacer falta el aire, así que se separaron un poco e hicieron contacto visual. El castaño no sabía que decir, en verdad no sabía que decirle, pero sentía que debía decir algo puesto que sí no lo hacía, el silencio hablaría por él.

Habían compartido unos besos más que deliciosos, quería decir todo y nada al mismo tiempo. Volvió a la tierra cuando sintió la mano del moreno recorriendo su mejilla, volteo a verlo y ambos se mandaron una tímida sonrisa.

-¿Puedo preguntarte algo? - John asintió y también comenzó a dejar caricias sobre los pequeños mechones negros que descansaban sobre su frente.- ¿Voy a perderte algún día? - El castaño frunció su ceño deteniendo sus caricias y negó rápidamente, podía notar el brillo en los hermosos ojos del moreno, ahí noto que era un tema complicado para él. Pero no podía prometerle nada, hasta ahora muchas cosas podían levantar sospechas, pero no quería dejar a Freddie lleno de ilusiones.

-¿Tienes miedo a perderme? - Freddie vio a otro lado e hizo un pequeño gesto pensativo, no quería sobrepensar demasiado, pero a decir verdad por dentro sabía que debía ser sincero, unos cuantos segundos después asintió apenado evitando el contacto visual.

-Es solo que...eres la única persona que me ha demostrado cariño y amor...todo esto es nuevo para mi. Incluso besarte se sintió nuevo...y fue algo genial - Ambos soltaron una risa, dejó pequeñas caricias sobre sus hombros y metió sus manos en su camisa para tocar su piel, el castaño se sonrojo casi de inmediato, claro que cómo siempre intento controlarse (pero Freddie siempre lo notaba).

-Sé cómo se siente...bueno, algo así. Por mucho tiempo estuve solo, verte alegraba mis días cómo no tienes idea.

-¿Ya no lo hago? - El pelinegro hizo un pequeño puchero viendo a los ojos del castaño. Éste soltó una pequeña risa y susurró sobre sus labios.

-Sabes que sí...han sido días un poco complicados, pero tu compañía es la mejor. Siempre me gustó tu compañía...antes no estábamos en el mejor lugar para poder conocernos como es debido, pero...ahora debemos aprovechar el tiempo y no lo sé...ser algo más. - Esto último lo mencionó un poco tímido viendo a otro lado. Casi tenía sus dedos cruzados esperando a oír una respuesta por parte del otro. Pero el pelinegro dio un pequeño salto con una sonrisa enorme dibujada en su rostro.

-¡¿Qué?! ¡¿Algo más?! - El castaño abrió sus ojos cómo platos al sentir como lo jalaba tomándolo de sus hombros. - ¡Sí! ¿Seré tu novio? Dime que sí, ¡dime que sí! ya quiero serlo, pero adoro que tomes tu tiempo para conocernos más y más y...m-más. - Mantuvieron un dulce contacto visual, fueron uno de esos momentos en los que el silencio es cómodo, es dulce e incluso se siente suave. Es una manera extraña de describirlo, pero todos conocemos esa sensación.

Freddie sintió sus mejillas calientes y por otro lado el castaño no dejaba de observar el hermoso rostro que tenía frente a él. Pasó su mano a su mejilla y la acarició con suavidad, uso su pulgar para tocar sus labios con delicadeza, ambos se mandaron una tierna sonrisa.

Por dentro ambos sabían que se gustaban, y muchisimo. ¡Pero ninguno lo admitía! Freddie tenía una nula experiencia en el amor, (pasó por todo, pero jamás por un amor) y en cambio John, a pesar de salir con varias chicas, jamás se sintió del todo agusto. Todas le parecieron lindas, pero jamás le gustaron. En cambio cuando llegó Freddie, todo su mundo dio vueltas. Le gustaba y mucho. Y por lo visto era correspondido, pero todo a su tiempo.

(*)

-¿Encontraste algo del doctor Deacon?- El rizado volteo a ver malhumorado a su compañero, a veces hacia preguntas tan estúpidas.

-Bueno...todo apunta a que a pesar de siempre ser muy reservado, siempre se llevo bien con los demás. Que jamás levantó sospechas, era cumplido, tenía bastante experiencia, tiene una buena familia. Vive en un vecindario tranquilo, no tiene antecedentes...es un hombre ejemplar. - La expresión del rostro de Roger era de confusión, Brian jamás había dicho eso de un sospechoso.

-¿Tú diciendo que es un hombre ejemplar? No te creo...

-¡Sí! Todo apunta a que lo es...aunque, aquí vienen algunas reseñas y números de sus compañeros o jefes anteriores. Podríamos entrevistarlos y ver si alguna vez notaron algo extraño.

-Eso sí es muy tú.

-¡Enfócate, Roger! - Le lanzó un lápiz provocándole un pequeño quejido.

-Bien sí, dame sus números y los citaré para uno de estos días. ¿De acuerdo, patrón? - Roger giro sus ojos levantándose de la silla donde estaba para después caminar fuera de la oficina.

Brian estaba dispuesto a encontrar un culpable de la situación, y estaba claro que no se iba a detener hasta encontrarlo.

He's just a boy ... right? ( Deacury ©) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora