𝑷𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓

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Pasaban las horas, los números rojos del reloj iban cambiando, las 11, las 12, la 1 am y Freddie no podía dormir, daba vueltas y vueltas, a veces incluso se quedaba observando a John, pensaba que sí lo hacia podría arrullarse. Era lindo cuando dormía.

Sus pestañas eran largas, sus mejillas tomaban un pequeño color rojizo, sus labios de vez en cuando se abrían pero rápidamente los cerraba, a veces incluso fruncia su ceño por lo que estaba soñando, era tan tierno.

-Concéntrate. - Susurró entre dientes viendo al techo una vez más, aunque estuviera un tanto alborotado no soltaba el brazo de John en ningún momento. Y si no lo tomaba, hacía que lo rodeara. No paraba de pensar en todo lo que sus malditos problemas podían ocasionar, ¡no podía coger con John! Simplemente no podía suceder, siempre debía de interrumpir el momento en el que todo estaba por iniciar, donde por fin podrían confesarse el amor carnal que se tenían.

Tenía algo en mente, aquí la cuestión era que la última vez que lo hizo terminó con una camisa de fuerza y con una buena cantidad de sedantes encima, al grado en que cada vez que abría sus ojos se desmayaba o solo perdía el conocimiento por unos segundos o hasta minutos. Toda una pesadilla, después de ese día quedó tan cansado y confundido que durmió todo el día siguiente.

Pero ahora no estaba en el hospital y no estaba al cuidado de nadie. Bueno, John lo cuidaba, pero no contaba.
Su plan es bastante sencillo, puesto que sólo consiste en obligarse a mantener su personalidad neutral. O sea, la personalidad que tendría como una persona sana de su edad. Podía hacerlo, era sencillo pero para poder lograrlo debía hacerlo durante una ducha o simplemente en una habitación estando totalmente solo,necesitaba conectar sus sentidos para poder llegar a su resultado deseado.

Después de sobrepensar por un buen rato, cayó dormido.

(*)

Hacia poco que John había despertado, no se había querido parar porque tenía en su pecho la mejor vista del maldito mundo. Un hermoso chico con la punta de su nariz roja por el calor que transmitían sus cuerpos, la piel de sus hombros brillaba un poco por la luz que lograba entrar por la ventana. Era sin duda lo más lindo que sus ojos habían visto en años, en toda su vida mejor dicho.

Le dejaba pequeñas caricias con su pulgar sobre sus mejillas, a veces incluso pasaba su dedo índice por el puente de su nariz dándole toques sobre su definida punta, notando así como arrugaba un poco su ceño.

-Eres hermoso...tan pero tan hermoso - Cada vez que susurraba algo dejaba un pequeño beso sobre sus mejillas, al separarse vio como una linda sonrisa se dibujaba en su rostro. Miró a sus ojos y lo rodeo por su cintura acercandolo más a él.

-Mmh...Buenos días, Johny. - El mencionado no podía dejar de sonreír, el pelinegro por otro lado estaba estirando sus brazos y piernas.

-Buenos días, mi Fred - El moreno tallo sus ojos y recostó su cabeza sobre el pecho del castaño. - ¿Quieres desayunar ya? - Freddie levantó su mirada y comenzó a pensar en que respuesta darle. Al parecer hoy había despertado casi igual que ayer, un comportamiento tranquilo y acorde a su edad, personalidad neutral. Buena señal.

-Aún no...tal vez, podríamos...ya sabes. Besarnos un poco - Se encogió de hombros y comenzó a reír al ver a John hacerlo con una mueca tímida- ¡Anda! Quiero estar un dato acostado contigo...

-No lo sé. - El castaño dejó caricias sobre su cabello viendo a sus ojos.

-Ignoremos lo que sucedió ayer, ¿si? Bueno, lo que casi sucede ayer. - El pelinegro lo rodeo por su cuello haciendo un pequeño puchero.

-¿Aún lo recuerdas? - El pelinegro asintió levemente, desde un punto de vista médico y psicológico, eso era un muy buen avance. Indicaba que la mente de Freddie había estado activa durante toda la noche, y presente en la 'realidad', estaba manteniendo un ritmo tranquilo y sereno. No había tenido este tipo de avances hace años.

He's just a boy ... right? ( Deacury ©) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora