II

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El reloj de John sonó un par de veces más, su mano con algo de peso lo apago. Soltó un profundo suspiro mirando la imagen que tenía, ya era hora de despertar.

-Mgh. - Se levantó tallando sus ojos, bostezo estirandose, escuchando sus huesos tronar algo leve, sus pies lo llevaron hasta la ducha, se despojo de toda su ropa y finalmente entró, para comenzar a sentir el agua caliente recorrer su cuerpo. Limpio todo su cuerpo con lentitud, pasados unos minutos salió poniéndose una toalla en su cintura. Se vistió con algo formal, se puso su loción.

Seguidamente después de arreglarse se fue hasta la cocina para preparar un desayuno pequeño, su clásico café y unas tostadas con queso. Las comió con delicadeza, siempre se aseguraba en no mancharse, adoraba ir presentable a el trabajo. Finalmente tomó sus llaves y salió de ahí.

(*)

La mañana había llegado al fin, el clima había cambiado drásticamente ahora era medianamente cálido, John ya había llegado al hospital, los médicos lo saludaban como era ya de costumbre, lo cual él correspondía con una sonrisa.

Sus pasos resonaban por los pasillos que se encontraban en una fría soledad, en algunas habitaciones sonaban gritos y quejidos. Suspiro cabizbajo y llegó a su sección, justo donde su Freddie estaba. Camino a la cocina de ahí y miró a otro de sus compañeros.

-Buenos días, John - Dijó aquel chico moreno el cual usaba siempre lentes.

-Buenos días, Jason - Le sonrió y tomó el café que ya le preparaban.

-¿Qué tal todo? ¿Cómo se porto Freddie ayer? - John sonrió al oír su nombre , para solamente decir.

-Qué puedo decir...bien,se porto bien, menos cuando estaba por llevarlo a la cama, ya sabes... Empezó con que leyera para él, primero me negué pero después dije que sí - Comenzaron a reír, John se sentó en una silla que ahí mismo había, soltó un pequeño suspiro y Jason respondió.

-Bueno, no se como es que no le tienes miedo, John... Es peligroso que te cagas - El castaño lo miró riendo y negó.

-Jason, es como un niño... Necesita cariño, yo quise ayudarle con todo esto... Y no es fácil, creeme... Pero llevo bastante tiempo conociéndolo, así que - Se encogió de hombros mirandolo - Sé que es violento, sé que podría matar a una persona pero lo conozco se que conmigo no haría eso - Se levantó nuevamente teniendo la mirada de Jason encima.

-¿Eso es algo bueno o malo? - John rió saliendo de la habitación, para soltar un ligero suspiro apenas camino a la habitación de Freddie, al no escuchar su extravagante canto supo que seguía dormido, abrió la puerta y miró. La luz estaba obviamente apagada, la luz del farol que se encontraba afuera dejaba ver la silueta delgada del otro, entró cerrando la puerta, caminó a él y lo vio ahí recostado. Tan tranquilo y relajado, le producía una ternura enorme, sus manitas se aferraban a las sábanas blancas.

Acarició su cabello retirandolo con lentitud, se acercó y besó su mejilla. Freddie frunció su ceño y abrió sus ojos, pero al ver un poco borroso su personalidad violenta salió.

-Sueltame, hijo de pu... - Parpadeo repetidas veces y miró a John, sonrió y susurró en un tono tierno. - John - Sus ojitos tuvieron un lindo brillo al ver a el otro, el castaño asintió soltando una pequeña risa.

-¿Dormiste bien? - Hizó las mantas al frente para que Freddie se sentase, cuando el pelinegro lo hizo abrazó el torso de su médico sonriendo.

-Chi, dormí genial - Ahora sería como un niño, esa personalidad era de las clásicas, la otra era cuando se ponia como un chico extravagante, la tercera era verlo siendo alguien perverso pero no en el sentido de ser alguien que puede imaginar la muerte de alguien más, si no que es el alma de un ninfomano, usa tonos sensuales, roncos, de todo tipo. La cuarta es cuando se vuelve tímido, nervioso, reservado pero nadie diría que un chico con ese porte sea tan agresivo y violento. La quinta es cuando sólo tiene la personalidad de un chico de su edad. Depende bastante, hasta ahora esas son las más comunes, la que sale pocas veces es cuando Freddie es consciente de sus problemas, sabe que tiene, sabe lo que le sucede, sabe que es un peligro para muchas de las personas.

Fuera de eso, las únicas veces que es tierno o cariñoso es cuando... Es consciente de su vida. Son muy pocas veces en las que eso sucede. Freddie podrá ser un ser misterioso, pero no es idiota. Vaya que no lo es.

-Qué bueno. - Besó la frente del menor sonriendo, lo cargo en sus brazos, Freddie uso sus piernas para rodear la cadera del otro, se acurrucó en su cuello y susurró.

-Anoche ella me dijo que lo hiciera... - Susurró mientras jugaba con sus propias manos, John frunció su ceño al oírlo, se sentó en la cama teniendo al otro en su regazo.

-¿Ella? ¿Quién es esa? - Acarició la mejilla de Freddie para que esté supiese que estaba seguro junto a su médico.

-Una de las voces...me dijo que debía de asesinar a alguien - John tragó saliva asintiendo levemente con la cabeza, se aferró a sus brazos y murmuró. - Dijó que si no lo hacía tú dejarías de quererme...-Sus ojitos cafés retenían lágrimas, el mayor miedo que tenía Freddie era dejar de tener acceso al cariño y amor que solo John podía darle,esos ojitos miraron a el castaño quien solamente negó rápidamente con la cabeza.

-No le hagas caso a 'ella'... Jamás dejaré de quererte, hagas lo que hagas o pase lo que pase, jamás te dejaré - Freddie asintió levemente con la cabeza, John acarició sus suaves mejillas, el menor soltó una risa mirando a los ojos del castaño, quien hizo pequeñas muecas para hacer reír al otro.

-¡John para ya! - Siguió riendo aún más.

-Bien bien, ya paro - Ambos rieron, Freddie fue el primero en quedarse callado solo teniendo una sonrisa en su rostro, se acurrucó en el pecho del otro y dijo en un corto murmuró.

-Te quiero mucho, John-El nombrado sonrió eternecido apenas escucho a Freddie, besó la coronilla de su cabeza y dijo tierno.

-Yo también te quiero, Fred-Acarició su cabello y se separó. El pelinegro se tiro sobre su cama jugando con sus manos. Las puertas se abrieron dejando ver a un médico y a dos enfermeras. John volteó hacia la puerta soltando un ligero suspiro, una de las enfermeras tenía entre sus manos una charola donde estaba las pastillas que Freddie debía tomar para evitar ataques de ansiedad, o alguna fuente para seguir escuchando las voces, era un pequeño remedio que lograba controlar su sistema lo suficiente como para lograr que Freddie descansase de escuchar las voces que lo atormentaban día y noche.

-Buenos días, Fred. Espero que hayas dormido bien - Dijo el médico usando ese típico tono tan mediocre, a Freddie no le importaba lo que dijese, él sólo comía de lo que le habían dado. Le tenían que dar un trato magnífico, casi el trato de un rey. - Bueno, hoy te haremos tres pruebas para ver cómo vamos con tus pequeños problemas - Dejó una palmada en la cama, Freddie lo miró con una mirada fría, miró al rostro del otro y dijo.

-No toque mi cama o tomaré el cuchillo y lo meteré en su garganta... Me quedare mirandolo hasta que escupa litros de sangre y muera estando frente a mi-Todos se habían quedado en silencio, el doctor quito su mano de golpe, John se acercó a Freddie y tomó sus manos.

-Hey, Freddie... Tranquilo - El nombrado volteó a ver al otro rostro de su ángel, sonrió y asintió mirandolo tierno. Soltó una risita y siguió comiendo mientras movía sus piernas infantilmente, el doctor tomó a John del brazo y jaló fuera de la habitación.

John suspiro y miró al otro.

-¿Ahora que pasa, Jackson? - Dijó John cruzandose de brazos mientras lo veía a sus ojos. Tenía una idea lo que podría pasar.

-John, tenemos que hacerle más estudios... Sospechamos que tenga más personalidades... Base 1 y 2 - John suspiró profundamente y dijo mirando al suelo.

-Dios, me imagino que solo va a durar un rato o ¿cuánto tiempo va a durar todo eso? - El doctor Jackson solamente negó levemente y dijo.

-Durarán todo el día, solo puedes ver a Freddie en la noche... Cuando le dejen en su habitación podrás verlo - Soltó un profundo suspiro, sería un total martirio no poder ver a Freddie en todo el día. Sería una tortura.

He's just a boy ... right? ( Deacury ©) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora